Antes
de entrar en materia voy a comentar el par de posturas habituales por parte de
los sumisos acerca de esto. Algunos sienten que su mayor problema es
precisamente ser sumisos. Saben que las Amas no abundamos y creen que su vida
sería más fácil si pudieran convertirse en machitos “normales”. En el extremo
opuesto tenemos a los que parecen tener una facilidad pasmosa para acumular Ama
tras Ama. Son esos que se presentan con un “hola soy sumiso” y creen que ya no
se necesita nada más para que la cosa funcione. Sus “amas” son mujeres
igualmente poco selectivas que entran en esto por aburrimiento o frustración de
su vida vainilla.
Ahora
sí, voy a abordar lo que considero la lista fundamental de los verdaderos
problemas a los que se enfrenta un sumiso que se considera auténtico, que ni
reniega de su condición ni se conforma con una dominación de cartón-piedra. Son
conclusiones sacadas por mí a lo largo de mi cada vez más dilatada experiencia
besando sapos, ejem, quiero decir, de mi trayectoria vital con los que se
consideran sumisos. La mayoría no lo es, así que este será el primer punto de
mi lista.
-Sumisión
inexistente o insuficiente
Ya
sé que a la gente no le gusta que se les juzgue por sus asuntos de entrepierna
y critican a las que “repartimos carnets de autenticidad”, pero me parece
básico ser sincero con uno mismo y con tu supuesta Ama. Si esto es para ti una simple
fantasía que añade picante a una relación normal, dilo. Si tienes una serie de
fetiches no convencionales, no te vendas como un sumiso completo, porque no lo
eres. Y no pasa nada, el problema es el autoengaño y la traición hacia esa
mujer que pretende dominarte sin saber lo que no le cuentas. Que todo se acaba
sabiendo y se nota pronto, pero vaya, nos ahorraríamos todos la pérdida de
tiempo.
-Falta
de equilibrio mental
No
sé si será casualidad, pero conocí a demasiados tipos trastornados en este
mundillo. Ideas suicidas (con intentos incluidos), visitas al psiquiatra,
bipolaridad, TOC… la lista es larga. Y en todos los casos, mi paciencia y
comprensión no pudieron competir con esas mentes desequilibradas, lo cual es
lógico, porque esto no es una receta mágica para todos los males. Una mente
perturbada no puede obedecer a nadie porque no obedece ni a su propio dueño. Si
estás tratando de resolver un asunto de estos, en caso de que tenga solución,
no hagas perder el tiempo a la otra persona con tus neuras.
-Falta
de paciencia
Estamos
en una época complicada para construir relaciones firmes, empezando por la
fantasía soñada por tantos de tener un potencial harén a su disposición a golpe
de móvil y en plan 24/7. Luego no es tan así, claro, pero al menos tienen
garantizada la cacería femenina a gran escala, que ya es más de lo que pudieron
hacer sus antepasados. Aparte de esto, vivimos en la cultura de la inmediatez y
el esfuerzo mínimo. La gente lo quiere todo y lo quiere ya, y sin que le
suponga alterar su camino ni un centímetro. La pandemia agravó esto, pues hay
una sensación de querer vivir de golpe por si mañana llega otra nueva amenaza.
Pero desde hace un par de décadas, muchas cosas las logramos a golpe de clic, y
algunos quieren lograr Ama de la misma manera.
También
ocurre que compruebas que no sirve de mucho esforzarse, porque no hay
recompensa acorde. Da igual que te prepares para el mercado laboral, por
ejemplo, porque nada parece suficiente y no te vas a llevar un sueldo digno ni
un reconocimiento justo. Pues aquí pasa igual. “Busco ama, soy sumiso”. Punto.
Vamos al lío y a correr que hay prisa… por no llegar muy lejos. Yo sí creo que
esforzarse como sumiso tiene su recompensa, pero ya digo, la falta de paciencia
lo arruina todo. Pienso en todos los que jodieron lo nuestro por sus impulsos egoístas
y sé que aún seguiríamos juntos, si sus deseos de recompensa inmediata no
hubiesen vencido al auto-control necesario para mantener la actitud correcta
que, al principio, les abrió una puerta hacia mí.
-Miedo
social
Una
cosa es no airear tu vida privada a los cuatro vientos y otra muy distinta
vivir en una cueva en cuanto a tu sumisión. He conocido a auténticos paranoicos
que guardaban su identidad como si fueran superhéroes de incógnito. No quieren
que nadie conocido los vea en compañía de una mujer dominante, como si
llevásemos letreros en la frente. No te dicen ni su nombre real tras conocerlos
en persona, momento en el que compruebas, oh, sorpresa… que todas las fotos que
te mandaron eran falsas. Ejemplos hay muchos. Un tipo incluso se negó a recibir
en su casa un paquete postal con un juguete sexual femdom que compramos juntos
con la excusa de que algún amigo de su padre trabajaba en una empresa de
mensajería y que, por una ridícula casualidad, podía llegar a ver por el
escáner el contenido. Esto me lleva al siguiente punto de la lista.
-La
mentira
El
individuo del ejemplo anterior mentía, por supuesto. Obviamente su excusa era
una posibilidad tan remota que demuestra que su temor era que el paquete
acabase en manos del susodicho padre, con el que convivía, y que aquel pudiera
abrir el paquete y descubrir el “terrible secreto” de su hijo. No sólo mintió en
ese caso sino desde el primer momento en que me contactó, tal como comprobé tiempo
después. Muchos mienten, todo el rato, sin cargo de conciencia, con tal de
llevarse un revolcón femdom. Algunos son tan expertos que logran mentir incluso
mirándote a los ojos, algo que requiere años de entrenamiento. Y para no caer
en su trampa, debemos ser incluso más retorcidas que ellos o acabar paranoicas.
Nadie es imposible de engañar, y aunque tengo bastante experiencia en
desenmascarar farsantes, el impulso de engañar y manipular que tienen algunos
les lleva a “triunfar” y sobrepasar mis barreras. Pero, lo dicho, todo sale a
la luz, antes o después, por suerte, sobre todo cuando ven que no se llevarán
lo que pretendían (revolcón femdom sin esfuerzo ni compromiso).
-El
egoísmo
Soy
realista, aunque el título de mi blog indique lo contrario xD Sé que los
hombres son todos iguales… en este punto del egoísmo. Y es algo “natural”,
debido a la testosterona, que encima se fomenta socialmente. Pero en el caso de
un sumiso, qué menos que intentar minimizar su alcance, pedir disculpas cuando
se ven sobrepasados por sus impulsos y compensar al Ama cuando meten la pata.
Todos los que desaparecen sin explicaciones, los que buscan a otra que lo ponga
más fácil aunque les guste menos, los que prefieren una partida de lo que sea o
quedar con los amigos antes que hacer un simple favor a su posible Ama, etc.,
están obedeciendo a su egoísmo, así que tampoco sirven para obedecer a una
mujer.
La
lista no es exhaustiva pero creo que no me dejo ningún punto importante. Podría
valer para cualquier hombre y cualquier tipo de relación, pero con el agravante
de que son supuestos sumisos que juran por su madre “hacer todo lo que usted
ordene, Mi Ama”. Pues empezad por hacer una introspección y un reseteo de
cerebro, a ver si va a ser que vuestros problemas como sumisos no son más que
carencias como personas.