Antes que nada, aclaro que este post no va sobre fetichismo de medias, por si llegas aquí googleando eso. Bueno, sigo. Ya he mencionado varias veces el blog de una australiana, Domme Chronicles, por motivos diversos, entre ellos que tiene recopiladas historias femdom felices en forma de libros. El caso es que sigo sus andanzas con interés desde hace tiempo, ya que el último sumiso que tuvo fue hace diez años y desde entonces anda de decepción en decepción. La entiendo perfectamente y espero que alguna vez encuentre a ese hombre complementario.
Su último intento ha sido con un hombre vainilla pero muy caballeroso, lo cual puede tener similitudes con la sumisión masculina, aunque no es suficiente, claro. Yo también intenté en el pasado conocer a esa clase de hombre, que no parece el típico machito convencional y que incluso permite que tomes la iniciativa y cosas así. Al final una relación no depende de las etiquetas que le pongamos, se trata de que dos personas tengan la afinidad y las ganas suficientes para que aquello funcione. Pero con esa clase de hombres que no son sumisos, ni que tampoco es que no sepan que lo son, llega un momento en que empiezan a pedirte lo mismo que te dan, esperan cobrarse lo que invirtieron para llegar hasta tu cama o hasta tu corazón, según sea el caso. Y es normal, porque su forma de relacionarse es democrática y recíproca. Pero para una mujer dominante suena a chantaje y a mí al menos me resulta una decepción.
En el caso de la australiana no llegó a haber relación más allá de unas cuantas citas, por falta de química y porque él estaba conociendo al máximo número de mujeres a la vez. Esto último lo puedo entender cuando no hay nadie a la vista, pero si empiezas a quedar con alguien que te gusta y el único problema que ves es que le cuesta abrirse, entonces estamos ante la estrategia de a ver lo que pillo y rapidito.
Ella reconoce que es enfermizamente introvertida, pero aparte de eso, tenía sus razones para no decirle de golpe “soy Ama y tengo un blog famoso sobre el tema” así que él notó que había algo “grave” detrás de tanto secreto. Yo es que no soy partidaria de esconder lo que eres y lo que buscas, porque es una pérdida de tiempo, y creo que no funciona lo de buscar una solución a medias, porque ni eso llena a una mujer dominante ni a un hombre vainilla. Tiene hasta gracia cuando ella le dio un beso de despedida y lo agarró del pelo y él literalmente no entendía nada. Y es normal que no lo entienda, no lo culpo. En casos así, casi más culpa tiene ella sabiendo que él no le dará la sumisión que necesita. Por mucho que te quieras amoldar y conformar, llega un punto en que después de probar lo que realmente te llena (femdom) ya no hay vuelta atrás, para bien o para mal.
Qué distinto lo de quedarse a medias comparado con la ultima historia de femdom feliz que contó en su blog, que es lo más bonito que he leído en mucho tiempo y que me merece post aparte.
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