MIS LIBROS FEMDOM

29 mayo 2015

Soy tuyo, la canción del sumiso

Unf, esas dos palabras son todo (o nada menos que) lo que quiero oír, de alguien que me interese, claro, y que lo diga con sinceridad. Ahora me callo y dejo cantar al chico, que con esa intensidad y ese sentimiento cualquiera diría que se lo está dedicando a su Dueña.

Cada vez que estés pensando en mí,
que quieras tenerme,
vendré,
sabes que en cualquier momento y lugar, SOY TUYO

Eres una lección que me encanta aprender,
así que cada vez que tengas el deseo,
sabes que en cualquier momento y lugar, SOY TUYO

Te pertenezco,
eres algo verdadero,
todo lo que siempre quise,
si me necesitas,
te espero para que entres por esa puerta,
en cualquier momento y lugar, SOY TUYO



24 mayo 2015

Guía para esclavizar sexualmente a un hombre


El libro Poder sexual para mujeres, escrito por Georgeann Cross, no llegó a ser publicado por ninguna editorial, lo cual no me extraña porque en 1997 el tema sonaría a ciencia-ficción, así que circula en pdf por la red, y en inglés solamente. También lo tenéis en este blog:
Quizá usando un traductor os podáis enterar más o menos l@s que no sabéis inglés. Aquí van mi resumen y comentario.

La técnica principal y supuestamente infalible para hacer de un hombre tu esclavo sexual consiste en lo que ella llama el bucle: un hombre se siente avergonzado por excitarse cuando una mujer lo trata como un esclavo, y se excita por sentirse avergonzado, y así entra en una espiral en la cual cada vez quiere más y más. Lo de tratarlo como un esclavo es de mi cosecha, porque ella habla en exclusiva de una táctica: atarlo, excitarlo mediante sexo oral (él a ella) y obligarlo a que se masturbe mientras miras, o masturbarlo tú si le ataste ambas manos. Parece fácil, ¿no?... Pues no sé yo, más adelante lo comento.

El libro contiene varios ejemplos de su propia vida, y su primera experiencia fue en la infancia cuando un grupo de amigas estaban en una piscina y pillaron a un mirón escondido. Entonces la amiga más decidida lo castigó obligándolo a quitarse la ropa y tocándolo hasta que eyaculó, al parecer por vez primera, con el consiguiente susto del pequeño voyeur. A partir de ahí ella lo hizo siempre por placer, pero en el resto de casos del libro trató de ayudar a otras mujeres a mejorar la relación con sus parejas, o para lograr algo de ellos, como dejar la bebida o perder peso. Me parece buena idea, pero no así otro supuesto beneficio como convertir al hombre en un eyaculador precoz con determinada técnica (para cuando llega al coito se corre en medio segundo) para que no pueda tener amantes. Si no confías en él, no tiene sentido recurrir a eso, y en todo caso mejor ponle un cinturón de castidad. Aparte de que tú tampoco saldrás ganando si él eyacula en cero coma.

Mi opinión global es que si la receta para salvar una relación se basa en la novedad sexual, cuando deje de ser novedad volverán los problemas.

Se me ha hecho un poco repetitivo, esperaba más recetas, veo limitada la técnica esa, aunque me parece una idea muy acertada, pero, ¿qué ocurre si él se bloquea o se avergüenza tanto que no puede ni excitarse? Si desde el principio queda claro que sois Ama/sumiso, pero no hay la confianza de una relación más asentada, de golpe y porrazo un sumiso, sobre todo si es novato, por mucho porno que haya visto y mucha fantasía onanista que haya tenido, puede sentir más temor y nervios que excitación ante el hecho de ser atado y venga, vamos, que te toco la zambomba hasta que tengas el orgasmazo de tu vida. Que los hombres son muy suyos con eso de que les toquen la... moral.


De todos modos el libro dice cosas interesantes, y ya solo por el hecho de que el título pueda atraer a algunas lectoras, merece la pena que exista. Parece muy físico todo pero el componente mental pesa mucho, por ejemplo cuando ella dice, “te masturbaré pero si te corres pronto seguiré y te dolerá”, y ya de solo pensarlo, él se excita y se corre, con lo que pierde la apuesta.

El libro comienza con unas nociones sobre funcionamiento sexual masculino, algo que deberíamos conocer todas, igual que ellos deberían conocer el nuestro. Tras eso nos dice cosas como: su juguete pasa a ser tu juguete, oblígalo a que se masturbe para ti, le excitará y avergonzará a la vez, con un hombre es complicada la intimidad emocional porque les cuesta abrirse, así que la complicidad sexual es una buena manera de dar un primer paso en esa dirección, compartir el secreto de su perversión lo unirá a ti, pensará “conoce mi secreto y no me rechaza por ello”.

Nos dice que la mujer que quiera tener un esclavo sexual debe tener unas determinadas características: empatía, autoconfianza, saber ganarse su confianza, actuar con estrategia conociendo sus puntos clave... Vaya, que un máster en psicología no nos vendría nada mal... Y añado yo, hay que ser ante todo dominante y disfrutarlo, porque si no, ¿qué sentido tiene? Algunas mujeres de las que nos habla usaron la técnica esa como último recurso para salvar una relación y luego volvieron a la “normalidad”.

¿Y qué gana un hombre con esto según ella? Ellos pierden interés si una mujer está siempre disponible pero con un Ama están inseguros y por tanto deseando agradarte, te tratan especialmente bien, aumenta su deseo sexual, se sienten motivados a conseguir algo incluyendo dejar malos hábitos, saben lo que tienen que hacer para agradar a la mujer sin malentendidos porque se trata de órdenes, no tienen miedo a no dar la talla porque nosotras pedimos sin complejos sexo oral u otras cosas sin centrarnos en el coito, pueden sentirse como "drogados" o en un estado mental alterado de manera sana y poder ser realmente él mismo con esa mujer... Vale, no digo que no, pero si un hombre no es sumiso de manera consciente o como algo que tiene ahí dormido, estará haciendo una especie de papel y no podrá actuar el resto de su vida. Opino que de donde no hay no se puede sacar, y que cualquiera no sirve para ser sumiso, sexual o total.



Dice algo que tiene lógica y que va en la línea de lo que digo yo acerca de sacar el tema en las primeras tomas de contacto con un hombre, yo de hecho es que ya no abro la posibilidad ni de contactar con los vainilla con fines erótico-afectivos. Dice que es más fácil convertir en esclavo sexual a un hombre con el que aún no hay relación que con uno con quien ya la tienes, porque no hay que hacerle salir de un modelo que a él quizá le llene, y en el otro caso puede probar si le gusta con la libertad de romper si no es así y no se habrá perdido una relación ya establecida. Y si eres como yo, el hecho de que un hombre huya porque eso de ser esclavo sexual no le va, no te supondrá una pérdida en absoluto. De todos modos, a mi modo de verlo, lo ideal es ni lo uno ni lo otro, es decir, sabiendo de entrada que sois Ama y sumiso, empezar a conoceros de persona a persona, y luego si surge algo, sabréis que será siempre en clave femdom. Y como ya dije antes, empezar de cero con el numerito de atarlo y tocarle los webs, me parece tan limitado como centrar una relación convencional en el mete-saca.

En un capítulo compara la Dominación Femenina con un videojuego: es un reto, es adictivo (yo siempre digo que su único vicio debo ser yo, ahí estamos de acuerdo) y no hay rutina porque él nunca sabe lo que va a pasar, aunque sea parecido a otras ocasiones. Y en su caso desde luego mucha variedad no parecer haber. Ni le gusta un simple azote, ni que él se arrodille ni puntos suspensivos.

También es cierto que sobre LA técnica (el bucle) comenta que no se hace mecánicamente, no se trata de decir, “mastúrbate ahora mismo mientras miro”, sino que en mitad de una situación excitante, (facesitting añado yo como sugerencia), le dices, “voy a masturbarte y si no pierdes la erección (y apuesto a que no lo hará...) ya sigues tú”; es una forma de hacerle ver que perderá el control, que te obedecerá, no podrá evitarlo, y eso aumentará su excitación porque sabe que no puede resistirse a ti. Ah, y por supuesto le tienes que poner mucho tú como mujer antes que nada, de lo contrario serán unas prácticas que lo mismo puede hacer con la primera que pase.



Hay muchos ejemplos de relación, de conocidas suyas y de ella misma, y me llama la atención el nivel de detalle que llega a utilizar, rememorando las charlas en momentos sexuales ocurridos años atrás. Parece poco creíble, pero en fin, supongo que reconstruyó diálogos a partir de los recuerdos básicos, o escribía un diario tras cada encuentro.

El sistema no sirve con todos los hombres, según dice ella y por supuesto que afirmo yo, y sin embargo cuenta cómo esclavizó a un compañero de trabajo que entró a regañadientes en su juego. Durante un tiempo estuvo interesado en la novedad excitante, pero en cuanto se fue a un viaje de trabajo se acostó con la primera que se le cruzó y pilló una gonorrea, con lo cual ella se enteró de la traición y lo mandó al cuerno. Y creo que daba igual todo, de cualquier manera algo así no tiene futuro alguno. Si ya es complicado que un sumiso se entregue, para un vainilla es imposible, como es lógico.

Lo de la esclavitud sexual como receta universal para salvar cualquier relación me parece absurdo. Entre las razones que enumera ella para hacer tal cosa, brilla por su ausencia la de que ambos se sienten plenos así, y sin embargo nombra razones como convertir a un tirano en un manso corderito o acabar con una adicción de él siempre que esté en fase leve. Pero, si estar con un hombre es un infierno porque el tipo es un déspota, ¿qué ganas con que se quede a tu lado? ¿Qué haces enamorada de un bruto? Lo de curar un vicio, como fumar o beber, me lo creo más, pero así y todo habrá que ver si merece la pena el esfuerzo, porque el mayor trabajo casi que cae en la parte de la mujer dominante, que tendrá que controlar lo que hace él hasta el último minuto de su tiempo. En un caso así, no cabe la confianza, él no será capaz de controlarse si lo dejas solo.

Repito que no creo que esto sea para todo tipo de hombres, y ella lo desaconseja expresamente en ciertos casos: disfunciones sexuales, abuso infantil, algún tipo de trauma psicológico actual o pasado, hombres inseguros acerca de su masculinidad (como los ligones compulsivos), casos extremos de alcoholismo y drogadicción, aunque cuenta un caso de adicción al juego en el cual el sexo femdom sustituyó a las apuestas, algo que puede ser agotador para una mujer y suena más a ser servido él que a la inversa, porque un adicto al sexo, del estilo que sea, tampoco parece un hombre demasiado sano y centrado, a pesar de que con ese método se eviten males mayores.

Para terminar, la autora dice que ojalá la Dominación Femenina sirva para hacer este mundo un lugar mejor, porque un hombre que se somete deja de comportarse con los clichés aprendidos en la sociedad acerca de lo que es masculinidad: hermetismo sobre sus sentimientos, no demostrar debilidad ni vulnerabilidad, preferir la violencia antes que la diplomacia (su sumiso más importante murió en Vietnam y ella dice que ojalá el femdom pudiese acabar con las guerras), etc. También habla del peligro de usarlo con fines negativos, como hacen todas las ultra sádicas que se regocijan en anular al macho, porque eso provocaría un rebrote del machismo. Tiene cierta lógica que haya prevalecido la dominación masculina como forma de estar a salvo del poder sexual femenino, y eso explicaría tantos milenios de sumisión forzosa femenina. Un hombre tiene una respuesta física limitada en comparación con la nuestra, nosotras somos multiorgásmicas, a ellos les cuesta recuperarse tras cada orgasmo, así que en ese sentido podemos hablar de superioridad femenina, por mucho que odie yo los supremacismos de cualquier clase, y es comprensible que el hombre luchase contra eso en cuanto se dio cuenta.

En definitiva, un libro curioso, interesante en ciertos aspectos y que no debe tomarse como una guía universal. Yo recomiendo entrar en esto únicamente por placer y si ambos lo desean, así de simple. Lo demás son recetas que tal vez empeoren situaciones ya de por sí complicadas, ¿y quién quiere retener a su lado a un desastre o a alguien que solo se queda si lo esclavizas?

21 mayo 2015

Ya soy del club... de las escritoras



Del otro club no soy ni seré, ese de las mega Amas de permanente latex y tacones imposibles. Me pareció buena idea solicitar a la administradora de esta página que me incluyese en el club, ya que ella misma escribe acerca de D/s, aunque desde el bando mayoritario sumisa/Amo. Así que ya he sido presentada en sociedad y espero con esto aportar mi granito a la visibilidad de la Dominación Femenina. La mayoría de seguidores son mujeres, tal vez alguna descubra su lado dominante dormido paseando por aquí, no diréis que no trabajo por la causa de los sumisos :D


Ahí en el lateral está el enlace a la web y agradezco a D. C. López la amabilidad de su mensaje privado. Me hace ilusión sentirme desde hoy un poquito más escritora, es algo que hago desde siempre pero gracias al blog es casi una actividad diaria, y eso me hace feliz :) Aprovecho para agradecer de nuevo a l@s que me leéis, que sin lectores también seríamos menos escritor@s nosotr@s.


18 mayo 2015

El sumiso virtual


Hay “sumisos” que solo buscan relaciones ciber y lo dicen claramente, pero otros van de reales y se quedan en lo virtual: por internet lo dan todo, luego por teléfono van bajando el nivel y ya en persona el tema se desinfla hasta el punto de preguntarte dónde está la persona que creíste conocer por aquí. Esto no es un espejo al 100%, pero algunos fabrican un personaje paralelo y otros ni dan el paso de salir de las sombras cibernéticas. Es decir, son ciber sumisos pero no lo reconocen nunca hasta que descubres el pastel tras invertir tiempo y energía. Una cosa es jugar a algo, con consentimiento por ambas partes, y otra jugar CON alguien, con sus ilusiones y esperanzas, y eso tiene poco pase.


Este es uno de los posts más vainilla que voy a publicar, porque atañe al sumiso como persona, y si no es honesto ni íntegro, no podrá tener una relación honesta.


Si descubres el mundo femdom gracias a internet, al principio es tentador no fijarte en la persona sino en su faceta Dom/sum, y los sumisos (y Amas) virtuales se quedan con esa parte, sin importarles herir la sensibilidad del ser humano al otro lado del teclado.


Voy a aprovechar un comentario mío de hoy mismo en una entrada anterior que viene bien con este tema. La entrada era Esto no es un juego para mí, y mi comentario el siguiente:

A ver si aclaro aún más mi posición al respecto. Jugar no es malo, jugar es necesario en el desarrollo infantil y se ha demostrado que también es positivo en la edad adulta. Es perfectamente válido que la gente quiera jugar a lo que sea, faltaría más. Tal vez la aclaración sobra pero ahí queda.

Por otra parte, tod@s usamos el juego, o experimentación, o tanteo, o vamos a llamarlo X, cuando empezamos a descubrir esta especie de mundo paralelo en el cual al fin parecemos encajar, o donde encajamos mejor que en la corriente convencional. Entonces por chat o por cam o en persona, al principio no tienes una conexión intensa con la otra persona, y aún así sientes cosas, porque está en tu naturaleza, es como el sexo sin amor. Luego cuando ya sabes que una sesión suelta no te llena, te dedicas a conocer a la persona antes que nada, e incluso entonces hay una fase en la que no hay algo consolidado pero ya tienes sexo femdom, y ahí sigues tanteando e incluso jugando en cierto modo.

Es decir, el juego se vuelve a dar aunque tengas claro que no es juego lo que buscas, pero ya se queda en una fase inicial, y siempre teniendo claro que no es el fin que quieres. Esa es para mí la diferencia clara entre ambos "bandos".


Pues bien, el sumiso virtual se presenta ante ti como alguien que no quiere solamente jugar pero en el fondo miente, o pasado el tiempo demuestra que no sale del juego y no te deja ver qué clase de persona es más allá de la película que quiera contarte. Y ahí es donde estos tipos tienen un enorme peligro: las palabras. Las usan como armas de destrucción (o construcción en este caso) masiva, averiguan lo que deben decir para tenerte enganchada, en una fase permanente de tonteo virtual cómodo (por no hablar de los que mienten porque tienen pareja), con un aplazamiento indefinido para un futuro que nunca llega. Algunos usan esa fase hasta pillar cacho y otros vuelven a ella una y otra vez después de los encuentros reales.


No es una táctica al alcance de todos, hay que tener labia y ser lo bastante retorcido y frío como para mantenerse en el punto justo para no implicarse más allá. Hay mucho psicópata encantador suelto, y nosotras podemos ser las víctimas perfectas a falta de otro que apueste por la relación a muerte y que esté ahí de verdad aunque sea en la distancia, que algunos ni por teléfono se asoman. Por el contrario, algunos es lo que utilizan únicamente, como le pasó no hace mucho a mi bloguera australiana preferida: la chica contacta con un texano, guaperas, musculado y de sexy voz, que la tiene enganchada durante horas en conversaciones telefónicas que rápidamente pasan a la fase “cómo me gustas, no descarto que nos veamos”. Pero claro, él tenía que buscar hueco entre el gim y el pulido de sus botas de cowboy... Crees que un tipo está invirtiendo tiempo y energía en ti porque no dudará en avanzar en algo que parece merecer la pena y... nop, es que, oye, de eso, ni hay, ni hubo, ni habrá, nunca, nada, más allá de cuatro (o cuatrocientas mil) palabras para mantenerte “ahí”. Un hombre (inmaduro y egoísta) no va a renunciar a algo que no le suponga un compromiso; si no da un paso adelante debe darlo hacia atrás, y si no lo hace, cierra tú la comunicación. Si no te busca cuando desapareces, todo queda claro. No pierdes nada, ¡no puedes perder lo que no tienes!, una versión ciber de alguien no es una cosa real, por mucho que las nuevas tecnologías se hayan colado en nuestras vidas. Y tú tampoco eres lo que él percibe por esa vía. Mereces a alguien que quiera atiborrarse de ti hasta el empacho en el mundo real.


Algunos casos son bastante previsibles, como el chulito texano, pero somos humanas y mantenemos esa especie de inocencia estúpida, que a la vez es un don que nos evita ser unas amargadas y unas cínicas descreídas a pesar de haber besado sapos que no eran príncipes hechizados en más de una ocasión. La australiana planteó las cosas en firme, le dijo que pusiera fecha al encuentro y... el guaperas voló, sin dignarse a mandarle ni un mensaje, el muy miserable cobarde. Un “no” puede doler cuando hay ilusiones, pero el silencio es lo que aniquila hasta una posible amistad. Y peor es cuando no dicen ni sí ni no de manera clara y te ponen la vida en puntos suspensivos permanentes. Joder, ¿con qué derecho lo hacen? Y si encima lo hace un sumiso ya es para “quitarle el carnet”.

Todo esto puede estar provocado por la distancia, pero a algunos les viene de perlas esa distancia kilométrica para enmascarar su incapacidad emocional, o su caradura a secas. Y esto también puede pasar con alguien que viva cerca. Mi única relación de ciber sexo femdom fue con un tipo de mi ciudad, y el día que le dije que nos conoceríamos, me dio plantón. Encima pretendía el fresco seguir con nuestros momentos ciber mientras ponía por excusa que sus miedos y dudas sumisiles frenaban el paso a lo real, pero oye, para ponerse caliente delante de la cam no había duda ni miedo para el maldito cretino.

Todos estos personajes virtuales nunca tienen ni una gota de intención (REAL) de concretar en firme algo contigo, aunque lo juren, sospechosamente, al poco de contactar para engatusarte. Si te pones a tiro en su línea de fuego y te dejas seducir por su arrolladora personalidad ciber, tendrás “algo” siempre con ellos, te sentirás super especial, caerás como una estúpida en su red virtual antes de que te hayas dado cuenta. Si encima lo pueden combinar con encuentros fugaces de piel contra piel, eligiendo ELLOS la fecha, ya es la releche, la jugada perfecta, la mujer a la medida de SUS necesidades.


Tienen mala fama las calienta-braguetas, pero también existen los calienta-bragas, que ni se van ni se quedan, como el perro del hortelano, y tú como una idiota esperando que pase el cometa Halley para que algo cambie, creyendo lo que te cuenta, que no es su momento pero que no quiere perderte por nada del mundo y bla bla, porque las películas que nos podemos montar y tragar cuando alguno parece mejor que el resto son para ganar un óscar.



Tanta comunicación sin presencia física nos hace perder de una manera brutal el contacto con la realidad -entremos tod@s y que se salve quien pueda-, hasta el punto de creer, y hacer creer, lo que sea con tal de sentir que tenemos algo, cualquier cosa que se magnifica hasta adquirir la etiqueta, nada menos, que de relación, en nuestro pobre cerebro narcotizado de información virtual. En tu cabeza vives casi las mismas sensaciones que si fuera cara a cara, y cuando acaba no echas de menos “eso” o a la otra persona (imposible echar de menos a quien no llegas a conocer más allá de sus barreras), sino a tus sensaciones mientras duró, así que espera a quien te dé lo mismo lejos de un teclado.


Cualquiera te puede fallar, pero si entras en el juego del contacto virtual, ahí cabe todo lo posible y lo imposible. Con palabras se construye un mundo completo, y se derrumba con la misma facilidad, basta con cerrar una ventana o no responder un email. Es un hilo demasiado fino como para confiarle tus sentimientos o tu necesidad de femdom o lo que sea, y pocas veces nos paramos a pensar lo que significa este medio, sino que primero nos lanzamos, creyéndonos a salvo de todo, hasta que estás metid@ hasta el cuello en el barro de lo imaginario que, sin embargo, con la inercia de los meses pesa como una losa real. Si a todo eso le sumamos que al otro lado de la pantalla hay un tipo frío y pasota que no piensa en cómo te puede afectar y que seguirá con el juego hasta que te canses... ¿se puede pensar en otra etiqueta distinta a cabrón? O, como diría un juez, actuar con premeditación y alevosía.

Conclusión final: si quiero jugar me busco un vídeo juego, pero nadie tiene el maldito derecho de convertir vidas ajenas en uno de ellos, mucho menos cuando es consciente de lo que hace y tú ni te imaginas de qué va una película que, para colmo, te pilla de protagonista sin haber querido presentarte al casting. 

16 mayo 2015

¿A mis pies?


Encontré este artículo, que tiene unos años, siguiendo el rastro de la autora porque creí que había escrito algo sobre femdom, pero solo había contactado con una dominatrix y tal. Así que aquí lo traigo para comentar algo que ya dije en El sumiso fetichista.



Por tener uno o varios fetichismos no considero a un hombre sumiso, por mucho que el saludo universal de todos ellos sea ese, “A Sus pies”. Es como si cualquier hombre, por hacer sexo oral a una mujer, ya fuese sumiso. La diferencia es la actitud y la intención. No es lo mismo “abrirse de piernas” y dejarte lamer, que ser tú la que lleva la batuta en ese momento. Y con los pies pasa algo parecido. Como bien dice el artículo, un fetichista de pies ni te mirará a la cara porque le interesan más, y únicamente, tus pies. No estoy de acuerdo en eso de que se casarán con una chica por sus pies. Les da bastante igual quién sea ella con tal de que se deje pasar la lengua. Y mucho menos, por supuesto, concuerdo con eso de que nos sale hacerles daño cuando un hombre se nos somete. Pero si un desconocido pretende chuparte un pie en el metro, no le vas a dar las gracias encima.

Cuando estuve buscando un posible sumiso en el mundo vainilla, por si alguno sentía que tampoco encajaba en el mundo de simples sesiones bdsm, me topé en concreto con un fetichista de estos, que exclusivamente quería saber si yo me dejaría comer los pies. Le pregunté si estaba teniendo éxito en su búsqueda y dijo que alguna había caído. Por cierto que no, no me interesó lo que proponía. No es eso lo que quiero, no quiero que adoren a mis pies sino a mí a través de ellos, que no es lo mismo, o a través del resto de mi cuerpo.

No me excita el hecho de sentir una lengua ahí, es un ejemplo de cómo el cerebro es nuestro principal órgano sexual, el placer viene por la sensación mental de “abusar” de él. Aparte que presenciar la reacción de un hombre que es capaz de llegar al orgasmo solo con eso, ya te contagia bastante el calentón.

Pero ya digo, si a un fetichista le sirve casi cualquier pie, si sacándolo de ahí no le excito yo, entonces no me interesa. Lo que dice ese chico, acerca de estar deprimido y marginado, es terrible, pero en casos extremos en los que la única manera de excitarse es usando como un objeto a la mujer, deben entender que nos queda muy poco margen para sentirnos deseadas, y es lógico el rechazo. Que también es cierto que muchas mujeres ven como mega frikis perturbados a los que hacen cosas que se salen de lo habitual, pero yo al menos diferencio a quien está a mis pies de quien solo quiere que mis pies estén para él.

13 mayo 2015

Sucedáneos femdom

Comentaba yo el otro día acerca de un chico que me había parecido tener muchas cualidades pero la cosa no cuajó en su momento, porque no encajábamos a pesar de gustarnos mutuamente y de ser Ama/sumiso. Pero repito que es de las personas más interesantes y válidas que conocí gracias al blog, y como sumiso no me quedaba duda de que hubiese entregado hasta su médula ósea. Y ahora por azares del destino me entero de casualidad que se ha casado, lo cual me impactó por lo “oportuno” de mi mensaje, pero también por otro motivo que no voy a compartir con él (de hecho considero que lo mejor es no mantener más contacto) y de verdad espero que no lea esto, que ya bastante le tuvo que sacudir (tengo esa impresión) el hecho de que yo “apareciese” en el día de su boda. Después de quedarme bastante claro que era sumiso, y además de los auténticos, y después de que lo nuestro no se concretase, lo último que supe de él fue que estaba saliendo con una chica que, hasta donde conozco la historia, no era precisamente dominante. Y sospecho que se ha casado con esa. Todo esto me da qué pensar, y sobre ese tipo de casos voy a reflexionar hoy.

¿Por qué se empareja un sumiso con una chica vainilla? ¿Hay que darles la enhorabuena o compadecerles? ¿Miran para otro lado o es ella la que consigue taparle los ojos con respecto a su sumisión?...



Ya decía yo en D/s unidireccional que no me parece que podamos llamar relación femdom a una pareja formada por un sumiso y una mujer no dominante, y lo mantengo. Pero hay hombres que eligen una vía intermedia entre vivir abiertamente su sumisión y tener una pareja convencional. “Solamente” necesitan encontrar a una mujer lo bastante abierta de mente y/o comprensiva como para ceder a sus “rarezas” o peculiaridades, sobre todo en el terreno sexual, aunque ellas no lo disfruten ni compartan esos gustos. Por ejemplo, hay mujeres que bajo ningún concepto se dejarían chupar los pies, y hay otras que, sin entusiasmarles la idea, tampoco tienen problema en hacerlo por complacerlo a él. En esta última frase supongo que no soy la única que ve justo lo contrario a la sumisión masculina, pues es ella la que accede a hacer lo que él propone, pero vaya, si él pasa por alto el detalle... pues todos contentos. Y como en la sumisión hay niveles y niveles, tampoco tienen problema ciertos hombres en ese término medio en el cual cumplir sus fantasías y realizar sus practicas.


A mí no me llena ni me interesa algo así, y de hecho se equivocan de lado a lado los que vienen a mí creyendo que entenderé y atenderé mejor sus necesidades, porque yo no cumplo con el catálogo completo de prácticas ni me considero menos dominante por ello.


Cuando te enteras de que aquel sumiso, que hablaba de niveles elevadísimos de sumisión entre sus necesidades vitales, se ha emparejado con una mujer convencional, das por sentado que, o bien ha renegado de su supuesta naturaleza auténtica, o bien no era tan auténtica, o bien elige esa opción entre medias.


Visto así, tampoco es tan complicado para un sumiso ser feliz en el terreno de las relaciones. Nosotras no podemos hacer lo mismo a la inversa, al menos yo no puedo. Aunque casi todos los hombres se apuntan a un bombardeo en cuanto a temas sexuales se refiere, me parece que lo toman como una fase novedosa y transitoria que deja de interesarles pasado un tiempo. En breve espero comentar un libro que estoy leyendo acerca de cómo convertir a casi cualquier hombre en tu esclavo sexual, y mi conclusión resumida es esa, que no se puede basar la D/s en algo superficial basado en vaivenes hormonales, por mucha relación sólida que haya de fondo, y para l@s que vemos esto como algo más psicológico que nada, es algo tan evidente como que el sol sale cada día.


También pesa mucho lo convencional a la hora de buscar compañera en la vida, porque no entiendo que, siendo joven, se tire la toalla a la hora de encontrar Ama, pero claro, muchos se agobian si a los 30 no se han casado. Volviendo al chico este, era de los que quieren tener hijos sí o sí, y una boda católica sí o sí, y ahí desde luego chocó con mi punto de vista y aunque lo hubiese aceptado como sumiso y pareja, él me hubiese descartado a mí por no encajar en sus planes. Espero y confío en que no será de los que llevan doble vida, y que como mucho utilice su imaginación para colmar ese aspecto suyo, que a mí al menos me quedó claro que no era flor de un día. Si los sumisos verdaderos se emparejan con mujeres vainilla, poca esperanza nos queda a nosotras, pero en fin, a todos los que deciden ser felices de la manera que puedan o quieran, les deseo que les funcione, que para eso estamos aquí, o deberíamos estar.

10 mayo 2015

El sumiso profesional


Este artículo necesita una introducción, no vaya a parecer que llegué al extremo de pagar por encontrar a mi sumiso ideal, ja ja. El caso es que andaba en cierta ocasión buscando acompañante para cierto evento (no, no era una fiesta BDSM) y, en casos así, tanto si lo encuentro como si no, al menos siempre viene bien saber a la hora de la verdad con quién puedes contar, porque con ciertos “amigos”, a los que recurres por algo necesario o porque te hace una ilusión tremenda el evento, una vez vistas sus reacciones, te das cuenta de que no necesitas enemigos. Hay quien nunca te falla; quien lamenta de verdad no poder ir contigo; quien finge sentirlo pero le resbala todo; y quien ni siquiera se molesta en fingir que lo lamenta y te suelta fríamente que te busques a otro acompañante. Ya digo, me alegro de que cada cual se ponga solito en su sitio, me ahorra perder energía inútil interpretando qué esconden las palabras bonitas, al final los hechos siempre ganan la partida.

Al hilo de esto, tengo una anécdota que si no la cuento exploto ja ja. Resulta que recurrí a cierto chico ex candidato a sumiso mío con el que hacía siglos que no hablaba, porque a él le resultaba confuso quedar como amigos, y por una casualidad de esas de película, resulta que le envié el mensaje el mismo día de su boda (confieso que tuve que investigar un poco porque me costaba creer semejante coincidencia y resultó ser verdad). Así que tengo que dedicarle un par de líneas: aunque seguramente ya no me leas, lo cual entiendo, me pareció un detalle increíble que sacases dos minutos para responderme en ese día tan especial para ti. Una lástima que no congeniásemos tú y yo porque esa chica se lleva una auténtica joya, como ya te dije en su momento. 

Bueno, sigo. Aparte de reajustar prioridades en mi agenda de contactos, me puse a pensar que sería genial poder encontrar compañía para ocasiones sueltas, recurriendo a una especie de ONG que se dedicase a eso por puro altruismo. Por curiosidad indagué con google pero aparte de compañía para ancianos, enfermos y bebés, no hay otra cosa, y menos aún gratis. Y así llegué al tema este.

Yo es que no entiendo ciertos asuntos, tal vez el cerebro masculino (por lo general) sea en realidad opuesto al nuestro, porque a medida que miraba los perfiles de los mozos de una web de putitos masculinos, me preguntaba cómo demonios hacen tantos y tantos hombres para pagar por estar con una mujer escogida de un catálogo. Lo primero que me entró fue la risa, porque a cualquiera de ellos les diría, anda, chico, paga TÚ por mí si quieres tomar un simple café. Ya que se venden como trozos de carne podrían ser al menos guapos todos. Y vaya pinta de perdona vidas todos, joer. ¿Ese es el modelo que triunfa entre las millonarias que se pueden permitir 200 € por hora como tarifa mínima? Luego sentí una mezcla de horror, pena e indignación. Qué bajo hay que caer para pagar por estar con otra persona, en serio que no sé cómo los puteros no se dan cuenta de lo lamentables que resultan. Y tres cuartos opino de los que andan con dóminas profesionales. En cuanto a los y las que entran en el negocio, sus razones tendrán, tal vez alguno de estos quiera vivir una historieta como la de Pretty Woman a la inversa y que lo “retiren de la calle”.

Y bueno, aparte de todo eso, me llamó la atención el caso de una foto con un chico atado, por motivos obvios. Al menos este parecía ofrecer algo que se sale de lo habitual, ja ja, aunque ya digo que chirría que un tío venda su cuerpo para dejarse atar. Ahí veo yo un nicho no explotado, señores de la web: tenéis que incluir sumisos reales en la oferta, pero hay que plantearlo al revés, deben ser ellos los que paguen por el privilegio de que les dirijamos la palabra, y como mínimo que hagan lo que pidamos de gratis total. ¿O no? :DDDD 

08 mayo 2015

Femdom no es maltrato


Llegará un momento en que repita los temas, pero como el blog cada vez es más extenso, bastará con leer una parte para captar todo lo que tengo que decir. Ya hablé de relaciones nocivas aquí:

Pero no está de más poner un título tan claro como el de hoy, al menos para los que solo leen “los titulares”. También por decir lo que se me quedó en el tintero antes, y todo esto al hilo de un programa televisivo que encontré hace poco. Lo vemos primero, para que se entienda el asunto.




Si una mujer empieza diciendo que los hombres son perros que no merecen ni los huesos, no es que sea dominante, es que es una misándrica (odia-hombres). Por otra parte, por mucho que repita que ella es dominante y él sumiso, eso no significa nada. ¡Pues anda que no hace falta conexión mutua y grandes dosis de aprecio y/o amor para que una relación de estas funcione!


Me cuesta explicar algo que tengo tan claro, pero venga, si me hicieran una entrevista y saliera esa pregunta, diría lo siguiente, porque creo que está bastante extendida la imagen de maltrato al hombre como sinónimo de femdom, y que con decir que a él le gusta eso, asunto arreglado.


¿Cómo se distingue femdom y maltrato?
Lógicamente, lo primero es diferenciar a una maltratadora de una (buena) dominante. El maltrato contiene unos elementos inconfundibles, por mucho que desde la ignorancia exterior no se perciba la diferencia. El hombre sometido es FELIZ, porque puede vivir de acuerdo a su naturaleza, CON la mujer adecuada. El maltratado sufre y es infeliz, como le pasa al chico este cuando el tema se les va de las manos. Una cosa es utilizar una correa o un collar de esos de manera erótica y disciplinaria, y otra es usarlos como tortura sin venir a cuento, y conste que lo del collar de descargas a mí en concreto me parece inútil si como castigo hay que llegar a esos extremos.


Podría extenderme mucho más pero al que le haga falta tampoco lo entenderá, así que daré otras ideas clave de manera resumida. Hay dos clases de poder: el que se otorga y el que se obtiene por medio de la violencia y la coacción. El primero corresponde al femdom y el segundo al maltrato. Por mucho que un sumiso fantasee con la idea de ser obligado a todo, en el fondo lo está deseando, así que él “da permiso” para que ocurran las cosas.


Una relación femdom tiene dos partes, no se puede dominar a quien no se somete, y nadie se somete de forma no voluntaria, y solo unos pocos locos se entregan a mujeres desequilibradas y psicópatas. Punto.


Otra diferencia. La chica esta dice que no lo aguanta pero no quiere darle el divorcio. Por el contrario, una dominante nunca retiene ni acosa a un sumiso que no quiere quedarse.


En resumen, como la noche y el día. La pena es que haya individuas que presuman de dominantes cuando no saben ni dónde están de pie, que no controlan ni sus propias reacciones y que se descargan con el infeliz de turno por todas sus frustraciones, miedos e inseguridades. Porque de eso va el maltrato, de volcar lo mucho que se desprecia a sí mism@ el/la maltratador/a en el fondo. Y disiento de lo que dice el abogado acerca de que sin daño significativo no hay maltrato, basta con sentir que te tratan mal, como indica la palabra, y la única vía es alejarte de quien lo hace, y por esa parte sí estoy de acuerdo en que este sumiso tardó demasiado tiempo.

06 mayo 2015

No he catado ama...


Venga, vale, que sí, seré una tiquismiquis, pero oye, es que no me entran unas ganas locas de conocer a los que me mandan esta clase de mensaje. Respondo entre líneas mejor:

He visto su blog y me gustaría formar parte de su vida, siendo su sumiso particular.
Haaala, ¿así, ya de golpe, vamos al lío? Mi sumiso particular, claro, luego el general será otro, ¿no?

Le seré sincero, nunca he probado a una ama, aunque cierto es, que en mi última relación de pareja, ella era muy dominante y me agradó.
¿Me tomas por una variedad de pizza? ¿Me hincarás el diente? ¿O quieres decir que me vas a poner a prueba tú a mí? 

Soy una persona fiel, simpática, trabajadora, sincera, noble, de confianza y sin malos rollos.
Qué bien, y sin abuela. Y lo de atractivo lo doy por sentado, aunque total, ya sabes, las Amas no nos fijamos en esos detalles sin importancia, vamos a pillar sumiso-cacho como sea y a hacerles de t-o-d-o.

Tengo estudios superiores, me gusta el deporte, el cine.
Eso está mejor, hasta me puedes ver como un ser humano con quien charlar y compartir actividades. Además coincidimos en esos datos, así que, ¡ya somos almas gemelas! 

Me gustaría, si es posible, concertar una visita con usted, para darme una oportunidad, ya sea mediante una entrevista, o como mejor le interese.
Sí, claro, mira, te explico, esto va como las entrevistas de trabajo. Hago castings de sumisos cada viernes de 17 a 19 horas, ahora te mando el teléfono para la cita previa, que luego la cola da la vuelta a la manzana y los vecinos me miran raro.

Sin más, me despido de usted, esperando tener suerte y que me de una oportunidad.
Pues no sé, chico, ya te digo, me da una pereza, oins, ains, uf, of. Meteré tu nombre en una cajita con los demás y sacaré uno al azar, si no tienes noticias es que la mala suerte hizo el resto. Y si las tienes, mañana mismo (que te noto con prisa), te haces los 1.000 km de nada que nos separan. Me voy preparando la entrevista, espero estar a la altura, ejem.


En fin, no niego que algunos seáis buena gente y tal, pero probar a ver si suena la flauta no me parece un método muy correcto para aproximarse a una mujer, sea Ama o vendedora de jamones. Que eres novato total no hace falta que lo jures. Anda, lee un poquito-bastante más del blog a ver si te identificas remotamente con lo que significa un sumiso para mí.

04 mayo 2015

No quiero un perro inútil

Ya lo dije aquí pero lo repito, igual que se repiten hasta la náusea este tipo de candidatos. Sé que es mucho pedir que los que me mandan una simple línea de mensaje se dignen a mirar siquiera los títulos de los posts, pero por intentarlo que no quede. Hace poco me llegaba el enésimo personaje soltando la ultra típica frasecita: soy un perro inútil y necesito servir... Pues chico, si eres un completo inútil a ver cómo puñetas me vas a servir en algo. Pero claro, nos ponemos a hacer una búsqueda rápida de palabras como femdom, Ama, sumiso y tal y cual, y lo que encuentras es eso, unas “actrices” o jugadoras de rol que van llamando perro inútil a todo el que se les acerca y que quieren ser servidas en cuestiones como lametones en los zapatos. Muy respetable todo. Pero también muy lamentable para l@s que no vemos esto como un juego ni nos quedamos en la superficie ni en la parafernalia.


Repito, ni quiero un perro ni quiero un inútil. Quiero un hombre normal y corriente, con dignidad, con ideas propias, con personalidad, virtudes y defectos, que se someta a mí, y únicamente a mí, porque yo sea la mujer que le provoca esa reacción, no porque mi nick contenga la palabra Ama y tenga un blog sobre el tema.


Hay de todo en esta vida, ya se sabe, y gente que hace cosas sin motivo especial, pero yo seré tan rarita de querer sentirme mejor en una relación, de avanzar como persona, y de hacer que él evolucione también. No me sirve un hombre sin valía ni pretensiones de mejorar gracias a mí y a lo nuestro, ni alguien cerrado de mente, cabezota o lleno de vicios que no dejará por mí, ni uno al que le falten objetivos en la vida. Sobre dejarse mejorar por una relación femdom ya hablé aquí:


Como fantasear es gratis y bonito, a veces imagino que en la intimidad de ciertas parejas existe un componente femdom. El señor de la foto, Angus Young, es uno de los mejores guitarristas del mundo. Ya tocaba la guitarra antes de conocer a su esposa, pero me gusta pensar que ella influyó en imponerle la disciplina necesaria para llegar a la cima. En esa imagen desde luego parece estar dándole una orden con una simple mirada y él parece pendiendo de un hilo hasta que ella le diga algo, no sé si soy la única que percibe cierto halo de poder femenino, y no es solo porque ella sea “superior” físicamente, que a más de cuatro bajitos casi enanos conocí yo que iban por el mundo en plan dictador.


Como muestra de su nivel -calidad de audio aparte-, un botón, sacado de su concierto más reciente de hace unos días. No se apreciará bien, pero lleva esparadrapo porque se dejó las rodillas hechas cisco; este hombre tiene una gran afición a arrodillarse en el escenario... ¿y tal vez a solas con la rubia también? Si es que todo cuadra :P




Fantasías e imaginaciones mías aparte, traigo a este hombre como podría hablar de cualquier otro que destaque por algo. No busco un número uno mundial, pero sí que quiero sentirme orgullosa de mi sumiso. Y bueno, tampoco es tan casual lo del guitarrista, como saben (sabemos) los fans de los incombustibles AcDc.


En cualquier pareja existe (se supone) un apoyo mutuo para ser mejores, pero en la Dominación Femenina se produce otra vuelta de tuerca y otro nivel de relación; nosotras somos el motor activo para que el sumiso mejore (excepto las malas de manual que buscan gusanos inservibles arrastrados) y al mismo tiempo ellos nos motivan para ser también mejores nosotras, porque somos el referente y el punto más alto hacia el cual mirar, y cuanto más justas e intachables seamos, más eficiente será nuestra influencia sobre ellos. Al final, como siempre, esto es un círculo entre ambos, y ahí está lo bonito. Lo de los perros inútiles me parece una gilipollez, dicho con todos mis respetos hacia los perros del mundo animal.

01 mayo 2015

Big bang femdom



Ya salió esta serie por aquí para comentar que no había ni pizca de femdom, sobre todo entre la pareja de la foto, aunque ahí pueda sonar a algo parecido de lejos. Pero hay un personaje femenino que dio un interesante giro en las últimas temporadas. Es una chica no muy alta pero de gran personalidad cuando tiene que ponerse firme. Supongo que la pretendida gracia viene de ahí, de que una bajita sea mandona, como ya pasaba con la poli de Arizona baby. Pero mejor lo vemos, con alguna otra escena también curiosa. Y a los sumisos que van buscando mujeres de metro ochenta, solo hay que decirles: “arrodíllate y asunto arreglado”.





¿Qué me atrae en un sumiso?

Aunque ya expliqué aquí lo que busco en un sumiso, voy a especificar un poco más. Lo que voy a comentar no es una guía de lo que debe hacer...