MIS LIBROS FEMDOM

26 mayo 2024

Historias felices de Amas y sumisos

Cada vez que he pedido testimonios como el que indica el título del post me han llegado con cuentagotas. Me sorprendería lo contrario, visto cómo está el patio por ambos bandos. Entre falsos sumisos y “amas” aprovechadas sin vocación, es normal que no abunden las historias felices. Tampoco mi blog pretende ser un registro notarial de todo lo que acontece por estos mundos, pero en los mensajes que me han llegado a través de los años hay muchas dudas, conflictos y dramas, pero de relaciones que funcionen apenas hubo nada.

La historia que traigo hoy es de un lector que me sigue desde hace mucho tiempo y que colaboró en mi primera novela ilustrando una portada que algunos recordaréis. También tenía un blog sobre sumisión masculina que ya no existe. Vamos a ver su testimonio, que no sé si se puede calificar de feliz, pero aquí queda igualmente. Voy a resumirlo un poco y a omitir algunos detalles concretos.

 ***

Gracias al blog que tenía, un día abriendo el correo para ponerme al día sobre lo que me llegaba, pude leer uno diciendo que tenía un comentario del blog. Mi sorpresa fue un tanto grande ya que como Usted sabe en estos sitios quién entra son hombres, pero en los de Amas no de sumisos. Siempre que tenía algún comentario –no muchos, claro- contestaba por cortesía. En este caso hice lo pertinente y di las gracias por la visita y por las palabras que me dedicó diciendo que le gustaba como pensaba. Al día siguiente recibí otro correo: era Ella de nuevo contestando a mi correo de agradecimiento. Devolví, como es costumbre en mí, otra respuesta, y al otro día de nuevo Ella me mandó otro correo, pero esta vez preguntándome si usaba algo para poder hablar por ahí en tiempo real sin tener que estar todos los días escribiendo correos. Le dije que no, pero que bueno, que era buena idea y le instalé en el móvil para empezar a hablar cuando Ella quisiera. Esa misma tarde/mañana -esto de tarde/mañana es debido a que Ella es de otro continente- comenzamos a escribirnos. No había día que faltáramos a charlar un buen rato. 

Poco a poco nos íbamos conociendo más. De vez en cuando nos escribíamos correos, y empezábamos a abrirnos más en nuestros pareceres, en sus tardes/noches, mis madrugadas, veíamos incluso videos sincronizándonos. 

Un día me preguntó algo, no recuerdo el qué, y al responderle, sin ninguna intención oculta cuál hombre del XVIII, le dije: ¡Ha acertado, Señora mía! Ella me dijo, mejor llámame mi Señora. No estaba frente a un espejo, se lo juro, pero mi cara por cómo me respondió era como el emoji de sorpresa con los ojos bien abiertos.

En cada mensaje era mi manera de tratarla. Me iba sonsacando, y cómo me dirigía a Ella, me decía que me veía muy entregado; que si me gustaría algún día poder estar a sus pies. Entenderá que yo, como hombre sumiso, me dice un Ama eso y la cabeza se me pone como Heidi en su columpio, de un lado para otro. Bien, después de tantas conversaciones pasando unos dos meses, uno de estos días me dijo algo así como: << ¿Sabes que hoy he tenido mucho trabajo, y tu Ama ha venido cansada?>> -casi siempre hablaba en tercera persona-, no eran exactamente esas mismas palabras, pero sirve para contextualizar la frase, excepto las de <<Tu Ama>>, esas son literales. ¿Me has oído? Me preguntó. Claro. ¿Qué he dicho? Al llegar a <<Tu Ama ha venido cansada>>, me dio un vuelco al corazón, ahí vislumbraba algo. 

En 2022 hice un viaje a una ciudad y le dije que le gustaría. Ahí, a mi Ama, le iba narrando la ciudad. Este año pasado  he vuelto a ir en las mismas fechas, pero esta vez desgraciadamente ya sin poder describirle la ciudad, lo que he visitado.

Sé que esto que he escrito puede parecer un relato, y falta mucho, son casi 8 años, pero tiene mi palabra que no lo es, esa Mujer de la que hablo, Ella decidió que sería mi Ama, y eso que se encontraba a 8000 kilómetros. Hablábamos de todo, e incluso le pinté un retrato que hoy se encuentra en su país con su propietaria.

Desgraciada y paradójicamente fui yo quien rompió la relación, y ¿sabe por qué? Le dije que jamás le haría daño: por ser mi Dueña y porque la amaba. Que, si algún día lo hiciese, sería por evitarle un daño mayor. De hecho, a Ella no le gustan las sorpresas y le gusta tener todo bajo control, como buen Ama, y para ir sobre segura un día me preguntó si yo la podría amar como a una Mujer <<convencional>> -por si sólo me atraía como Mujer Dominante, y luego perdería el interés-; que si me casaría con Ella en su país por lo civil; todo fue rapidísimo. Le expliqué que para mí la institución del matrimonio no tenía un significado especial, más bien nulo, pero le dije que sí, en su país o en Sebastopol, por lo civil o por el rito balinés. Yo iba a haber viajado a su país, o invitarla a España unos días, pero mi suerte es la que es, y parece que me ha mirado un tuerto.

A día de hoy, después de casi un año de haberse roto la relación, sigo enamorado de Ella y aún la considero mi Ama, mi amada Dueña y Señora de todo lo que soy.

***

Faltan datos y el testimonio de la otra parte para hacernos una idea más exacta, pero el resumen es que aquello no prosperó. Quizá sea una especie de mensaje en una botella, por si ella lo lee, para que sepa que él aún la recuerda. Sea como sea, voy a comentar un par de cosas al hilo del mensaje.

Coincido plenamente en que un Ama necesita sentir que la quieren como mujer, no como una especie de máquina para dominar. Y creo que casi ninguna mujer dominante puede  poner la mano en el fuego por ningún sumiso que haya pasado por su vida en relación a este punto, por triste y duro que suene. Lo de hablar de boda ya me parece un tanto extraño, pero dependerá de los valores de cada una. Al hilo de esto, cierto sumiso me comentó que había estado en conversaciones con un Ama del mismo país y que he omitido adrede. No digo que sea la misma, claro, pero aquella también quería boda, y rapidito. Que me parece empezar la casa por el tejado, y por mucho contacto que haya a distancia, sin conocerse en persona es una locura sentirse Ama, sumiso o astronauta, no digo ya enamorarse. Que yo soy la primera que he cometido en el pasado el error que se trasluce en el mensaje: dejarse llevar por las maravillosas sensaciones de que alguien se te someta o te domine, según sea el caso, y aparcar en segundo plano todo lo demás. Y todo lo demás son obstáculos insalvables si no sobra el dinero, eso para empezar, aparte de las mil circunstancias que nos rodean a todos. 

Vivir en la misma ciudad no es garantía de que una relación funcione, pero estar lejos sí es garantía casi segura para que no llegue demasiado lejos. Y “tener” a alguien al otro lado de una pantalla es como atrapar humo con las manos. Al final queda la experiencia y la ilusión, que a falta de otra cosa te llena de momento, pero a la larga es más pérdida de tiempo que otra cosa. Ojo, que hay gente que busca justo eso: pasar el rato con fantasías sin compromiso, ya sea con la aceptación de la otra parte o engañándola si hace falta. Pero en mi blog jamás me refiero a ese tipo de femdom descafeinado. 

No quiero quitarle a nadie las ganas ni que se cierre en banda con la distancia, pero hay que tener los pies muy asentados en tierra firme para no perder la perspectiva o sentir amor por alguien que, en nuestra mente, puede parecer de determinada manera, a falta de que la realidad nos lo muestre de otra bien distinta.

Yo me alegro de que mi lector viviese algo que le pareció bonito y que le dejó un buen recuerdo, pero como posible historia feliz me parece que queda en puntos suspensivos. No tanto porque no fuese un “para siempre”, sino porque ocho años a distancia, sin que las pieles lleguen ni a rozarse, es más anhelo (palabra-pista sobre su desaparecido blog...) que realidad. A ver si hay más suerte para la próxima ;)

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