MIS LIBROS FEMDOM

13 julio 2018

Cuando la sumisión es un cáncer...


En cierta ocasión un sumiso me comentó que su sumisión debía mantenerla a raya, porque sentía literalmente que para él era como un cáncer. Fuerte... ¿no?. Ya de entrada la comparación me parece altamente desafortunada, pero lo dijo así y por ahí voy a enfocar el post. En concreto dijo que él no iba a permitir que la sumisión invadiera todos los aspectos de su vida como si fuera un cáncer ni iba a dejar que una obsesión sexual lo ocupase todo.

Obsesión... Es una palabra que curiosamente usan mucho también los que llevan doble vida para escudarse, para justificar que deban vivir una vida paralela en la cual dar rienda suelta a todos sus instintos oscuros e inconfesables. Como si eso no fuera posible acotarlo en el tiempo y el espacio con su pareja convencional, ains. Pero bueno, cada cual se engaña como le da la gana con los argumentos que le convengan y yo sobre ese tema de utilizar la confianza de la parienta para vivir de manera egoísta ya he hablado (para mal) bastante. Sin embargo, lo menciono porque es la clave común de todos los que viven “eso”, esa “rareza” suya, como algo que les haría morirse de golpe si los demás sospechasen remotamente que es lo que necesitan en la alcoba, o más allá.

La verdad es que este grupo de renegadores de la sumisión no suele querer ir más allá de la sumisión sexual, y es algo lógico. Si lo ven como un impulso con el que no acaban de reconciliarse internamente, tendrán mucho cuidado de que no salpique a sus posibilidades de estar con una mujer en general, sin que esa cosa tan molesta les corte las opciones de pillar cacho.

Yo creo que el problema es el enfoque, la palabra mágica para ese bloqueo mental es “obsesión”. Si tienes obsesión con el tema que sea, tienes un problema, un gran problema. Ya sea comida, ya sea ropa, ya sea sexo; si no tienes una manera sana y equilibrada de tratar un asunto, te moverás entre la compulsión y el ayuno absoluto, y caminarás hacia la autodestrucción. Vamos, creo que no estoy diciendo nada que no se sepa, pero claro, está extendida la manía de separar la D/s de los asuntos terrenales y buscarle unos códigos diferentes.

Así que no creo que el problema sea la sumisión sino cómo te la tomes. Yo no hablaría de la sumisión “plena y a tiempo total” como cáncer ni como enfermedad ni como nada anómalo, sino de obsesiones y comportamientos compulsivos asociados a esa sumisión. Si no eres capaz de seguir siendo una persona cabal dentro de una relación femdom, mi consejo es que lo estirpes con todas tus fuerzas. Por eso incluí ciertas preguntas en el Autocuestionario para sumisos: si no estás bien y si extirparías si pudieras tu sumisión, no creo que eso sea lo tuyo en el fondo. Puede ser que tú mismo no te aceptes, aunque creas que sí, o puede ser que te absorba hasta tal punto que perderías la cordura si te dejases llevar por tus impulsos. En ambos casos, o te alejas del todo o estás de prueba como esclavo 24/7 para confirmar o descartar que esa es la vida que te haría feliz. Porque, oye, a lo mejor eso de que te absorba todas tus energías no es malo, si es lo que te llena. Aunque en casos así, creo que daría pie a todo tipo de abusos extremos por parte de la parte Dom. Y no creo que una persona desequilibrada que se toma todo con una intensidad estratosférica sea buen candidato a estar a los pies de nadie.

Tras este tipo de temores se mezcla de todo un poco. El miedo al que dirán, empezando por lo que les dice su propia conciencia, contaminada de lo que es normal en la sociedad; el hecho de ver esto con una falta de naturalidad tremenda, poniéndose en situaciones hipotéticas de ruptura radical con su entorno que no tienen por qué llegar a producirse si se unen a una mujer cabal, etc.

Sobre el miedo a acabar siendo sumiso con todo el mundo, ya dije que no es algo que se contagia, y ese post vino motivado por el comentario de un troll, cosa lógica también: es muy comprensible que los falsos sumisos sean incapaces de comprender y vivir de manera sana lo que ellos suponen que es la sumisión, y que en realidad no se parece ni de lejos a sus calenturas mentales y no mentales.

Pero, sea como sea, si por cualquier motivo o sin él te sientes fatal con tu sumisión, si crees que te amarga la vida, si te hace ser peor persona, etc., entonces intenta salir de ahí, como el que sale de una drogadicción. Ahora bien, piensa con calma si te sientes mal por el motivo equivocado. Tampoco quiero convencer a nadie; ya digo, si te hace sentir mal, olvídate del tema.

Puedes quedarte a medias también, claro: si alguien tiene muy claro que lo suyo es sumisión sexual en exclusiva, pues que se quede con eso y no le de mil vueltas a la cabeza. Creo que cada vez más, un número menor de mujeres se escandalizan por los juegos que le proponga un compañero de noches locas o para toda la vida.

Así que... Si tiene cura y lo necesitas, cúrate. Si no la tiene y no te importa, sarna con gusto no pica. Y si eres del grupo que me gusta a mi, es decir, los que integran con naturalidad su sumisión en la vida real sin fantasías extremas y sintiendo que crecen como personas con ello, bienvenido al club; espero que disfrutes y hagas disfrutar a tu mujer complementaria.

01 julio 2018

Femdom y círculo social

Creo que no hace falta que haga una encuesta para saber que la mayoría de vosotros no reconoce abiertamente que es sumiso o dominante, al menos más allá de un círculo cerrado de algún grupo bdsm. Quizá algunos estáis en grupos de esos online, pero dar el paso al encuentro cara a cara os resulte demasiado complicado. Vaya por delante que yo en concreto no soy muy de comunidades en general, y no me parece que vaya a llevarme mejor a priori con gente que comparta mis gustos o, en este caso, mi forma de enfocar la sexualidad. Habrá tema común de conversación, claro, pero eso no significa que vayamos a entendernos bien. Y además, el bdsm, o en concreto la parcela femdom, engloba a gente tan diversa que lo raro es que te vayas a entender con alguien tan solo porque ambos os apartéis de lo convencional.

Dicho lo anterior, tampoco hay que irse al extremo opuesto de no querer ningún contacto con bedesemeros de ninguna clase, jajaja. Lo que pasa es que es raro que busquen simple amistad, ya que si un sumiso aborda a una mujer dominante por internet, su principal objetivo será tener algo femdom con ella, y en cuanto a otras combinaciones, como la de dos sumisos amigos, creo que no abundan tampoco, porque se ven como una competencia frente a las escasas Amas o algo así.

Pero a pesar de la introducción, de lo que quiero hablar en este post es de cómo se lleva el tema femdom “ahí afuera”, con los amigos “normales” o vainilla. De la familia no voy a hablar porque es algo que no se escoge y que, salvo excepciones, suele ser chapada a la antigua a la hora de abordar estos asuntos. Con los amigos es diferente, se supone. Hay otra confianza, se habla más abiertamente de sexo hoy en día, etc.

Cada cual sabrá cómo plantea este tema, yo en concreto opino que es un alivio enorme cuando puedes sincerarte y reconocer el tipo de relación que te llena. Por una parte, tienes que dar el paso tú, porque nadie te va a adivinar el pensamiento, aunque se den cuenta de ciertos detalles o vean que te llevas años incluso sin tener una relación porque no encuentras a ese sumiso o esa Ama complementaria, y desde luego notan que algo “raro” te pasa porque tanto tiempo soltero no es normal, y cosas así. Yo creo que ha habido gente que ha llegado a pensar que soy lesbiana metida en el armario o cualquier otra idea que explicase por qué una mujer guapa, lista, etc. (no me extiendo porque soy modesta :P) estaba sin pareja tanto tiempo. No es que vaya pregonando que tengo pareja cuando la tengo, pero es de esa clase de secretos a voces que muchos conocen jajaja. Quizá yo soy un caso extremo que prefiere no estar con nadie antes que estar en una relación no femdom, pero supongo que no seré la única que toma esa decisión, así que a algunos os sonará lo que cuento.

Así que, si queremos lograr un poco de visibilidad social, empezando por nuestro entorno cercano, el primer paso es decidir contarlo, de manera natural y llamando a las cosas por su nombre. No todo el mundo está familiarizado con estos temas, y no puedes soltar de golpe conceptos como entrega, control, obediencia, etc. sin que te miren como a un extraterrestre bajando de un ovni, o peor aún, que te cuelguen la etiqueta de abusona maltratadora, o en el caso del sumiso, piltrafa arrastrada. Que algunos se excitan justo siendo eso, pero me desvío del tema del post y del blog, porque aquí esa clase de “sumisos” y “amas” no tienen cabida.

Antes de sacar estos temas con alguien, puedes intuir qué clase de mentalidad tiene por sus opiniones generales, y por eso de lo mío puedo hablar poco ahí afuera, ya que no está la cosa muy asumida por lo general. Por resumir mi caso, yo he topado con tres formas básicas de recibir la información de que soy Ama, y aclaro que a veces ni uso la palabra porque la otra persona no puede asimilarla. La primera forma, que por desgracia es la más frecuente, es el rechazo. Si no rechazan mi postura, pues lo de ser mandona tampoco parece tan grave, cuando se trata del sumiso ahí ponen el grito en el cielo. “Uy yo no podría estar con uno de esos, yo quiero un hombre de verdad.” De la hombría del sumiso ya hablé aquí y no me voy a extender, pero lo que quieren decir esas mujeres es que no conciben otra hombría diferente a la del macho alfa que le venden desde todos los frentes, y su estrechez mental no les permite imaginar otras opciones, incluso cuando esos machos alfa las tienen amargadas e infelices, lo que por desgracia también es muy frecuente. Con gente así no me molesto en explicar nada porque nunca lo entenderán. Podemos tener una amistad y llevarnos bien en otros terrenos, pero en cuanto al tema relaciones, tenemos poco en común. Porque yo tampoco tengo paciencia cuando me hablan de sus relaciones horribles, que lo único positivo que tienen para ellas es seguir la corriente social como borregas. Que no digo que lo convencional esté por debajo, ojo, simplemente digo que hay gente que prefiere ser “normal” por encima de ser feliz.

Una segunda forma de reaccionar es la neutra. Es decir, hay gente que se queda como quien oye llover. No te rechaza pero tampoco entiende nada ni lo acepta. Es algo así como, cada loco con su tema, allá tú con tu vida, etc. Aunque no sea un rechazo frontal, tampoco es un apoyo, así que yo no pierdo energía explicando nada a esta clase de gente tampoco.

Llegamos al tercer grupo de personas. Por suerte, como hay de todo en esta vida, hay gente que entiende que hay otras opciones, y lo acepta, aunque no sea su forma de ver la vida. Tampoco es que lo entiendan a fondo siquiera, pero no les hace falta para aceptarlo. Por poner un ejemplo real, en mi último cumpleaños recibí un regalo de una buena amiga. Ella no entiende nada sobre femdom y está más cerca de ser sumisa que dominante. De hecho habló con algunos tipos que querían dominarla a base de palizas y salió espantada como es lógico, porque hay mucho amito nuevo que toma al Grey por modelo y no tiene ni idea de nada. El caso es que a ella le hablé abiertamente de todo esto, incluso le enseñé el blog. He conocido a lectores del blog en persona a lo largo de los años, y también hice alguna amistad ciber por aquí, pero ella es la única persona con la que ocurrió a la inversa: ya la conocía a ella de antes y luego le hablé de mi blog.

Sinceramente, no sabía cómo se lo iba a tomar, pero creo que di el paso de contarlo porque confiaba en que nuestra amistad iba a seguir igual. Porque esos son los verdaderos amigos, y deberíamos replantearnos qué hacemos invirtiendo energía en gente que nos tiraría por un puente (es un decir...) si conociera nuestros “oscuros” secretos. Ella a veces bromea con el tema, con los castigos, los collares y cosas así, y es un signo de lo natural que resulta todo, que es como debería ser, vaya. Volviendo al tema del regalo, era un conjunto de pendientes y collar. Aquí lo podéis ver:



Me pareció un detalle precioso y un símbolo de “aceptación”. Me recordó al caso de un experto en shibari al que los padres le habían acabado regalado un libro sobre el tema. Me encantan los regalos personalizados, los que te llegan de verdad, los que están pensados para darte ese detalle que significa “me molesto en saber lo que de verdad te gusta y que poca gente más sabe”. Me dijo que las esposas tenían un doble significado: para mí era lo obvio del tema femdom, y para ella, eran un símbolo de amistad para siempre :) También me dijo que era para que me lo pusiera con el vestidito, jajaja. Se refería a este regalo que me hizo un sumiso hace unos meses:



En definitiva, tener amigos con los que puedes ser tú mism@ no tiene precio, y en femdom no debería ser una excepción.

¿Qué me atrae en un sumiso?

Aunque ya expliqué aquí lo que busco en un sumiso, voy a especificar un poco más. Lo que voy a comentar no es una guía de lo que debe hacer...