Advertencia: un cornu** NO es un sumiso, así que si buscas cuernos vete de mi blog. Y censuro la palabra porque estoy harta de atraer esa clase de visitantes.
Uno de los puntos obligatorios del manual de la perfecta Ama hija de satanás (y uno de los temas estrella en el porno femdom, y por tanto, topicazo a más no poder) indica que es privilegio del Ama tener todos los hombres simultáneos que le apetezcan. Vale, hasta aquí, de acuerdo, es nuestra decisión, faltaría más, pero falta un punto b que explique que no vas a ser menos Ama si solo te apetece estar con tu sumiso (casi) perfecto. Sea cual sea la política de cada una en esto, lo importante es que antes de aceptar a un sumiso le dejes claro si debe estar preparado para “compartirte” o si en tus costumbres entra o no la poligamia sumisil o vainilla. Y el sumiso lo único que puede hacer es decidir si quiere entrar en una cuadra, en una casa para dos o en un albergue temporal.
Voy a analizar esto un poco más a fondo, que el tema tiene más miga de lo que parece.
¿A qué llamamos cuernos? Que yo sepa, se trata de buscar relaciones paralelas, ya sean esporádicas o duraderas, a espaldas de tu pareja oficial. Entonces, la definición no sirve cuando se trata de hacer cornu** al sumiso, porque él SABE lo que ocurre. El sumiso cornu** se adjudica ambos adjetivos y se queda tan ancho, cuando puede ocurrir que no sea ni lo uno ni lo otro.
Por simplificar, las situaciones “cuerniles” son estas:
1-El sumiso presencia la “infidelidad”, se siente humillado, sufre y se aguanta.
2-El sumiso no sabe en qué anda su Ama ni con quién, pero sabe que ella está o puede estar con quien le de la gana.
3-El sumiso está presente cuando su Ama se lo monta con otros, y lo disfruta, dándole la vuelta a la humillación para convertirla en algo excitante, disfrazado de entrega y generosidad hacia su Ama.
Sobre los casos 1 y 2, nada que objetar dentro de una relación pactada y consentida. El caso 3 también se supone que es pactado y consentido, pero... leyendo las fantasías de algunos, que en su mayoría no han pasado más allá del teclado, percibo siempre un tufillo sospechoso a pseudo sumisión. Estos supuestos sumisos que “solo ponen la condición” de estar presentes cuando ella esté siendo poseída salvajemente en un frenesí carnal por un “macho de verdad”, en mi opinión buscan su propio placer, y venden muy mal esa teórica entrega, porque en el pequeño detalle de no pasar por el aro de la situación 2 están dejando muy claro que no aceptan la plena libertad sexual de su Ama, sino que quieren participar en ella. Es decir, ¿qué tiene que ver esto con la sumisión? Yo ahí lo que veo es una pareja liberal que practica lo de los cuernos como puede practicar un trío, un intercambio o lo que se tercie, prácticas bdsm incluidas.
Para mí (opinión personal, remarco) esto tiene poco que ver con la Dominación Femenina Y no lo digo tanto por el sumiso sino por el lugar del Ama en ese caso. Me explico. La clave la veo en eso del macho de verdad. Me hace gracia la típica escena en la que aparece el sumiso atado en un rincón mientras su Ama (aunque yo creo que lo mismo le valdría la vecina del 5º) es follada en posición absolutamente sumisa por un hiper macho con hiper pollón. ¿Soy la única en ver el contrasentido de que el Ama se muestre sumisa (o dejémoslo en vainilla) con otro hombre delante de su sumiso?
No sé si esto es el no va más de la perversión y de ahí le viene el hipotético morbazo, o si directamente es un sinsentido, como lo que buscaba est@ Am@ que llegó hasta mi blog tecleando estas palabras:
Es como esas paradojas a las que les das mil vueltas y al final lo dejas por el dolor de cabeza que te entra.
Con respecto a esa fantasía masculina concreta, mi postura es:
- Los hombres vainilla NO me ponen, mucho menos los dominantes, y no me lo voy a montar ni a solas ni delante del sumiso con uno de ellos.
- NO veo al sumiso como un medio hombre que no pueda satisfacerme, mi placer no viene de humillar a alguien por un defecto evidente (ya hablaré de los losers de pene pequeño) ni me van los sumisos resignados.
- Ese tipo de escena NO me haría sentir la Ama más mega poderosa del universo. Sería imposible mientras me someto a un macho man o a un hombre no sumiso.
En definitiva, me parece la típica paja mental o física del “sumiso” que busca, como todo pseudo sumiso, realizar su fantasía. Oye, que si ella también disfruta con eso, ya sea Ama, vainilla o misionera, me parece genial, todos contentos, pero está planteado de una manera que a mí me parece chirriante, algo lógico si tenemos en cuenta que la iniciativa en ese caso 3 casi siempre parte de ellos, y puede ocurrir lo mismo que cuando un sumiso quiere que su chica vainilla se convierta en su Ama, o sea, existe el peligro de que en el fondo ellos manden sobre la situación.
Lo que buscan estos sumisos “especializados” en cuernos tiene toda la pinta de ser, ni más ni menos, que el emputecimiento de su Ama (ingenua de mí que pensé que eso era más habitual en la parte sumisa), y se supone que la máxima entrega del sumiso se produce al ser objeto de la humillación de presenciarlo. No sé, me pierdo, de verdad, intento entender ciertas cosas pero no veo la manera. ¿Sumisos que pretenden tener una Ama santísima que los ame y los tenga en el primer lugar de su corazón, y que a la vez sea la más golfa-puta-zorra (palabras “respetuosas” literalmente usadas en relatos y blogs de sumisos cornudos de estos) para disfrutar con la humillación permanente de que ellas se tiren a medio planeta?... ¿Eso es sumisión? Creo que no es ni Dominación. Me parece, por parte de ellos, querer lograr la cuadratura del círculo, y seguir el mismo esquema patriarcal de siempre, por muy pintado de sumisión que quieran venderlo.
En definitiva, si se te llena la boca diciendo que tu Ama es libre de hacer lo que le de la gana con quien le apetezca, no impongas meterte en primera fila. Si por el contrario lo tuyo no es compartirla, dilo desde el minuto uno. Hagas lo que hagas, y busques lo que busques, habla claro, pero no intentes dar gato por liebre, porque no cuela. No llames sumisión a convencer a tu Ama para que haga lo que deseas tú. Luego hasta puede ocurrir que se vuelva una zorra de verdad y te deje tirado, para tu mayúscula (ejem) sorpresa.