Sobre esto se puede comentar mucho, pero hoy traigo una anécdota televisiva para ilustrar un poco cómo está el tema “ahí afuera”. En esta tertulia estaban presentando un libro que trata sobre la infidelidad. De pasada, salió el asunto del poder femenino, de los malotes “que nos gustan a todas” según la opinión de una contertulia (juasss) y hasta nombraron el librito de marras de las 50 sombras.
En muy poco tiempo salieron a relucir algunas de las opiniones más generalizadas que circulan en sociedad, como lo de que ante una mujer poderosa el hombre promedio reacciona queriendo ser más poderoso, lo cual se traduce en querer conquistar a toda falda viviente. Menos mal que una dice que prefiere a los hombres más bien domésticos (domesticados ya hubiera sido mucho pedir en una tertulia de estas jaja). Me parece interesante lo que dicen de que reaccionas de tal o cual manera según lo que tengas enfrente, lo cual puede ser cierto si no tienes una tendencia marcada (sumisión o dominación), pero que en otros casos no es así. Vamos, que si a mí me viene un sr. Grey queriendo ponerme las esposas, no voy a dejarme atar jajaja.
Y bueno, las opiniones son todas respetables en principio (si alguien opina que los derechos humanos son cuestionables, su opinión ya no es tan respetable), pero cuando una de estas señoras dice que se vive más feliz no sabiendo una infidelidad, la triste realidad es que no merece a un hombre mejor que un infiel, y lo que opine acerca de lo normal o anormal del poder femenino, me resulta bastante indiferente y poco válido.
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