MIS LIBROS FEMDOM

01 agosto 2020

La castidad forzada del sumiso

Este es uno de los temas estrella del femdom que, curiosamente, no comenté todavía con un post específico en mi blog, a pesar de llevar tantos años escribiendo sobre Dominación Femenina. Así que al fin me he decidido a abordar el tema. Obviamente, no es algo que esté entre mis prioridades como Ama y por eso no lo comenté antes. No lo veo como un asunto de blanco o negro. Hay mucho que comentar y matizar, así que allá voy.

Antes que nada, empiezo por el rechazo que me produce este tipo de práctica cuando va asociada con el tema cuernos, como una forma de despojar al hombre de su principal atributo masculino, en una especie de castración virtual. Y, por tanto, al ser incapaz de satisfacer en el terreno del coito a su Ama, ella puede, y debe -según los cánones-, buscarse a otro macho. En el caso de los cuernos consentidos, ese otro macho será dominante con toda seguridad, por lo que me parece el colmo del anti-femdom el hecho de emputecer al Ama. Pero no me extiendo sobre esto, que lo tengo muy comentado ya.

Voy a centrarme en el caso de una relación Ama-sumiso sin historias de poca hombría de por medio. Es decir, el sumiso es tan hombre como los demás -increíble que tenga que aclarar esto- y hay relaciones sexuales entre ambos, normales, o todo lo normales que pueden ser dentro de que ella decide cómo, cuándo y demás. Eso por una parte. Luego está la sexualidad a solas del sumiso. ¿Puede masturbarse cuando le de la gana? ¿Hay que usar un chisme de castidad para impedirlo?

Bien, veamos. El hombre tiene una fisiología que no necesito explicar. Una erección matutina no es algo sexual, es una reacción inconsciente. La necesidad de eyacular es algo que, por mucho que el taoísmo afirme que se puede anular y que el semen se reabsorbe y tal y cual, es algo natural. Hasta ahí, queda claro que no podemos reformatear el cuerpo masculino. Otra cosa es que el sumiso sea más pajillero que un bonobo en celo, y coincido con las que opinan que cuando un hombre tiene todo el sexo que quiere, solo o acompañado, su nivel de sumisión baja un peldaño. Porque es una cuestión hormonal, por muy bonita que sea la D/s mental.

Lo importante es el papel prioritario del Ama en todo esto. Es decir, en nuestras manos está decidir si el sumiso se queda un mes en castidad, por castigo o por gusto, o si se masturba en determinados momentos escogidos por nosotras. Personalmente le veo más sentido controlar sus orgasmos en vez de encerrarle el pajarito y guardar la llave. Que se masturbe ante mí es más excitante que tenerlo en el dique seco. Y que lo haga al ritmo que yo marque en vez de mirando porno, más de lo mismo.

Hay hombres que difícilmente podrían usar un CB pero que en todo lo demás pueden ser perfectamente válidos como sumisos. En el extremo opuesto, están los que solamente buscan ese fetiche, y que te preguntan si les pondrás el cacharro antes de saludarte. También hay muchos que practican la auto-castidad o bajo las órdenes de Amas online. Es de esas cosas que son más o menos fáciles de hacer a distancia, tal como me comentó un tipo, que tenía bien pensado un método para no conocer el código del CB. Al hilo de esto, el sumiso debe tener manera de poder quitárselo en caso de emergencia sin tener que llamar a los bomberos (caso verídico que comenté por aquí hace tiempo). Y algo que no me convence, por mucho que digan lo contrario, es la higiene al llevarlo días seguidos, pues no siempre hay un grifo a mano ni se puede limpiar eso en condiciones con simple papel higiénico.

A todo esto, no estoy dejando clara mi postura. Por resumir, el CB no me parece imprescindible. De hecho, tiene más mérito mantener la castidad sin un impedimento físico. Y algunos en realidad se excitan por el simple hecho de ponerse el CB. La castidad es algo que no se inventó con el femdom. Tiene una base lógica conocida por cualquier mujer, y puesta en práctica como castigo o como futura promesa de sexo, según sea el caso. Pero abunda más lo del castigo, desde que el mundo es mundo. Me refiero a las huelgas de sexo. Dejar al hombre sin sexo como castigo o para forzarle a hacer algo no es nuevo. Lo han practicado incluso comunidades enteras de mujeres en épocas antiguas y también recientes (la película 'La fuente de las mujeres' trata precisamente de una historia real sucedida en un pueblo de Turquía, en el que las mujeres inician una huelga de sexo hartas de que los hombres no cumplan con una tarea que recae sobre ellas en exclusiva). En definitiva, si tu novio/ marido/ ligue no se porta como quieres, déjalo un tiempo sin sexo y verás que se vuelve un corderito. Esto es sabiduría popular de ayer y de siempre. Aunque corres el riesgo de que busque por otro sitio lo que tú no le das, claro, y esa es la principal diferencia con la castidad del sumiso: él no lo vive como algo que pierde sino como una renuncia placentera que acepta por obediencia.

Consejo para novatos y novatas: un CB no es un instrumento mágico que convierta una relación femdom en algo perfecto. Y la castidad impuesta puede crear un lazo especial entre ambos, pero tampoco sirve para tapar otras carencias. Porque, recordemos, el cinturón de cerebro no lo han inventado todavía ni tiene pinta de que lo hagan, y puedes encerrar su pene, pero él es libre de fantasear, o incluso de buscar a otra y lamerle los bajos, convencido de que eso no rompe el casto pacto. Quiero recalcar que nada garantiza que el sumiso sea más obediente. Si lo parece cuando está en castidad, ¿no será más bien que en ese momento vendería a su madre por 5 euros a cambio de poder desfogarse de una buena vez? Puede decirte que sí a todo como truco para que le quites el torturante objeto.

También hay que hablar de las dificultades logísticas que pueden surgir con el CB. Puede ser una tarea extra estar pendiente del tiempo que lleva tu sumiso en castidad, por no hablar del tema de la llave: si la tiene él ya no hay control total, si la tienes tú puede ser un riesgo para su salud cuando no estáis juntos, soluciones intermedias ya empañan el juego. Y luego están esa especie de maratones que se montan algunos, a ver quién aguanta más días, que hasta en eso son masculinamente competitivos. Y ser un adicto al CB te puede llevar a la apatía, al lado oscuro pasivo-agresivo o a la impotencia. No tengo datos científicos en la mano, pero una cosa es retrasar el orgasmo y otra perder todo interés en el tema.

En resumen, yo prefiero aprovechar el juego que da un pene antes que desperdiciarlo de esa manera. Lo único que debe quedar claro es que su pene me pertenece, por decirlo de alguna manera. El único artefacto que utilizo para la dominación soy yo misma. Si tengo que obligarle a que se reserve para mí, lo hará sin aparato de por medio. Si se lo pongo porque no me fío de él... bah, esta opción no me vale, si no hay confianza no me sirve. Y la obediencia se logra cuando dominas sus pensamientos, no con lavados de cerebro ni hipnosis, sino porque estás en sus pensamientos desde que se levanta por la mañana hasta que se va a dormir, y se entra allí por méritos propios, sin necesidad de amaestrar mediante objetos artificiales a esa fierecilla que tiene ahí abajo, pues la base de la Dominación Femenina, a diferencia del juego kinkster, es que se someta también en frío, no cuando esté más caliente que el palo de un churrero.

Y hablando de calor, aquí en España ya estamos a nivel sartén al fuego, así que dejo el blog en reposo por una temporada. Tenéis lectura de sobra, tanto aquí como en mis libros. A la vuelta hablaré de... ya lo sabréis :P

¿Qué me atrae en un sumiso?

Aunque ya expliqué aquí lo que busco en un sumiso, voy a especificar un poco más. Lo que voy a comentar no es una guía de lo que debe hacer...