MIS LIBROS FEMDOM

10 septiembre 2020

Pegging en femdom

 


Este es otro de los temas típicos en porno femdom que no abordé hasta ahora porque no me interesa especialmente, sobre todo cuando se plantea desde una postura machista. Voy a explicar cómo lo veo yo.

El coito sigue siendo el plato fuerte de cualquier relación sexual, y además con unas connotaciones de dominación del macho sobre la hembra más que evidentes. Da igual que te pongas encima o que marques el ritmo, al final él piensa que la ha metido y “ha sido un hombre de verdad”. Y todo esto no me lo invento yo, es la base del porno en todas sus variedades, con el falo como símbolo de poder y protagonista absoluto. Y lo increíble es, que en porno femdom sea más de lo mismo. Tenemos a una mujer que usa una polla de goma para someter al hombre a través de una especie de coito macho-hembra. De ahí que la humillación del sumiso consista en hacerle sentir una putita; ojo, no una mujer a secas que disfruta de sexo anal, haciendo por tanto que la persona follada sea automáticamente la parte sometida y humillada.

El planteamiento anterior es el mayoritario, mires donde mires. “Quiero ser su putita, mi Ama”, “eres mi zorrita y vas a sentir el poder de mi arnés”, etc. Vamos a repasar un concepto básico: Dominación Femenina, dominio de la mujer sobre el hombre. Hasta donde yo sé, ejem, no tenemos pene, ni falta que nos hace a las que no adoramos a lo fálico. Repito, ni falta que nos hace, tanto para sentir placer a solas como para sentirlo acompañadas. Yo no necesito una prótesis para que alguien se rinda a mí. Y me interesa 0% que un hombre necesite “degradarse” sintiéndose una golfa. No voy a contribuir al modelo heteropatriarcal ni está en mi naturaleza. No estoy frustrada por no tener pene, no soy dominante porque en el fondo quiera ser un macho alfa, no veo a los sumisos como menos hombres o como amariconados.

Y os estaréis preguntando, ¿hay alguna manera de incluir la sodomización del sumiso como algo puramente femdom? Ya digo que todo lo que vaya en la línea de “te follo como si yo fuera un hombre” o directamente, “te sodomiza un hombre en mi presencia”, me parece la antípoda del femdom. Y también me parece que el sexo anal masculino no es sinónimo de femdom, es decir, una pareja vainilla puede saltarse los mil tabúes al respecto y jugar con un arnés, porque a él le resulte placentero sin sentir que su hombría peligra o que en el fondo sea un gay en el armario, y ella puede hacerlo por complacerlo, desde una actitud más sumisa que dominante.

Dentro de una relación Ama-sumiso en la que ella utilice su feminidad y él se sienta tan hombre como cualquier otro, la sodomización puede ser otra forma de entrega. Indudablemente, es un tema peliagudo para cualquier hombre heterosexual, es una cuestión de vulnerabilidad, es algo casi más mental que físico, aunque en el terreno físico no es algo fácil para un esfínter poco entrenado. Si él no necesita que lo insulten llamándolo putita mientras entre ambos idolatran al falo masculino como símbolo absoluto de poder, sino que el sumiso se ofrece sin reservas para que su Ama hurgue en cualquier rincón de su anatomía, ya estamos algo más cerca de lo que supone el dominio femenino. Pero ya digo, si todo se basa en eso, y además se plantea como machismo disfrazado de femdom, pues no es femdom, directamente.

¿Qué me atrae en un sumiso?

Aunque ya expliqué aquí lo que busco en un sumiso, voy a especificar un poco más. Lo que voy a comentar no es una guía de lo que debe hacer...