MIS LIBROS FEMDOM

26 junio 2014

¿Sumiso o pusilánime?



Hay una serie llamada Black Mirror que trata de manera impactante los avances (o retrocesos) de esta era tecnológica que nos va absorbiendo a tod@s sin remedio. En un episodio, la chica pierde al novio y lo reemplaza por una especie de muñeco realista que se comporta en base a las pistas de la personalidad que el chico real dejó por toda la red. Tiene su forma de hablar y su aspecto pero claro, no es él. Ella siente que lo “tiene” de nuevo a su lado en cierto modo (casi como lo que “tenemos” cuando chateamos con alguien que no conocemos en persona o que en persona poco tiene que ver con lo que imaginamos tras la pantalla), pero lo que no tiene y es irreemplazable es lo querida que se sentía a su lado. Como ventaja tiene la de disponer de un semental que nunca se cansa :P


No, no se me ha ido la cabeza hablando de cosas que no tienen nada que ver con el tema de este blog. Resulta que ese androide, o lo que sea, trata de complacerla, de ser lo que ella espera de él... es decir, en el fondo es sumiso, aunque se trate de una vuelta de tuerca en la que él tenga que ser a ratos un “poco cabrón” (forma que tiene la la chica para describir a un hombre “de verdad” y no sumiso para nada). Porque lo que a ella le empieza a crispar los nervios, aparte de ser consciente de que ese muñeco es un sucedáneo de su amor perdido, es que el medio robot no tiene criterio propio ni se rebela ante ella, ni (atent@s al colmo del cabronismo ese) le pega en una discusión subida de tono. Pobrecilla, dios le da pestañas a quien no tiene ojos, como suele pasar, aunque en lo del criterio propio coincido plenamente.


Bueno, pues resulta que ella (aviso, voy a destripar del todo el capítulo) decide que la solución es obligarlo al suicidio saltando por un barranco, y justo cuando él va a obedecer, le dice ella que menuda decepción, que ya podría resistirse y suplicarle un poco y tal, que su amorcito habría hecho eso. De manera que así lo hace nuestro androide-sumiso y al final acaba aparcado en el desván donde sirve de compañero de juegos de la hija de la protagonista. Esto último, por cierto, parece salido de la mente retorcida de esos sumisos que fantasean con ser un objeto que se guarda en un baúl cuando el Ama no quiere usarlo.


A mí me ha gustado el episodio, no por lo que propone como sustituto de algo que no tiene sustitución posible (me parece traicionero con el difunto aparte de malsano psicológicamente por lo de no saber pasar página), ni por la previsible crítica hacia los hombres demasiado sumisos, sino por un aspecto concreto que refleja la historia.


Ya vi hace años una película que no tengo manera de encontrar, de argumento parecido. Ella acaba hasta las narices del androide obediente, mientras que a mí se me quedó la película grabada porque me parecía, en parte, un sueño hecho realidad tener a “alguien” que dijera que sí a todo. En la prehistoria de mi conciencia de mujer dominante me pareció el ideal de hombre.


Pero... hay algo que ahora entiendo y comparto con la protagonista de ese capítulo. Imaginemos que no es un androide el chico ese sino un sumiso. Hay una cosa fundamental para mí en una relación de Dominación Femenina para que funcione. No basta con que él sea sumiso. Me explico.


Dije al principio del post que ella echa de menos no solamente a la persona fallecida sino lo de sentirse querida... A eso me refiero, a lo que me transmita el sumiso... Si el sumiso se limita a obedecer y complacer, que no es poco, puede parecer un muñeco de latex de tamaño real, que además podría obedecerme a mí tanto como a cualquier otra mujer. Necesito que no caiga en el extremo patológico de ser pasivo absolutamente para todo, porque entonces no siento que sienta nada por mí, y dejo adrede la redundancia de la palabra sentir porque se trata de eso: SENTIR. Yo siento la Dominación Femenina, no juego a ello, y necesito saber que al otro lado hay sentimientos profundos y verdaderos, que él no sea una máquina de obedecer ni me convierta a mi en otra máquina de dar órdenes. Por supuesto que quiero que me obedezca en todo y lo hará porque llegamos a ese punto en que sabe que nada malo le pasará (no le ordenaré que salte por un acantilado ni en broma), pero quiero que lo disfrute, que lo haga porque no hay nada que le haga más feliz, no como un trámite para conseguir de mí que le cumpla tal o cual fantasía. Algunos disimulan muy mal eso de estar en un simple trámite y otros ni se molestan en fingir.


Como dice la RAE:
pusilánime.
(Del lat. pusillanĭmis).
1. adj. Falto de ánimo y valor para tolerar las desgracias o para intentar cosas grandes. U. t. c. s.


¿No es algo grande una relación de Dominación Femenina...? Pues eso, sin ánimo y valor, poco se puede caminar en la senda de construir una. O qué menos que tener también valor para reconocer, a tiempo, que no se puede recorrer esa senda. (Hablando de esto, me anoto otro próximo post: cuando el sumiso “no puede seguir”).


Entonces, cuando llega un momento crítico, si el sumiso parece un robot... ¿qué sentido tiene? Yo quiero un hombre que tenga sangre en las venas en vez de horchata y que no desaparezca si hay un problema o me eche a un lado porque esté confuso o, en definitiva, que no sea pasivo hasta la náusea en esos momentos en que lo último que necesito es que se parapete tras su silencio o ausencia, porque una persona que no se comunica abiertamente y se esconde está lanzando un arma de destrucción masiva al corazón de cualquier tipo de relación y en cualquier fase en la que se encuentre dicha relación.


Como dije en aquel post y repito ahora: quiero un sumiso, no un pánfilo-pasivo. Será que pido mucho y pretender que un sumiso sea dócil pero a la vez le eche webs a la vida es como lograr la cuadratura del círculo. Qué sé yo (sip, ciertos temas me siguen confundiendo hasta el infinito). Aunque en el fondo todo esto tiene más que ver con la personalidad de alguien y no con su sumisión, me parece que algunos encuentran la excusa perfecta en eso de “ey, es que soy sumiso, soy la parte pasiva, no esperes que mueva un dedo más allá de lo necesario”. Pues sí, lo espero. Es más, si no lo mueves me queda claro que somos incompatibles.


22 junio 2014

¿Amas bordes?



Tiene Qarpatian un post que toca un tema “típico” del femdom. Algo he comentado acerca de eso por aquí cuando he hablado de nuestra supuesta maldad o cada vez que critico la imagen estereotipada del femdom como en este otro post sobre el carácter de las Amas, etc. Parece que predomina lo antipáticas que podemos parecer así vistas en conjunto por regla general. Mi opinión es lo que he dejado allí de comentario:


Por la parte que me toca, voy a dar mi opinión sobre la supuesta bordería de las Amas. Para empezar, al igual que hay varios tipos de sumisos, los hay de Amas, y para bien o para mal, abunda el prototipo de ultra sádica con mala leche perpetua, imagen que consolidan ellas mismas porque les interesa hacer ese papel, o por motivos económicos ya que atraen justo a esa clientela que busca tal clase de Dómina profesional, o por qué no, por simple placer y forma de ser personal.

Aparte de eso, las que no vivimos de una imagen sacada de un vídeo porno, podemos dar igualmente una impresión de ser, cuanto menos, estiradas, por nuestra forma de expresarnos o de tratar a los candidatos a sumisos, y como bien comentas, en parte ocurre que estamos hasta la peineta de los personajillos que vienen con la intención de utilizarnos para sus fantasías sin importarles un cuerno lo que queremos nosotras o dando por sentado que haremos encantadas todo el repertorio del canal femdom extremo, o como apunta dana, que se olvidan del detalle de que somos mujeres y personas antes que nada y nuestro componente emocional es igual o más importante que el sexual. Creo que es una reacción lógica y que no merecen otra cosa que una respuesta cortante los que van en esa dirección.

Por otra parte, yo al menos sí puedo parecer un tanto hosca cuando se me acercan aunque sea sin caer en los típicos errores, pero es que es consustancial a ser dominante el hecho de poner el listón alto desde el primer momento, no es hosquedad en realidad, es dejarle claro a la otra persona que incluso si llegamos a intimar yo voy a ocupar mi lugar, y mi lugar es ser dura y estricta en general porque es lo que me apetece y me llena.

Y todo esto, en mi caso repito, no está reñido con el humor ni significa que esté con mala cara, que yo disfruto dominando y lo que se me pone en la cara es una sonrisa de placer (sonrisa sádica o sonrisa angelical, que hay momento para todo), y en esta vida es mejor echarle humor a las cosas, y para muestra tengo yo varios casos en mi blog en los que critico a los falsos sumisos con una buena dosis cómica (*), porque la primera reacción es indignarme pero luego, al tomar distancia, hasta le veo el punto humorístico y eso ayuda a neutralizar el mal trago de cruzarte con algún impresentable.


(*) por ejemplo este:

17 junio 2014

¿Me sigues o vas de paso?

Esto del número de visitas y los visitantes es un tema curioso del que no pensaba hablar pero me parece interesante como reflejo del interés por la Dominación Femenina. Y voy a comentarlo ahora porque alguien me ha escrito unas líneas para felicitarme por el blog y de paso comentar esto del supuesto interés de los sumisos. Como resumen traigo este fragmento de su mensaje:

Debe ser un poco duro intentar ganar terreno con una visión inteligente del "asunto", es tambien dificil en este medio, donde la inmediatez es una de las carcterísticas más buscadas. Hay una impaciencia generalizada en la mayoria de los llamados sumisos. En realidad, la mayoria buscan un estereotipo, que encaja en su teatro de operaciones que se construyen mentalmente. Digamos que es sexo lo que en realidad buscan y la sumision planteada es dudosa, porque a menudo pretenden hacer "esto o aquello", objetivo que no corresponde al sumiso decidir.


Eso de la inmediatez es una gran verdad. Veamos este gráfico del tiempo medio de las visitas a mi blog:



Como veis, solo (o nada menos que) la cuarta parte se toma realmente su tiempo en visitar el blog, dedicando entre 20 minutos y más de una hora. Por cierto, el hecho de que alguien pase más de una hora por aquí hace que merezca la pena el tiempo que le dedico yo a escribirlo. Pero el resto supongo que serán visitas en plan “a ver lo que pillo para hacerme una rapidita”, y claro, aparte de ciertas fotos y algún vídeo un poco más explícito, poco van a encontrar para su “tarea”. Incluso los relatos no son del tipo aquí te pillo aquí te mato ni son la típica fantasía masculina (o eso creo).


Así que, extrapolando esto al interés general por el tema, me parece que no me equivoco si digo que la proporción de sumisos de calentón son la mayoría abrumadora tanto en la red como fuera de ella, y que los que se toman su tiempo en profundizar y en llevar a otro nivel general su sumisión son minoría. Y antes de que alguien salga con la parte contratante, o sea, con las Amas que también buscan la inmediatez, ya lo digo yo. Por supuesto que son la abrumadora mayoría en la red toda la colección de amas (en minúsculas para diferenciar ejem) que solo buscan pasta fácil y un rato que las saque de la rutina marital o de la rutina que sea.



Y sobre los visitantes, o concretamente sobre los comentaristas, ya sean los que aparecen en los posts o los que me escriben por privado, pues supongo que pasa tres cuartos de lo mismo. Algunos me consta que desaparecieron porque tras tirarme los tejos sin éxito perdieron interés en seguir por aquí. Otros vuelven por temporadas. Los hay que están de manera fiel casi desde siempre. En fin, hay de todo como en la vida misma. Así que tanto si vas como si vienes como si estás de paso, espero que tu visita te haga reflexionar aunque sea un poco. Porque si de algo estoy cada vez más convencida es de que hay sumisos y “sumisos” y no creo que sea una teoría mía sino que ahí están los 3.500 comentarios hasta el momento para corroborarlo.

11 junio 2014

Lucía y el sexo... y el pañuelo


Esta película parece un simple reclamo publicitario, usando la palabra sexo en el título sin que venga mucho a cuento en la historia. Tiene un guión bastante extraño, aparte de los bonitos paisajes no hay nada destacable. Aunque claro, taquilla hizo con eso de mostrar a las 3 chicas como su madre las trajo al mundo. Hablando de mundo, y según un guión lleno de casualidades increíbles, un título más adecuado habría sido El mundo es un pañuelo, y hablando de pañuelos, traigo esta escena en la que solo faltaría que él suplicase para que el momento femdom hubiese sido completo.

Qué erótico es tener al sumiso así, demostrándote que te tiene confianza “ciega” (tenía que hacer el juego de palabras, sí, ¿qué pasa? :P).

06 junio 2014

¿Qué siento al dominar?




Como me gustaría hablar solo de cosas bonitas en esto de la Dominación Femenina en vez de sacar a la luz toda la colección de perturbados y egoístas, hoy voy a ir más allá en este tema al que di un par de pinceladas en este post.


Si alguien me preguntase (porque no le cabe en la cabeza o por curiosidad) qué pasa por mi mente y por mi cuerpo cuando siento mi poder sobre un sumiso, le respondería lo siguiente.


Para empezar, no es algo automático ni me sirve cualquiera, esto es básico aclararlo. Así que tengo que estar con un sumiso que me interese/atraiga y exista una conexión a varios niveles, y él debe estar en ese nivel concreto de sumisión que yo necesito para que mi capacidad de dominar se despliegue por completo. Voy a matizar esto un poco antes de seguir.


El sumiso que yo necesito debe ser sumiso conmigo siempre. Eso no significa que lo lleve con una cadena por la calle, pero en cualquier gesto, por pequeño que sea, debe quedar claro quién manda, y por supuesto debe salirle natural. A un sumiso novato no le apetece estar a todas horas pendiente de todo. Puede ir andando delante de ti y entrar primero por una puerta, o pedir primero en un restaurante, o interrumpirte en mitad de una frase o no hacerte sentir que eres lo más importante del lugar en que estéis porque no tiene sus sentidos centrados como debe ser, porque un hombre suele dispersarse en cuanto pierde el panorama sexual de vista.


Y la verdad es que mi deseo de dominar se diluye bastante cuando esos pequeños grandes gestos fallan, y en mi cabeza se acumulan datos para que no me apetezca entregarme (sip, dije entregarme) dando mi dominación a cambio de su sumisión.


Así que supongamos que el sumiso ya es un chico bueno que sabe lo que tiene que hacer (antes no lo sabía porque nadie nace sabiendo o porque no le interesaba aprender ya que esa mujer en concreto le deja frío, por muchas ganas que tenga de recibir su ración de sentirse dominado), y ya estamos “metidos en faena”.


No me refiero a dominación sexual, o no solo a esto, en cualquier momento y situación, si siento que se me da absoluta prioridad, que se me obedece en la más mínima tontería, etc, ya se da la relación DF. Entonces, en el amplio abanico de situaciones posibles, lo que siento en el momento en que mi dominación y su sumisión encajan, es:
  • me siento más yo misma que nunca, porque esto es lo que me llena, y porque puedo ser yo misma con él más que con nadie
  • me siento por encima de él, porque él me alza a ese lugar, porque él está feliz de estar en un plano inferior
  • soy consciente de lo especial del momento y de la suerte que tengo, y sé que él también lo advierte y lo aprecia
  • me deleito en la belleza de todo ello, una mirada, un momento íntimo con el sumiso arrodillado, dejándose abandonar para priorizar mi placer, que haga eso que sabe que me gusta tanto sin que tenga que pedirlo, etc
  • feliz, en ese momento estoy feliz porque todo encaja
  • me pone, incluso momentos no sexuales a mí me resultan muy eróticos sin importar dónde ni cuándo
  • ternura a ratos
  • ganas de más, nunca es suficiente, siempre puede él mejorar, podemos llegar a un “más allá” que está por explorar


Básicamente es eso, y por completar lo que siento, diré lo que no siento hacia el sumiso: desprecio, burla, ganas de abusar puras y duras, en resumen, no dejo de verlo como un ser humano, porque, a mí, dominar a una piltrafa no me aporta absolutamente nada y elijo con mucho cuidado a quien le entrego (repito la palabra) uno de los aspectos fundamentales de mí.

03 junio 2014

Que no te cumplo tu fantasía, cretino



Hacía tiempo que no me llegaba un mensaje de esos para reírse, o para llorar, según queramos tomarnos las cosas. El 90% de los que dicen ser sumisos solo son hombres buscando cumplir fantasías excitantes, y les da lo mismo una mujer u otra para llevarse lo suyo. Incluso cuando existe ya cierto feeling y ambos comparten el gusto por una lista de perversiones que engloban lo que se sale de lo convencional, el sumiso en cuestión deja de sentirse excitado si ocurre algo que no entra en su lista. Porque como digo, en muchos casos no se trata de sentirse excitado y realizado al ponerse en manos de una mujer, o de ESA mujer en concreto, de disfrutar siendo su objeto sexual en un amplio sentido de la palabra, sino de “entregarse” solo si aquello coincide con lo que le pone la entrepierna a tono cuando fantasea en solitario. Pero veamos el mensaje de marras:

Estimada Señora,

Hace un par de años tengo una fantasía y estoy dispuesto a cumplirla. Se trata de ser encerrado, bajo régimen real de esclavitud, para ser entrenado como esclavo total y principalmente como retrete humano, como un comemierda de Mujer, sin que se me permita dar marcha atrás bajo ningún concepto.

Pienso que es una experiencia que tengo que vivir talvez por razones kármicas, no lo sé, pero si usted pudiera encerrarme, yo estoy dispuesto a desaparecer del mapa mundi por tiempo indefinido...

a sus pies, si me lo permite


Yo estoy completamente convencida de que el individuo este, si no se trata de un bromista, claro, sería incapaz por completo de hacer lo que dice. Seguro que no ha tenido una experiencia parecida ni de lejos, seguro que entra con el spray ambientador en la mano si una mujer entra al WC antes que él. Es de esas fantasías hiper burras que te ponen solo en tu cabeza justamente porque sabes que en la vida real se te cortaría el cuerpo enseguida. Y por supuesto, aparte de esa fantasía, este tío no tiene ni remota idea de cómo someterse a una mujer. Me llega con su estúpido mensaje de copia-pega que le manda a todas, sin molestarse en saber qué me interesa a MÍ, que sobre el sumiso escatológico tengo ya mi opinión bien clara y, sin soltar una frase acerca de lo gran persona que le parezco por lo que se deduce del blog, me propone algo que se supone que tengo que hacer, porque oye, ¿no pongo Ama en mi nick? Pues eso, seguro que hago de todo y gratis, poniendo yo el inodoro, por supuesto.


Pues nada, chico, te deseo suerte, o como dicen los actores, mucha mierda, nunca mejor dicho. Y sí, mírate el karma ese, porque me da a mí que no te lo arregla ni dios que baje del cielo.

¿Qué me atrae en un sumiso?

Aunque ya expliqué aquí lo que busco en un sumiso, voy a especificar un poco más. Lo que voy a comentar no es una guía de lo que debe hacer...