MIS LIBROS FEMDOM

29 diciembre 2023

El criado sumiso

Hay un personaje sospechosamente sumiso en la serie Downton Abbey, que por cierto recomiendo por varios motivos, como el hecho de reflejar el cambio del papel social de la mujer a principios del siglo 20. El criado Molesley es servicial hasta la médula y por vocación, no sólo por obligación.

Este tipo de asimetría impuesta me interesa poco por lo general, pues no le veo la gracia a que alguien tenga que obedecer porque está en un guion ni hay manera de saber si lo seguiría haciendo fuera de ese rol. En mis libros de relatos no suele haber jerarquía por esto que comento, aunque tampoco falta el par jefa-empleado por poner un ejemplo. Aunque con un matiz femdom la cosa cambia, pues no es lo mismo un mayordomo a secas que uno que además sea sumiso con su Señora en todos los ámbitos.

Volviendo a este personaje, me llamó la atención desde la primera escena en la que aparece en la serie. Y eso que no estaba sirviendo a una mujer sino a su nuevo amo, un joven adelantado a su tiempo que se niega a tener criado. El pobre Molesley se queda plof y le ruega que le deje hacer su trabajo, porque le encanta y no se siente degradado por ello. A lo largo de la serie vemos su evolución, aparte de que el actor tiene una gran vena cómica, y comprobamos que no es ningún inútil que no sabe hacer otra cosa que servir, pues llega a ser maestro y guionista de cine. Y cuando además de todo esto se enamora de una mujer que le ordena, llegado el momento, que se arrodille para pedirle en matrimonio, ya fue la culminación de mis sospechas, y un momentazo digno de comentarlo aquí. Si es que va a resultar que los guionistas van a hacer más por la visibilidad de la sumisión masculina que los propios sumisos, que se quejan de que nadie los entiende, pero no mueven ni un dedo para intentar explicar algo al respecto.

12 noviembre 2023

Femdom, estereotipos de género y Amas en potencia


Voy a comentar este par de temas al hilo de una consulta que me ha llegado al blog. Aquí está la versión resumida:


Acabo de tropezar con este blog, y, sinceramente, lo encuentro instructivo, útil, y muy acertado.
Entré en contacto, hace 3 años, con una Ama (no profesional). Estuvimos unos pocos meses de relación. Con ella descubrí una parte de mí totalmente desconocida, resulta que me encanta ser sumiso. Quizá para alguien con mucha experiencia en bdsm, lo que hacíamos resultaría ingenuo, light o descafeinado, pero para mí, resultó todo un aprendizaje. No había ni latigazos, ni dolor fuerte, ni marcas, ni faltas de respeto, no había ninguno de esos clichês de peli porno barata. Era el deseo de satisfacer, de servir, de hacer que se sintiera orgullosa de mi.

Ahora, hace casi un año, inicié una relación con otra mujer a la que sirvo en todo lo que quiere, a la que me encanta hacer lo que me pide, a la que amo con una fuerza que jamás antes había sentido, y seguro que se debe a la satisfacción que tengo al complacerla en lo que dice, al amarla sin solicitar nada a cambio. Ella es una mujer de caràcter dominante. Nuestra relación es increíble, y me gustaría avanzar aún más, a que ella despliegue su caracter dominante en la intimidad, como Ama. No sólo a nivel sexual, sino en situaciones corrientes en la intimidad. Lo que pasa, es que sé que Ella asocia los roles de Dominación/sumisión con cosas o estereotipos de violencia.
Cómo puedo hacerla entrar en este mundo y que libere su carácter en el entorno íntimo? Qué lecturas o películas me recomiendas para ver juntos y empezar una charla sobre el tema?

Gracias y felicidades por el blog

Empezando por el final, aparte de mi blog, que tiene cientos de entradas, tengo publicados hasta la fecha, traducciones aparte, 6 libros de ficción y 5 de no ficción que incluyen consejos. Así que, como es lógico, no voy a recomendar otra lectura diferente. Tirando de archivo, recomiendo este par de posts, aunque hay muchos más en la misma línea.
El sumiso que no puede convertir a su mujer en Ama

Qué hacer si descubres que tu marido es sumiso

A propósito de esto, sé que muchos de mis lectores no le enseñan mis escritos a su pareja porque no  les conviene que ella les ponga a prueba en su supuesta sumisión. En cuanto a películas, hay pocas abiertamente femdom, porno aparte. Aquí en el blog hay fragmentos muy interesantes recopilados por mí en los posts que llevan la etiqueta “con video”. Quizá sea buena idea ver alguna de esas películas y comentar en esas escenas poco convencionales algo así como “esto me pone mucho, me encantaría que me hicieras eso, o hacerte eso, etc.”

Lo de descubrir que le gusta ser sumiso sin tener ninguna sospecha previa me choca, pero siendo optimistas, a ella, de golpe, le podría pasar lo mismo con su dominación… O no. Porque hay algo básico en todo esto. Lo que nos puede parecer un simple empujón para que la otra persona cambie, al otro le puede suponer un mundo, o estar en las antípodas de lo que quiere en su vida. No confundamos personalidad con tendencias sexuales. Hay hombres con pinta de macho alfa que sólo se excitan en una dinámica femdom, y lo mismo sirve para las hembras alfa. Si existe algún indicio de que ella pueda estar reprimiendo su auténtica naturaleza, adelante; de lo contrario, es perder el tiempo por ambas partes. Que ella se puede amoldar a los gustos de él “por amor”, como ha pasado con muchas de las que me consultaron sobre esto, pues bueno. Que eso sea más o menos auténtico supongo que le da igual a la mayoría de hombres, con tal de llevarse lo suyo.

Otro asunto importante es el tipo de relación que espera él. Cualquier sumiso no encaja con cualquier Ama. Hay muchos matices que resolver y se necesita una alta compatibilidad, tanto a nivel personal (que parece existir en este caso) como a nivel de fetiches y perversiones.

Sea como sea, abordar un cambio en la pareja es complicado cuando no se parte de una plena sinceridad desde el principio. Una charla a raíz de un libro o una película me parece un plan frío. Ojalá fuera tan sencillo, pensarán algunos que lo han probado todo para llevarla a ella al lado oscuro. Que le diga mejor, en plena faena, que le haga tal o cual cosa, a ver cómo reacciona ella. O mejor, que pregunte lo que él le puede hacer a ella, para seguir en la línea de complacerla y de hacerle ver la supuesta ventaja que ella puede sacar de todo esto. Ya hubo consultas por aquí en esta línea, y alguno le mandaba mensajes a la mujer porque le resultaba más fácil ponerlo por escrito, y hacían contratos revisables y cosas así.

Hay “sumisos” que sólo se centran en su propio placer, y luego están los verdaderos, que se centran en el de ella, recibiendo el suyo de rebote. Si es de los primeros, la quiere meter en este mundo, obviamente, para su mayor disfrute. Como dije antes, un carácter dominante no conlleva por fuerza que a ella le excite estar con un sumiso. ¿Motivos? A veces es la presión social, a veces es que a la chica no le apetece y punto. Si además él pretende que ella lo azote y tal, eso es algo que ni siquiera a una mujer dominante le tiene por qué apetecer.

En cuanto a la principal pega que él cree que va a poner ella, se trata un problema social. Las relaciones de igualdad son consideradas como las “normales”, aunque sea un fenómeno reciente. Hasta el siglo pasado, el hombre era el cabeza de familia, y se veía muy normal y correcto, a pesar del machismo y la opresión social que debía padecer la mujer. No me parece un buen modelo, porque venía impuesto, para empezar. Equiparar femdom y discriminación es comparar esa situación del pasado con otra que no tiene nada que ver. Y creo que todas las mujeres que se echan las manos a la cabeza piensan que los sumisos padecen el mismo abuso que soportaba la mujer en el pasado. Ya expliqué en otro post que femdom no es sinónimo de maltrato.

Femdom no es maltrato.

En mi visión sensata y positiva del tema, no se trata de discriminar ni maltratar a nadie sino de plantear una jerarquía entre iguales, aunque hay gente para todo que fantasea con cosas extremas; que lo lleven a la práctica ya es más raro. Por analogía, nadie cuestiona que haya asimetría entre jefes y subordinados, y sin embargo, llevado al terreno erótico y siendo algo elegido y placentero, supone todavía un escándalo.

Volviendo a la consulta, la mayoría de las veces, este tipo de mensajes pretende conseguir una receta mágica para convertir a una mujer en algo que no es. Supongo que él cree que ella está a un palmo de volverse dominante, prejuicios sobre supuesto maltrato aparte. Sin embargo, si ella no lo ve ni lo siente como yo, o como pretende él, hay poco que hacer. Una mujer puede tener reticencias a “ser traviesa”, o salirse de la norma, por falta de información de lo que realmente supone una relación de este tipo. Pero el impulso sexual dominante debe existir, aunque sea acallado por mil prejuicios, porque, de lo contrario, de donde no hay no se puede sacar. Es extraño que no salga a la luz en la cama, en cualquier gesto, como morder los labios en un beso o mil ejemplos más.

Si todo el mundo buscase relaciones perfectas, nadie tendría pareja, y si no se conformasen con una baja compatibilidad, no habría nadie frustrado con estos asuntos. Ya depende de cada uno poner la balanza hacia un lado u otro, o quedarse soltero y tan a gusto. Que haya tanto amor entre ambos y que ella sea dominante, en el grado y ámbito que sea, ya es más de lo que logran muchos en toda su vida. Si es cierto que él la ama sin pedir nada a cambio… que no pida nada entonces, como hace, de forma contradictoria, en su mensaje. Si les va tan bien y es todo tan maravilloso, ¿por qué no es suficiente para él? Que ahora, después de un año de relación, y aunque las cosas lleven tiempo y se necesite un rodaje, ella descubra que él le adjudica un “pero”, puede llevar a terreno resbaladizo si no se maneja con tacto.

¿Merece la pena el riesgo de perderla por querer que ella sea “más Ama”? Si lo importante es ella y su amor, la respuesta es no. Si la clave de todo esto es el ombligo de él y su egoísmo, la respuesta es sí. Quizá alguien se enamore perdidamente de una mujer y, después, cuando se le pase el subidón, se dé cuenta de que no puede vivir el resto de su vida sin ese componente femdom. Con lo frustrante que resulta esperar que alguien cambie, lo mejor sería buscar alguien compatible y explicar desde el minuto uno lo que ofreces y lo que buscas, en vez de ver dominación donde hay simplemente un carácter fuerte o una mujer decidida, y de querer reconvertir a la otra persona para que se ajuste a tus fantasías y necesidades. Si le damos la vuelta a la consulta, ¿qué pasa si ella piensa que este hombre tiene pinta de ser muy dominante y espera que quiera serlo con ella en la cama por amor?

Ya me gustaría a mí que esto estuviera más normalizado, para que buscar sumiso no fuera como buscar agujas en pajares vacíos, y por tener la certeza de que no se me acercan sólo por morbo. Lo que parece claro es que no abundamos las mujeres dominantes por vocación, y ellos andan buscando estrategias para llevarlas de la mano hacia esto, como si no fueran capaces por su cuenta de saber lo que les pone o lo que no. Que sí, que la presión social puede ser brutal y no todas tienen el valor de ir a contracorriente. Alguna creerá que tiene que fingir ser sumisa o vainilla con un hombre convencional, pero vaya, si en el fondo eres dominante, es raro que te importe lo que diga nadie, y si encima estás con un sumiso que se desvive por ti, según dice este hombre que hace, para qué narices vas a fingir.

Por destacar lo positivo del mensaje, me parece bien que él quiera sincerarse, aunque sea con retraso, acerca de sus tendencias, y que no busque a otra persona para experimentar, sino que es capaz de valorar, admirar y amar a esa mujer, con independencia de que sea más o menos dominante. Lo ideal es que todo sea un pack, pero bueno, quizá esta historia tenga un final feliz, como ocurre en un par de mis novelas: Despertar sumiso y Dominadora. A esta última, por cierto, en su versión inglesa le puse un título aún más clarificador: El despertar a la Dominación Femenina.

No creo haber dado una respuesta clara a la consulta, ni lo pretendía, porque es imposible, pues cada pareja es un mundo. Pero seguro que he dado bastante sobre lo que pensar. 

21 octubre 2023

La bruja femdom gratis en Halloween

Como regalo de Halloween voy a poner gratis mi libro La bruja femdom, que tiene un argumento muy apropiado para la época. Estad atentos para que no se os pase la fecha: del 28 de octubre al 1 de noviembre. Y si se os pasa, lo compráis, claro, si aún no lo habéis hecho. También lo podéis leer gratis con kindle unlimited. 

Terror y humor se mezclan en esta historia de femdom sobrenatural, en la que una bruja dominante y un chico sumiso narran su inesperado encuentro en primera persona, de forma alterna en cada capítulo. Aquí dejo una muestra de las primeras páginas.


1

 

El vecindario parece tranquilo. De hecho, demasiado tranquilo. No se oye ni una mosca. En condiciones normales, me parecería aburrido y deprimente. Pero es justo lo que necesito para que mi editor deje de acosarme y poder terminar mi libro de una maldita vez. Lo malo es que sospecho que aquí no voy a lograr material para acabar de rellenar los huecos en blanco que me faltan.

Paro el coche delante de la verja de esta casa que parece salida de una película de terror en blanco y negro y lanzo una última mirada alrededor. Las casas están bastante separadas entre sí, excepto la que queda al lado derecho de la mía. Me comentaron en la agencia de alquiler que nadie quería hospedarse aquí por no sé qué habladurías. Como no soy de la zona, no entendí a qué se referían, y prefiero no saberlo.

Giro la llave en la cerradura, que incluso chirría un poco, y enciendo la luz. No pinta mal para haber estado deshabitada tanto tiempo. He conducido demasiadas horas seguidas y me voy directo al dormitorio.

 

2

 

Lo veo desde que enfila la calle. Siento que lo estuve esperando toda la vida.

—No te enceles, tu oportunidad ya pasó; no seas egoísta.

Cifú me mira molesto. Sé que piensa que fui injusta, pero me da igual. Fue culpa suya, no mía. Quizá algún día cambie de opinión. De momento no, es pronto aún.

—Ve y tráemelo. No tardes.

Le doy un leve empujón con la punta del pie para que se dé prisa. Tengo hambre y no me gusta que me hagan esperar.

 

3

 

¿Qué es ese sonido? No puede ser. Maldito gato callejero. ¡Será posible! No sé por dónde ha entrado el bicho negro pero me mira con cara de pocos amigos desde el umbral de la puerta. Me encantan los animales pero tengo dos problemas. Para empezar, soy alérgico al pelo de gato. Y cuando me muero de sueño no tengo ni pizca de paciencia. Si tuviera una escoba a mano, la usaría; sin ensañarme, pero la usaría. A falta de una, le lanzo un zapato, con tan mala puntería que no solo no lo alcanzo, sino que para colmo provoco que salte hasta mi cama. Me mira tan fijamente que parece que me quiere hipnotizar. Con que no me arañe la cara, me conformo.

El minino avanza lentamente sin dejar de mirarme. Observo que lleva un collar, también negro, que se funde con su pelaje. En letras doradas hay una palabra grabada: Cifú. Y un número detrás. Número trece. Mi casa está en el número quince de la calle, así que deduzco que el dueño puede estar en la casa vecina. Mi plan de deshacerme del gato y que parezca un accidente se desinfla. No puedo empezar con tan mal pie en el vecindario. Resoplo y me resigno a devolverlo en mano a su correspondiente hogar. Con un poco de suerte, en pocos minutos volveré a hundirme en el mullido colchón.

 

4

 

Intento no sonreír como una tonta. Bien, Cifú, te recompensaría con doble tazón de leche si fueses un gato normal y no estuvieras simplemente obedeciendo órdenes. Ahora mi prioridad es él. No sabe que se acerca a una cita con el destino. Casi estoy nerviosa. Casi. Más emocionada que nerviosa. Me miro por última vez en el espejo antes de que suene el timbre. Perfecta así. No sospechará nada. De esta manera será más divertido.

Me hago de rogar y no abro hasta que llama por tercera vez.

—¿Hola…? —me hago la despistada, a pesar de que lleva a Cifú en brazos. El gato me mira con indisimulado orgullo y una pizca de resquemor.

El nuevo estornuda antes de explicar que trae al que, supone, es mi mascota. Habla con la mirada baja, por lo que solo alcanza a ver mis sencillas zapatillas de estar por casa.

—Ah, sí. Es muy travieso y se escapa cada dos por tres. —Extiendo mi mano para quitárselo de los brazos de un tirón—. Chico malo, luego te castigaré.

Hablo recreándome en cada sílaba y, al fin, él sube su mirada hasta mi rostro, recorriendo mi figura por el camino.

 

5

 

Me quedo en blanco, no sé bien por qué. Parece una chica normal y corriente, incluso sosa, si es que la ropa es reflejo de su personalidad. Viste de negro, con un conjunto deportivo rematado por unas simples zapatillas. No lleva ni gota de maquillaje y su pelo suelto y liso no está bien peinado. Su cara tiene rasgos proporcionados, igual que el cuerpo que se adivina bajo esa amplia ropa, y no destaca por nada en especial, excepto por sus ojos. No sé ni cómo describirlos. Tan solo sé que siento una especie de escozor en las retinas y me cuesta sostenerle la mirada. Mentiría si no dijese que también he sentido un latigazo en la entrepierna. La mirada de una mujer es de las cosas más afrodisíacas, en mi opinión. Cuando, además, habla de castigar al gato siento la urgencia de volver corriendo a aliviarme con una paja en mi dormitorio.

—¿Es tuyo entonces? Me alegro de no tener que andar buscando dueño por todo el vecindario. Pero, disculpa, no me he presentado. Me llamo Emilio. Pero todos me llaman Milio.

—Mi…lio. Eres mí lío. ¿Eso te dicen tus ligues?

Me gusta que sea ingeniosa pero me deja descolocado y con cara de gilipollas. Decido no responder con cualquier chorrada y me limito a sonreír con timidez. Espero que ella se presente también, pero no lo hace. Me mira impasible y seria.

—Está bien tener sangre fresca por aquí —dice, al fin, y creo que mi imaginación me traiciona, porque noto su mirada en mi yugular por un instante. Necesito dormir y no puedo posponerlo por más tiempo.

—Bueno, pues encantado… —digo, esperando de nuevo que me diga su nombre. Creo que necesito saberlo para susurrarlo cuando me masturbe.

—Vambrú.

Parpadeo rápido y pienso que se está burlando de mí. Nadie puede llamarse así. Quizá es un apodo.

—Mi padre me llamaba vampira, o vampi, y mi madre me llamaba brujita, y a veces, simplemente bru. Eran unos buenos bromistas. Así que me gusta unir ambas palabras, en honor a ellos. Mi nombre real ya es historia.

Viene a mi mente parte del extraño chismorreo que me contaron en la agencia, pero no es momento para dar crédito a cuentos de viejas. No creo en seres de leyenda ni en rollos paranormales. Y mi urgencia sexual sigue reclamando mi atención.

—Hasta otra, Vambrú.

—Hasta pronto, Milio. 

21 agosto 2023

El hombre perro

 Y cuando crees que lo has visto todo, vas y te topas con noticias como esta.

 


En las fotos no se aprecia, pero en los vídeos que hay por la red se nota que eso no es un perro sino un disfraz. Debajo hay un hombre, japonés para más señas, que ha pagado más de 14.000 euros (precio del disfraz) por cumplir su sueño de toda la vida: ser un perro.

Igualmente se podría haber disfrazado de Pokemon, pero, como es obvio, no pude evitar ver las posibles connotaciones femdom a todo esto. Y por eso traigo la noticia por aquí. ¿Qué opino? ¿Cómo me sentiría yo si tuviera un perro de este tipo? Acerca de cómo se sentirían ellos, habrá de todo. Cuando subí la foto a mi Instagram, alguien dijo que le atraía ser tratado como un perro, pero no hasta estos extremos. Otro simplemente dijo “guau” y puso emoticonos de risa. Confieso que mi primera impresión no fue reírme. Me impactó, la verdad. Y eso que uno de mis relatos femdom se titula El perro de mi marido. Sin hacer spoilers, va de una chica que le propone al marido comportarse como un perro durante los fines de semana (puse límites, sip), y lo mete en una jaula y todo.

Sin embargo, aunque reconozco que la fantasía tiene su punto, el hecho de que un sumiso (ni idea de si el japonés lo es) quiera meterse en la piel de un perro de la forma más realista posible, me produce repelús. ¿Motivos? Por una parte, la despersonalización que conlleva. Ya sé que, para muchos, el rol es una barrera mental que los mantiene a salvo de sus perversiones. Pero, cuanto más necesite el sumiso convertirse en otra cosa distinta para ser capaz de someterse, menos me interesa. Ejemplo: el sumiso que solo se somete cuando se disfraza de “mujer”. Como ya dije cuando hablé de la feminización, no me interesa un sucedáneo de mujer. Si fuera lesbiana, me iría con una mujer de verdad, no con un hombre disfrazado. Pues aquí pasa igual, si quiero un perro, me compro uno de verdad. Puedo entender que, como acto femdom, es un paso heavy lo de estar metido ahí, en una especie de bondage completo, a no ser que se pueda desmontar eso desde dentro. Pero, poniéndome en la piel de una mujer que manejase a ese pseudo perro, no le veo la ventaja ni el morbo por ninguna parte. Es más, me parece triste necesitar esos extremos. En cuanto a la supuesta humillación, tanto en el caso del que se feminiza como en el del perro humano, si así es como se sienten humillados, eso significa que consideran a la mujer y al perro como algo inferior, opinión que no comparto en absoluto. 

Un perro de verdad al menos corre y puede traerte un objeto con la boca. El disfraz ese sólo permite un torpe movimiento y la boca está de adorno. Si al menos se pudiera tener acceso a las partes íntimas de él, algo de juego podría dar; aunque eso ya entra en el tenebroso campo de la zoofilia. Pero ahí dentro, aparte de asarse de calor, sólo puede mover la cola y andar a cuatro patas a duras penas. Como ya comenté, no me van los perros inútiles ni los sumisos-trapo, soy tan rarita que sólo me interesa un hombre valioso que pueda contribuir a mejorar mi bienestar, no uno que venga a darme el trabajo de meterlo en un disfraz y sacarlo a pasear para cumplir su fantasía. 

29 julio 2023

Mujeres vainilla sufriendo por culpa de los sumisos

En el pasado leí un artículo sobre cómo ser una buena Dómina. No voy a extenderme sobre el artículo, que contenía varios clichés típicos, pero me voy a detener en un comentario que contenía las palabras de una chica que seguramente llegó hasta allí buscando cómo ser esa Ama soñada por su novio o pareja. Era una especie de consulta lanzada al aire, así que voy a responderle por aquí. Empecemos por su mensaje:

Yo soy una chica vainilla, que he por motivos de suspicacia descubierto el mundo BDSM de la persona que amo.

Ante el torbellino de cosas que jamás pense que se hacian pero con mente muy abierta busque en internet y probe cosas con el, pensanso que lo estaba haciendo bien. El siguió buscando cosas por internet y entre sus amas figura su ex pareja. Me siento herida traicionada y frustrada. Lo acepto con sus gustos y tengo disposición de ser el ama que necesita. Pero no entiendo esto. Un sumiso no puede compartir sus gustos con quien ama? la mayoria de los sumisos engañan a sus familias por esto? acaso no es mas placentero ser el sumiso en la cama de la persona que amas y compartir incluso amor después de eso? explicame que debo hacer como chica vainilla desesperada, enamorada y dispuesta con alguien que dice que me ama y que soy el amor de su vida pero que me ha estado engañando todo este tiempo y que incluso se averguenza y no me permite del todo que yo adquiera ciertos roles.

Ahora el dice que va a intentar cambiar sus obscesiones,.. lo cual no creo posible porque son gustos que tiene de niño y ha permitido que diversas mujeres algunas que me parecen incluso aprovechadas y peligrosas porque le hayan sacado el dinero que es de los dos. Ayudame desde un punto de vista lo más objetivo que puedas. Siento mucho si alguien se ofende pero estoy hablando desde el amor más sincero que haya podido sentir jamás

Bien, empezando por el final, esa clase de amor sincero y profundo es el concepto que intentan colarnos de lo que se supone que es el amor: aguantarlo todo, sacrificarse, cambiar tú para amoldarte a la otra persona, etc. Y casualmente, suele ser la mujer la que debe hacer todo eso, porque es lo normal y bla bla bla. Déjame decirte que eso no es amor, y mucho menos auténtico. Eso de sufrir no tiene nada que ver con amar, pues una cosa es que sufras porque a tu pareja le pasen cosas malas, por poner un ejemplo, ya que te importa y te incumben sus asuntos, y otra muy diferente es que tú sufras por culpa de un tipo que no es compatible contigo, que te miente, que te engaña, y que en resumen no te ama, tal como demuestra con sus hechos.

Ya con lo anterior, el consejo es simple: huye de ahí. En efecto, él no va a cambiar, primero porque no puede, está en su naturaleza desde siempre, y segundo, porque no le da la gana. Te tiene por un lado a ti, a la chica buena que todo lo soporta, que hasta está dispuesta a hacer teatro y parecer Ama sin tener inclinaciones naturales, y aparte tiene a todo el universo femenino de chicas traviesas que cumplirán sus fantasías sin pedirle explicaciones ni compromisos. Si las unifican en la misma persona, les entra el cortocircuito, aparte de que no les viene bien tener pegada al Ama 24/7 dando el coñazo... Para muchos, esa especie de poligamia es el éxito redondo, tenerlo todo y todas contentas. Ah, no, espera, que estas pobres chicas enciman sufren... Bueno, otro punto más para sus egos masculinos: una mujer que sufre es porque está coladísima, como demuestra este mensaje, y ya con eso el tipo te va a mantener ahí, en su séquito particular. Lo de ser el centro de atención no es algo exclusivo de machos alfa. El típico flirteo visual de cualquier hombre que busca un minuto de atención de todas las desconocidas con las que se cruza a lo largo del día es un simple ejemplo.

Pero entrando en materia femdom, veamos que encima él es un falso sumiso. Por resumir mucho, un hombre que carece de todo tipo de moral y ética no puede ser un “verdadero” nada. Y todo el que engaña a la mujer obviamente carece de calidad humana como para ponerse la medalla de sumiso ni de persona. No sabemos si fue por un descuido o por una confesión, pero en este caso ella sabe de las tendencias de él. Una de las excusas más manidas de ellos para esconder sus gustos femdom es que ellas no lo van a comprender ni van a apuntarse al tema. Algunas, que en el fondo estarán hartas del marido por muchas razones, verán la excusa perfecta para largarlos. Otras aguantarán porque les interese por la hipoteca. Y otras, cegadas por “amor” tratarán de ser lo que ellos quieran, como esta chica. Pero, ojo, tropezarán con la gran paradoja de todo esto:

Un sumiso difícilmente se podrá someter a una mujer a la que él moldee como Ama, porque sabe en el fondo que ella está fingiendo. Al mismo tiempo, es el sueño de todo falso sumiso, que ella haga tal cosa y tal otra no, pues como bien dice ella, él no le permite meterse del todo en el rol... Jajaja, uy qué “sorpresa”. Pues claro, por eso tienen a la chica vainilla por un lado y a la dominante por otro, a ratos bien controlados, dosificando ellos, mandando ellos desde abajo, poniéndole la etiqueta de consensuado.

Así que, a la pregunta que se hace ella de por qué un sumiso no puede someterse a la mujer que ama, la respuesta es simple. Ni es un sumiso en condiciones ni la ama en absoluto. “Es que dice que me ama”. Hechos, no palabras, recuérdalo. Que el individuo use el dinero de ambos para tributar a cualquiera que le ponga el pirulí caliente, no tiene perdón. En ese tipo de cosas deberían poner el énfasis todas las ilusas que solo ven lo que quieren ver, no en leves atisbos de amor que no son más que espejismos. Si tanto le pone a él la sumisión financiera, que le compre un diamante a la mujer que lo soporta cada día.

Pero claro, volvemos a los dos grupos de mujeres según estos sumisos: la mujer que hace cosas tan mundanas como comprar el pan en zapatillas de deporte, y esa otra diosa de cuero que lo único que hace es pintarse las uñas y abusar de los hombres. Cuanto más extrema sea la fantasía del sumiso, más apartará a su mujer vainilla, no tanto por protegerla de sus rarezas, sino porque es incapaz de unificar en la misma persona a su compañera, madre de sus hijos, etc., con esa Dómina excitante que le pone cachondo con solo pensar en las cosas que le puede hacer en la cama. Lo ideal para los que conservan una pizca de ética conyugal, es que ella lo sepa y le diga algo así como “vale, vete con una friki de esas a colmar tus rarezas y luego vuelve a casa y sigamos tan felizmente con esta relación vainilla.” Obviamente, eso lo van a decir pocas mujeres. La mayoría hace como la chica del mensaje: se desespera y se frustra porque no está a la altura de las expectativas de él a pesar de que el tema no vaya con ella ni de lejos.

La verdadera Dominación Femenina no entiende de divisiones, de barreras ni de límites horarios. El mayor favor que le puedes hacer a una mujer es decirle claramente si lo tuyo es sumisión plena o si te va el juego kinky a ratos. Algunos dicen que no lo sabrán hasta que no prueben, pero en el fondo es fácil saberlo sin experimentar con las ilusiones de una mujer. Imagina que tienes que dejar lo que estés haciendo, siempre que no se trate de una operación a corazón abierto, para atenderla a ella. Es cuestión de prioridades, como el padre que se sacrifica por un hijo, y no se trata de que te excite, que esa es otra. Algunos sumisos todo lo sexualizan, hasta un simple favor. Recuerdo a un chico con el que no hubo entendimiento pero quedamos como amigos. Le dije que tenía que hacer una gestión en su ciudad y que me podía ayudar si le venía bien. Pues bien, lo hizo, incluso más allá de lo acordado, y me dijo que se había excitado mucho... La supuesta amistad no siguió porque él era incapaz de verme como persona, pues el hecho de ser Ama eclipsaba todo lo demás en su imaginación.

Por tanto, si un hombre dice que te ama pero te demuestra lo contrario, miente. Es más simple de lo que parece, y da igual lo que tú hagas en todo eso, porque él no dejará de ser así de mentiroso, desconsiderado e infiel. Decía otra chica en los comentarios del artículo, tras comprobar que los supuestos sumisos querían controlarla incluso estando atados, que ella decidió irse con mujeres a partir de ahí; pero volverse lesbiana sin sentirlo es como intentar ser Ama siendo vainilla, o como querer parecer un santo sumiso cuando solo eres un miserable engañador de mujeres.

20 mayo 2023

Femdom y vejez

Todos envejecemos. Es uno de esos temas tabú que no se suelen tocar en este mundillo, plagado de niñatas advenedizas que ofrecen carne fresca a cambio de desplumar sumisos incautos o desesperados. Cuando todo es parafernalia y teatro, lo de hablar de personas de carne y hueso que, como digo, para colmo envejecen, no es habitual. Simplemente la gente “se retira” de estos “juegos” en la mayoría de los casos. Pero, claro, para los que estamos en el bando de tener esto como estilo de vida, es decir, como modo de estar en una relación, la retirada no es una opción. De hecho, a mí me dan ganas de hacer una pausa de varias décadas, a ver si el gen del egoísmo masculino muta en altruismo, y ya entonces tranquilamente, y usando un bastón como fusta :P, retomar lo del unicornio verde, o sea, la búsqueda del sumiso verdadero xD 

Toda esta reflexión viene a cuento de una película documental llamada La ceremonia. Rodada cuando la protagonista tenía nada menos que 84 años (cuando escribo esto sigue viva y tiene 92), nos narra la vida de una ex sumisa reconvertida en dominatrix. Todo queda bastante en el terreno de la parafernalia, como indica el título, y supongo que alguien puede darse cuenta de sus auténticas tendencias pasado un tiempo, pero es que esta mujer estuvo casada la friolera de cincuenta años con un sádico dominante, hasta que él murió, así que detrás de su cambio de rol habría otra serie de intereses. Ella es la autora de Ceremonia de mujeres, que no he leído ni tengo intención, porque tampoco tengo tendencias lésbicas, pero ahí queda el dato para quien quiera ahondar en el tema.

Volviendo al documental, hay mucho teatro despersonalizado y cosas absurdas como el tipo al que le obligan a hacer de gallina. Lo del teatro despersonalizado creo que no es necesario explicarlo, pero por si acabas de aterrizar de Marte, significa que al sumiso no le importas más allá de que le cumplas la fantasía, y de hecho, si se rompe la barrera de verte como diosa del Olimpo, pierden interés. Lo curioso de esta historia es que está contada desde su presente, desde el punto de vista de una octogenaria que sigue “en activo”, no solo con su pareja, una mujer que hizo el camino inverso al suyo, es decir, primero dominante y luego sumisa, sino también con varias personas de ambos géneros, en una especie de cuadra donde ella es la mega top, venerada por todos.

Como digo, la historia me ha resultado ajena y aburrida por momentos, porque no es mi manera de ver todo esto, pero, sin embargo, tiene un par de cosas que son dignas de ser comentadas. Lo más interesante, aparte de ser un aliciente para no perder la esperanza de encontrar un sumiso complementario xD, es, sin duda, cierto sumiso al que entrevistan y dice que lo que él quiere es “pertenecer”, ser completamente de ella. Muestra una devoción total hacia esta mujer, como si fuera incapaz de verla como una anciana, ni que sea eso justo lo que le atrae de ella por un morbo gerontofílico. Si bien es cierto que es una relación asexual, pues ni siquiera con su sumisa hay carnalidad, y lo máximo que le permite es que la bañe de vez en cuando.


La otra cuestión interesante es lo que dice su sumisa, que es la única que habla de auténtica relación D/s y la que dice lo más importante del documental: “lo que no ha cambiado es mi deseo de someterme y ser lo que ella quiere que sea”. ¡Bum!, ahí es nada… Y remata con un  “soy feliz porque la quiero y la cuido”. Y es que esta es la base de toda relación exitosa, aunque aquí se añadan los matices de la jerarquía. En resumen, una quimera cuando se trata de supuestos sumisos incapaces de mirar más allá de su polla y ombligo, por ese orden.

09 abril 2023

Ama y sumiso, ¿pueden ser amigos?

Algunos dirán: “¡qué interesante pregunta!” La mayoría pensará: “bah, no quiero una amiga, quiero una Ama y ¡la quiero ya!” Los del segundo grupo son los que van como alma en pena por todo el ciberespacio quejándose de que no encuentran Ama. Y no la encontrarán jamás, claro, porque no buscan a una persona, sino a una fantasía convertida en carne.

En el post sobre las Amas que no son Amas, dejé caer este tema. Me refiero a ese amigo mío y ex-sumiso, una combinación complicada y poco frecuente en mi vida. Así que vamos a ver esto de la posible amistad entre una mujer dominante y un hombre sumiso.

A veces, y vamos a incluirnos todos, empezamos la casa por el tejado, y pretendemos tener una relación femdom con alguien que no nos sirve ni como amiga/o. No deberíamos precipitarnos y pensar que esa persona ya parece una relación en potencia de entrada, cuando nos dice que es sumiso o Ama. Hay que echar el freno y tener en cuenta que hace falta mucha afinidad para que eso funcione, a no ser que se busque echar una cana al aire con el primer desconocido que se presente.


Cuando una relación femdom acaba, muchas veces ocurre que, para empezar, nunca debió formarse esa pareja. Pero ocurre que los ingredientes femdom tapan las flaquezas del resto de la relación y parece que, haciendo balance global, aquello compensa. En el caso de la amistad Ama-sumiso, puede ocurrir justo lo contrario. Puede que el tema femdom no sea compatible entre ambos, pues no hay dos Amas ni dos sumisos iguales. Y, sin embargo, puede que encuentres a un amigo o amiga, con quien haya mucha compatibilidad personal, y que además exista el plus de que estéis metidos en el mundo de las relaciones de dominación y sumisión. Alguien así no es tampoco fácil de encontrar, y deberíamos cuidar estas amistades cuando surgen. Porque es un alivio poder hablar tranquilamente de estos asuntos con alguien que no te juzga y que te entiende. También es buena idea cuando no tienes claro en qué punto estás acerca de todo esto, o eres muy inexperto, o estás en una fase en la que no te apetece tener pareja, etc.

Hasta ahí, la teoría. Después… vienen los matices. Sobre todo cuando no hay claridad de intenciones por parte de alguno de los dos. Si, por ejemplo, el sumiso está esperando su oportunidad para ver si se lleva alguna migaja de dominación, la cosa se enturbia. Es normal que haya momentos “especiales” entre ambos, pero por el bien de la amistad, debería aclararse cualquier malentendido. Esto es especialmente importante cuando ya ha existido una relación femdom que terminó sin grandes dramas. Por poner un ejemplo, a mí se me da genial dar órdenes xD Y, por pura inercia, y sabiendo que mi amigo es sumiso, a veces le digo directamente haz esto o lo otro. De la misma manera, él se ofrece enseguida a darme un masaje de pies con cualquier excusa o sin ella. Pero, como digo, la cosa no pasa de ahí, es decir, de su ofrecimiento. Porque no quiero dar falsas esperanzas a nadie.

En el caso en que la relación haya terminado francamente mal, lo mejor es no mantener contacto. Por esto no he tenido amistad con casi ninguno de mis ex-sumisos. Pero, en otros casos, antes de llegar a tener una relación porque se vio que éramos incompatibles, fueron ellos los que no quisieron quedar como simples amigos míos. El motivo que me daban siempre fue que no eran capaces de olvidar por un simple instante que soy dominante. Tan solo por hablar conmigo ya se les encendía el gen sumiso, o lo que queda entre las piernas, ejem, y claro, para estar con una “mujer normal” ya tenían a su prima o a la vecina. Una pena, pero al final resultaba muy ilustrativo acerca del tipo de hombre que me perdía como amigo: un cretino integral. Así que ellos mismos hacían la criba por mí.

Nunca he buscado amigo sumiso en realidad, porque me parece quitarle tiempo a un posible sumiso-pareja. Quizá sea el momento de decir algo así como Ama busca sumiso-amigo verdadero. Visto como está el patio, a lo mejor es la única manera de no sentirme como un trozo de carne que sabe dominar.

28 febrero 2023

Amas que no son Amas


Esta historia, como todo lo que cuento, es verídica. Un ex-sumiso y, a pesar de ello, amigo :P, me contó que, después de acabar lo nuestro, quedó con una “ama” que buscaba un sumiso doméstico. Cuando llegó a su casa, se encontró todo más sucio que un estercolero, y ella le dijo que se diera prisa porque debía limpiar todo antes de que llegase el marido. Mi amigo, como tantos sumisos desesperados, aceptó el trato, ya que ella le prometió una sesión como premio. Inciso: si un sumiso es tan poco selectivo no es realmente compatible conmigo, y si llego a saber antes de nuestra (breve) relación que era capaz de hacer ese tipo de cosas, no hubiera cruzado nunca la línea de la amistad con él.

Sigo con la historia en cuestión. En esa sesión, ella lo azotó con un artilugio casero que por poco le levanta ampollas, y cuando él le pidió que parase, a ella le costó mucho hacerlo. No sé si hace falta que explique algo que se ve claramente con el par de datos que he dado, pero lo haré para los más novatos. Hay mujeres que ven en esto algún tipo de beneficio, ya sea económico, como las “amas” findom, o de otro tipo, como tener un criado gratis, o un tipo al que zurrar y desahogarse de sus frustraciones diarias, ya sean laborales, maritales o del tipo que sean. Lo de dominar, disfrutar haciéndolo y valorar al sumiso, ni se lo plantean ni les pone cachondas. El hecho de no querer parar de agredir al sumiso de turno indica, por si no quedaba ya claro, que son simples aficionadas sin idea acerca de lo sano, seguro y consensuado.

Pero siempre hay un roto para un descosido, y los sumisos llegan a estas situaciones porque el ansia y la impaciencia les pueden. Y así se produce la paradoja de que se quejan de que no hay Amas suficientes para tanto sumiso, a pesar de que incluyen en el grupo a las “amas” de ratos sueltos, pero son ellos mismos los que contribuyen a que así sea. Es decir, un sumiso también debe ser selectivo, y no me refiero a buscar el fetichismo o la perversión que mejor encaje con él, sino que debe tener la capacidad de saber ver si esa mujer que busca sumiso es dominante o una simple aburrida, curiosa, vainilla disfrazada de vampiresa, o lo que sea. Tampoco me refiero a que sean unos desconfiados radicales ni que tengan que poner a prueba la dominación (y la paciencia) de su posible Ama, sino a saber detectar cosas muy evidentes. Aunque claro, entre calentones, desesperaciones y la ley del todo vale, ¿qué mínima cordura se puede esperar de un sumiso en búsqueda? Lo de quedar con una mujer emparejada ya deja bastante claro que al sumiso le interesa únicamente lo que pueda sacar de ella: la experiencia excitante que dura un rato o varios meses, hasta que ella se aburra, o él, o ambos.

Hasta donde yo sé, y para el que no tenga escrúpulos con estas cosas, eso de las pseudo amas abunda en los chats de sado, pues ahí es más fácil no dejar huellas comprometedoras. No deben mantener un perfil constante, pueden cambiar de identidad cuantas veces quieran y desaparecer cuando les convenga. Además es más rápido pillar cacho porque ahí todos y todas van a lo que van, ya sea en real o en ciber. Que yo tuve una fase de buscar en los chats, cierto, pero ni uno solo de los que conocí por allí era más que un simple fetichista con mucha prisa y ganas de dominar desde abajo; sin gota de sumisión verdadera; sin mostrar simple respeto, vaya. Yo me quedo “tranquila” de que no hay ningún sumiso en condiciones desaprovechado en ese tipo de sitios y con esa clase de mujeres, porque entrar en ese circo ya dice bastante del no-sumiso en cuestión. También los hay tan tontos de conocer a dominantes de verdad como yo y acabar luego en sitios así, así que el hecho de haber seguido adelante con sumisos sin escrúpulos sí que hubiera sido un desperdicio para mí xD

15 enero 2023

Sumisión masculina y resistencia al cambio


Desde mi experiencia personal, el mayor obstáculo que tienen los sumisos para tener una relación femdom es su incapacidad para salir de la zona de confort. No es fácil cambiar, como es lógico, porque entonces solo habría gente perfecta en todo el planeta, y en cualquier relación existe ese esfuerzo, sobre todo al inicio, de reajuste, para que la conexión vaya más rodada. Si este paso se hace fingiendo o mintiendo, la cosa no llega lejos. En esto de la Dominación Femenina se produce otra vuelta de tuerca, y lo grave es que el sumiso, de manera abstracta, se ofrece para hacer, y ser, TODO lo que su Ama le pida.

Si ya es difícil encontrar Ama, el hecho de mantenerla es igual de difícil, aunque la mayoría de sumisos no sea consciente de ello ni se paren a pensarlo. A mí me da igual llevar un mes o tres años con un sumiso, que si veo que ha bajado la guardia y ya cree que me tiene ahí como algo seguro sin gran esfuerzo por su parte, lo mando a paseo en cero coma.

Como habré dicho mil veces, hombre y sumiso van de la mano, y si una persona no tiene determinadas cualidades, no se va a convertir en un ser diferente por arte de magia, pues ni nosotras somos magas (ojalá) ni el femdom hace milagros. ¿Qué cualidades debe tener un sumiso para no caer en la fantasía de la relación idealizada e imposible? Para empezar, debe ser realista. Cuando se le pase la excitación de fantasear y decir cosas como “no tengo límites, soy completamente suyo, haré cualquiera cosa posible o imposible”, que piense en frío si es capaz de cambiar en lo más mínimo su rutina.

Hay gente que tiene capacidades dormidas y solo necesita que alguien le dé un empujón para sacarlo del letargo o de la vagancia. Pero también hay gente cabezota de nacimiento que no quiere, ni puede, cambiar. Empezar por reconocer en qué grupo estás, te ahorrará mucha frustración, a ti y a tu posible Ama.

Aparte de ser realista, y siempre que no entre en el grupo de los cabeza de alcornoque, en cuyo caso tendrá la debida flexibilidad, debe tener otra cualidad fundamental: fuerza de voluntad. Esto es algo necesario para evolucionar en cualquier ámbito de la vida, y aquí no juega un papel menos importante. No hace falta haber tenido Ama para saber si eres voluntarioso. Haz un repaso rápido de todo lo que has logrado, o no, hasta ahora. ¿Te rindes a la primera? ¿O eres perseverante?

En cuanto al cambio necesario para amoldarte a tu Ama, más de lo mismo. ¿Cambiaste alguna vez en el pasado? Me refiero a cambiar para mejor, claro xD ¿Decidiste hacer más deporte, comer más sano, beber menos alcohol, ayudar más a alguien de tu entorno, etc.? Por poner un ejemplo, yo odio el tabaco. No podría estar con un fumador, y doy por sentado que él lo dejaría por mí, si quiere alguna oportunidad conmigo. Si tienes claro que no lo dejarás nunca, ya sabes que tienes que buscar a una mujer que fume o que no le importe que tú lo hagas. Pero quizá has intentado dejarlo mil veces, sin éxito. Yo lanzo una idea, que nunca probé, pero aquí voy a soltarla. Cada vez que tengas ganas de fumar, ruégale a tu Ama que te ate las manos y te tape la boca; con un poco de suerte hasta te hace un facesitting, o te obliga a que le des placer oral. Yo no tengo la fórmula para curar adicciones, pero opino que un vicio se quita metiéndote en algo que llene ese hueco y te dé ventajas, y qué mayor ventaja puede haber para un sumiso que sustituir una adicción, del tipo que sea, por más femdom en su vida.

Siempre me ha parecido sorprendente e indignante que alguien, que dice ser muy sumiso, luego fracase por no hacer ni media cosa a derechas. Pero entonces me recuerdo a mí misma que se trata de una tara que tiene como hombre y persona, y se me pasa el disgusto. 

¿Qué me atrae en un sumiso?

Aunque ya expliqué aquí lo que busco en un sumiso, voy a especificar un poco más. Lo que voy a comentar no es una guía de lo que debe hacer...