MIS LIBROS FEMDOM

24 noviembre 2019

El sumiso rebotado



No iba a publicar este post por no dar importancia al asunto, pero me parece necesario por partida doble: para dar consejo a sumisos inexpertos y para zanjar definitivamente un tema con alguien que se ha perdido en sus vericuetos mentales y ha tenido la desfachatez de interpretar mis educadas palabras como insultantes y despectivas. ¿Que no te responda, dices? Por privado desde luego que no me voy a dignar, pero no esperes que me calle, porque no es mi estilo.

Sí, esto va por ti y sé que cederás a la tentación de leerme, por mucho que te jures a ti mismo que no volverás a “pisar mi casa”. El que se pica, ajos come, así que mándate mirar por qué te sientes insultado cuando simplemente soy sincera y me tomo la molestia de responder, brevemente, a un extenso mensaje que a cualquiera le daría pereza leer. No me siento obligada ni culpable ni responsable ante las expectativas ajenas, ni una reacción desproporcionada puede causarme otra cosa que gracia, pues ya realmente nada me sorprende. Hasta para rebotarse hay que tener estilo y cuando se pierden las formas y se cae en el histrionismo, se pierde la razón, porque eso contradice lo bien que quieren quedar, cuando en el fondo parecen unos niñatos desubicados.

Esto no lo escribo desde el orgullo, como puedes dar por sentado, al igual que pareces pensar equivocadamente mil cosas de mí sin tener ni puta idea de cómo soy o qué cosas me afectan, y no, tú no eres una de ellas. Me puedo alegrar por tus avances en la vida pero no te confundas, tu pataleta no puede ni rozarme.

Os pongo en antecedentes. Hace varios años, la verdad que ni recuerdo cuántos porque me habrán escrito unas mil personas desde que abrí el blog, recibí un mensaje de auxilio de alguien que parecía estar al borde del suicidio. Yo no pensé ni por un momento que fuese una broma, allá cada cual con su conciencia si usan el truco de hacerse las víctimas para lograr atención, así que le respondí con rapidez y traté de darle ánimos, tras lo cual siguió un intercambio de correos amistosos.

Llegó un punto en que no respondí más porque tampoco había mucho margen, era como contarme su vida, más monólogo que diálogo. Supongo que no hará falta aclarar que estoy en mi perfecto derecho tanto a responder como a no hacerlo, a quien quiera, por el motivo que sea. Casi siempre cierro las puertas y me molesto en dar una explicación pero como a cambio no recibo ni las gracias o para colmo recibo una mala contestación, ya dejé de hacerlo. Por mi parte se trataba de un lector al que aparentemente ayudé y ya está. Al otro lado parece que había otra cosa, dada la reacción que tuvo el chico este, quien antes de preguntar de manera civilizada el porqué de mi silencio, me escribió en plan trágico dando una importancia desmesurada a todo, más en la línea de amante despechado que de simple conocido, y en fin, que me dio otra razón para no mantener aquella correspondencia, porque si me malinterpretan de esa manera es absurdo dialogar. Es más, cuando comenté que me aporta poco hablar con gente que no conozco en persona, me dijo algo así como que para él era mejor no chocar con la realidad.

El caso es que vuelve a reaparecer hace poco, que por cierto no es el único en la línea aparezco-desaparezco desde que tengo este blog, y me cuenta cómo le va, lo importante que fui para que cambiase su vida y muestra una actitud ambigua acerca de sus intenciones al escribirme. Le respondo brevemente que me alegra que le vaya bien, pero dejo claro que no estoy para mantener contactos virtuales, aparte de que, aclaro, si lo hago con todo el que lo pide me tendría que clonar. Lo que era algo bonito, el haber sido una influencia positiva en su vida, se convierte de repente por su tendencia melodramática en un asunto turbio, en una respuesta fuera de lugar al sentirse insultado por mi frialdad (???).

Inciso. Tengo una vida bastante ocupada, pero aunque estuviese tumbada en una hamaca todo el día aburrida, a día de hoy, por evolución en la vida, no me da la gana de intercambiar mensajes por las buenas o no sé con qué objetivo. Lo de consejera particular pasó a la historia, ya solo respondo a través del blog como bien saben los habituales. Además hay casos en los que no hay consejo que valga porque se trata de un cacao mental, de no saber ni lo que quieres, y desde luego mucha claridad mental no le noto yo a alguien que reacciona tan fuera de lugar al saber que no estoy por la labor de responder a su tocho punto por punto. Debería plantearse por qué le sienta tan mal, si habla desde el egocentrismo de quien quiere comprobar hasta qué punto la otra persona lo recuerda o considera importante, o yo qué sé, o ni él mismo lo sabe. Lo de que no me preocupe, que no estás obsesionado conmigo... ejem, en fin, no creo que me vaya a quitar el sueño que alguien a quien no he visto ni en foto esté o no esté obsesionado “conmigo” sin conocerme.

Bueno, como puede verse, y quizá él lo vea cuando se le pase el berrinche, es todo una paranoia que no hay por dónde cogerla, con un punto cómico incluso, así que es de esas cosas desagradables que archivo sobre la marcha, ya se le pasará la locura. Porque es una absoluta ida de olla lo de decir que no quiero que estés en mi vida: eso está taaan fuera de lugar, puesto que nunca estuviste ni cerca alguna vez. Está bien perseguir sueños pero hay que aterrizar también y ser realista cuando toca.

Yo voy a aprovechar la desafortunada anécdota para dar un par de consejos para sumisos “con la boca caliente” que no son capaces de reflexionar sus respuestas ni por unos minutos. Este no tardó ni una hora en responderme indignado al saber que no recibiría más noticias mías, en vez de respetar educadamente mi decisión. Repito, no me da la puta gana de mantener correspondencia con quien no quiero mantenerla y punto. Demasiado tiempo gasto en ayudar a la gente sin nada a cambio, demasiado paciente soy, demasiado correcta como para soportar rebotes infantiloides, y me alegro de que reaccionen confirmando lo que ya sospechaba que eran, así no pierdo más tiempo de la cuenta. ¿Qué tal lo de empezar por ofrecer antes de pedir? Seguro que ni cruzó por tu cabeza que pudieras ayudarme en algo con tu nueva profesión, pero deja, no hace falta, ya me apaño yo sola desde hace años y no vayas a sacar la errónea conclusión de que estoy en deuda contigo por algo, lol. Si esto empaña tu imagen de mí, me da lo mismo, porque ni me conocías antes ni me conoces ahora.

Así que atentos, porque lo mismo el consejo le sirve a alguien, eso sí, ahorraos los mensajes con acuse de recibo, no es necesario.

Consejo número uno para sumisos rebotados, impacientes e inmaduros del mundo mundial:

En un entorno virtual debéis tener cuidado con los espejismos. A lo mejor eres mega fan de Beyoncé y gracias a ella has perdido 20 kilos bailando al ritmo de su música, por lo cual la consideras una de las personas más importantes de tu vida, pero no te confundas, no es amiga tuya ni nunca lo será. Yo no soy Beyoncé, ni ganas de dejar de ser anónima xD, pero me consta que le he cambiado un poco el chip a más de uno, aunque ojo, por mucho que yo predique acerca de femdom positivo, al otro lado debe haber alguien receptivo y capaz de poner en práctica lo que digo, y para colmo de males este chico no parece haber asimilado mucho de lo que digo si presume de honesto pero no se ve capaz de contarle a una hipotética novia que le va el femdom. Pero iba diciendo que no hay que equivocarse con la gente famosa o “famosa”. Ama S., al igual que Ama Perica de los Palotes, es una persona de carne y hueso, soy Ama pero soy mil cosas más, y tanto si acabas de llegar al blog como si llevas años siguiéndome, no tienes ni remota idea de cómo soy realmente. Seguro que te defraudaría en algunos aspectos, por ejemplo porque no encajo con tus fetiches, y seguro también que fliparías por lo increíblemente maravillosa que soy en aspectos que ni imaginabas. Así pues, no te montes películas con nadie, no te conformes con hologramas (un desconocido que solo te habla por mensajes es justo eso y quien piense lo contrario vive en el planeta Yupi), no abras tu alma a quien no conoces por aquello del anonimato en la red, no vaya a pasarte como a Ginny Weasley cuando vertió literalmente su alma en el diario de Voldemort. Habrá quien se entretenga contando su vida a un extraño o lo tome por un psicólogo gratis y pase página alegremente como si nada, y hay quien se lo toma tan a pecho que al final se siente vinculado con su confidente, por mucho que crea que no tiene nada que perder. Es muy típico hablar en términos de ganancia y pérdida cuando se dirigen a mí, sin pararse a pensar qué me llevo yo. Un breve “gracias por ayudarme a mejorar o a aclararme o lo que sea” es más que suficiente. Intentar colarse en mi vida desde detrás de un teclado ya es coger demasiadas confianzas.

Nadie se libra hoy en día de vivir en un mundo virtual, con tanto chat y tanta mierda irreal, y en ese error caí yo también en el pasado, pero ya tengo claro que lo que ocurre en virtual es una realidad a medias, y solo cuenta para mí la pura realidad. Es lo que hay y no tengo que pedir permiso ni perdón por pensar así, faltaría más.

Segundo y último consejo para sumisos con tendencia al rebote rápido:
Ninguna mujer con un mínimo de autoestima, y no te cuento nada si encima es dominante, va a tolerar niñaterías de ninguna clase. Si te haces el ofendido, si quieres dar a entender que algo no te afecta pero demuestras justo lo contrario con tu alterada reacción, si en resumen intentas nadar sin saber hacerlo mientras te hundes cuando sacudes las piernas en un intento por salir del agua... quedas a la altura del betún, tú mismo te echas mierda encima aunque le eches la culpa a los demás, por muy incapaz que seas de verlo. Así que, menos rebote y más remar en tu propio bote sin marear al prójimo.

03 noviembre 2019

Femdom o trauma

Hay una serie, Por 13 razones, que os recomiendo porque aborda asuntos interesantes, no solo para adolescentes. Aunque el eje central es el suicidio, todo gira en el fondo en torno a lo que se supone que es ser un hombre de verdad, la masculinidad basada en la rudeza, el prototipo de macho alfa en su peor versión posible y conflictos por el estilo. Ya comenté por aquí todo eso de la hombría en relación al femdom, así que voy a comentar otro asunto que aparece en la serie en su tercera temporada, para mi grata sorpresa.

Por resumir la trama, una chica es violada en el instituto y después se suicida, dejando unas cintas grabadas destinadas a todas las personas que tuvieron alguna relación con ella. Y es que en casos así hay culpables, pero también responsables indirectos, daños colaterales, gente que mira para otro lado y muchas más cosas que aparecen en la serie.

Pues bien, no solo la chica suicida fue víctima de abusos en ese instituto a manos del malvado. Una de ellas sale del pozo y va sanando sus heridas emocionales, de manera que en la tercera temporada llega a explorar a fondo su identidad sexual y descubre, tachán, que le pone eso de dominar en el sexo.

Puede parecer razonable que la forma de superar un miedo a ser abusada sea actuando tú como la abusadora. Como terapia a lo mejor es algo positivo. Ojo, no me refiero a abuso literal, sino a que el abusado esté encantado, como ocurre en femdom. Sin embargo hay algo que me choca en su caso. La chica dice que descubre “casualmente” tras la violación que le pone dominar y tener el mando. No sé, creo que si lo descubres sin algo trágico de por medio me lo creo más. Leí por ahí una vez que una chica descubrió un buen día que su instinto dominante no era más que miedo al embarazo, a ser violada y a los hombres en general. Y podéis pensar, ¿cómo se distingue una cosa de la otra? ¿Cómo saber si esa mujer que dice ser dominante lo es realmente o ha llegado hasta ahí por caminos traumáticos? A muchos les dará igual, claro, con tal de poder decir “tengo Ama”. Pero si es una fase pasajera, al final ella no seguirá por esa senda. Entonces, en mi opinión, la forma de saberlo es darle tiempo al tiempo, eso para empezar. Y aparte, se nota si es un trámite o algo que se disfruta y se lleva dentro. Una “simple” mirada dice más que mil palabras, igual que ocurre cuando un hombre dice que es sumiso.

Yo no voy  dar una lista de mis trece razones para ser Ama, porque podría dar 50 o dar una sola: porque sí y punto. Pero así a bote pronto puedo mencionar unas cuantas y ninguna es traumática: porque me pone, porque no soporto la idea de tener una relación convencional, porque si no estoy yo arriba no hacemos nada, porque los hombres dominantes me provocan rechazo, porque los hombres sumisos me derriten. En resumen, porque soy como soy y ya está.

Dejo aquí estas escenas de la serie, que son la mar de interesantes, ya se trate de dominación real o pasajera. 


¿Qué me atrae en un sumiso?

Aunque ya expliqué aquí lo que busco en un sumiso, voy a especificar un poco más. Lo que voy a comentar no es una guía de lo que debe hacer...