Voy a contar una anécdota de twitter. Ante todo, y por si lo lee la protagonista de esta historia, esto no es un ataque personal, ni yo me tomé como tal sus palabras. Por cierto, si no lo leíste en su momento, ya el tuit no existe, porque paso de darle publicidad a ninguna Dómina profesional, por muy correcta que parezca. Tras el intercambio inicial de comentarios, que motivó que yo escribiese este post (con un punto de indignación, no voy a negarlo) me llegó a decir que le gustaba mi blog y dijo que concordaba con mi visión de femdom positivo. Así que luego me supo un poco mal haber sido tan dura, jaja, pero me reafirmo: no puedo entenderme con alguien que está en las antípodas de mi concepto de Dominación Femenina, porque yo en frío y con un desconocido... uf, qué repelús me da solo de pensarlo. No le podría ordenar ni que me trajese un vaso de agua. En fin, voy con el post.
No sabía cómo titular esto, así que eso de dominatrix feminista puede servir como resumen. El otro día usé twitter para algo más que para enlazar mis posts desde aquí. No lo uso mucho porque no me gusta twitter (edito: de hecho ya no tengo twitter xD). No me gusta tener que andar contando palabras, o que cualquiera pueda soltar una barbaridad y no puedas eliminar su comentario sin borrar todo el hilo. En fin, que no lo uso por motivos varios, pero vi algo en las noticias que me revolvió las tripas y tuve el impulso de tuitearlo, aunque sabía que podía venir algún contra-ataque por algún lado, con lo poco que me apetecen esas cosas. Pues bien, la sorpresa fue que comentó quien en principio no esperaba yo que lo hiciese, y por motivos aún más inesperados.
Pero empiezo por el principio. La noticia era una agresión a unas chicas de Femen que protestaban contra las concentraciones a favor de Franco y en contra de la ley de memoria histórica. En un momento dado se veía cómo un grupo de energúmenos (y en este punto me daría igual que fueran franquistas o astronautas) PATEABAN a las chicas, semidesnudas como ya sabéis que van siempre, tiradas en el suelo e indefensas. Y me entró una mala leche y una impotencia que por eso me desahogué con el tuit. Después creí que vendría un tipo simpatizante de los fascistas a atacarme, pero no, señoras y señores, la que apareció en escena fue una dominatrix, criticando a las chicas... por ir ligeras de ropa y “montando el espectáculo”. Es más, alababa a las primeras feministas que eran unas señoras muy vestidas y muy bien educadas y tal y cual. Bien, yo a esta mujer no lo conocía de nada, así que pinché en su perfil y vi que es una Dómina profesional y tiene link a su blog, así que eché un vistazo. Para empezar, su foto en twitter es un primer plano de su entrepierna con una prenda que deja poco lugar para la imaginación. Y en su blog, pues bueno, lo de siempre en estos casos: sois gusanos y os voy a poner el culo tan rojo que no te puedas sentar en un mes y haré una tortilla con tus huevos. Ya parecen una parodia pasada de rosca diez veces. Y a todo esto, recordemos, ella criticaba a las chicas esas por ir desvestidas. Y halagaba a las primera feministas que lucharon por nuestro derecho a votar y todo eso.
...¿Soy yo la única que ve un contrasentido enorme en todo eso? Una mujer que se vende como un trozo de carne de entrada, que usa el reclamo más antiguo del mundo para atraer machos, que hace negocio del sentimiento dominante... ¿cómo narices se atreve a atacar a unas mujeres que libremente deciden protestar como mejor les parece? Porque, nos guste o no, llama mil veces más la atención un par de tetas desnudas que una mujer vestida explicando pacíficamente algo. El primer impacto lo consiguen, ya luego se verá en detalle qué quieren o contra qué van. Si ocurre como en este caso, que denuncian que se produzcan impunemente reuniones de gentuza pidiendo que volvamos a la época de las cavernas, me parece una protesta muy justificada. De hecho, en esa época seguro que la señorita dominatrix no podría haber ejercido tan libremente como ahora. Porque parecía ya que no atacaba a las chicas sino que defendía a los fascistas (“no respetan nada esas mujeres” dijo). Y tiene hasta lógica, porque, como mandan los cánones de las Amas de manual, la supremacía femenina (otro fascismo en su vertiente pura) tiene que aparecer por narices en todo esto de dominar y someterse, cuando realmente es otro contrasentido. Si yo fuera superior a cualquier sumiso, por el hecho de ser una mujer, él no tendría más remedio que someterse, por ley o por miedo, y a mí esa sumisión me daría asco y pena. La Dominación Femenina no necesita esas mierdas ni esos inventos, porque son inventos no justificables por ningún medio. Entre hombres y mujeres hay de todo, hay gente más o menos “válida”, pero coño, a estas alturas que no me vengan con que unos están por encima o por debajo, y si hablamos ya de derechos, que alguien los cuestione es como para condenarlo a cadena perpetua. Pero en fin, la libertad de expresión, que es algo positivo, conlleva que cualquiera pueda soltar lo que le da la gana y quedarse tan ancho, incluso cuando se trata de atacar libertades fundamentales.
Pues bien, yo le respondí a la susodicha lanzando indirectas acerca de la dominación profesional y ella me remitió al diccionario para explicarme (a mí... jajajaja) lo que significa Dominación, que según ella no es democracia pero tampoco fascismo. El cacao y la mezcla de conceptos es enorme, y no voy a extenderme en aclararlo. Solo repito lo que le dije y que ella hábilmente ignoró: hace mucho daño a la imagen del femdom positivo la gente que necesita inventarse la gilipollez de la supremacía femenina para sentirse dominante y las que hacen de un SENTIMIENTO (inexistente en muchos casos) un simple negocio para bobos desesperados. Incluso al feminismo le hace daño, así que más incongruente no se puede ser. Pero para eso es dominatrix, claro, aunque dice que su pareja es su esclavo desde años (más “grave” me parece).
Así que, aunque dijo que le gusta mi blog, creo que no pilla una sola coma. Tampoco suelo socializar en las redes sociales porque abunda este tipo de gente, a la que puedo respetar, pero que no comparto para nada lo que hacen. No quiero socializar con alguien que entiende esto como un negocio y lo disfraza de favor a los pobres que no pueden cumplir su fantasía (los “pobres” son unos cobardes hipócritas que engañan a su mujer o van a la comodidad de comprar un servicio como si fuera una pizza). Ella no trabaja con sumisos sino con kinsters que son semi-sumisos en un mundo paralelo de sesiones de teatro. Prefiero quedarme en mi mundo real y estar una semana con un sumiso en condiciones que años con varios sumisos de cartón-piedra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu comentario aparecerá publicado si supera la supervisión de contenido permitido