La respuesta corta es que no lo sé jajaja. Esta pregunta me la hizo alguien por Instagram; en concreto, dijo que si, aparte de publicar libros, busco sumiso. Algunos son tan vagos que ni se molestan en buscar mi blog y echar un vistazo. No le respondí, por supuesto, como tampoco respondo a los que llegan de tres en tres con su mensaje de copia-pega, como estos de aquí:
Si alguien pretende ser mi sumiso, así porque sí, sin conocerme de nada, lo tiene crudo. Odio las relaciones impersonales, en las que la otra persona es un simple objeto intercambiable. Si te da lo mismo que yo o cualquier otra te cumpla tu fantasía, vete con otra. Si crees que tu fantasía específica te convierte en sumiso, mejor ponte vídeos porno en bucle hasta que te salgan callos donde ya sabes.
Entonces, ¿busco sumiso o no? Pues depende. Lo de gastar tiempo y energía buscando activamente sumiso se acabó, eso por supuesto. Entre la pereza que me da, y que ya me conozco como acaban estas películas, ni lo intento. Y hablando de películas, estaba viendo una de terror el otro día, y de repente aparece este chico, y bueno, oye, que si así también de repente aparece uno parecido en mi camino, a lo mejor la pereza se me quitaba.
En momentos así me doy cuenta de que, busque o no busque sumiso, aparezca o no aparezca ninguno, yo siempre seré lo que soy. Hace mucho tiempo un sumiso, que era más de palabras que de hechos, y más de fantasía que de realidad, me dijo que sentía su sumisión como un regalo que quería entregar pero que no tenía a quien. Como frase y concepto me parece la caña. Pues así me siento yo ahora. Es una pena que el “regalo” de mi dominación -que no le regalo a cualquiera, repito-, no tenga destinatario. Y ahora no vayáis a escribirme en tropel para decirme esa tontería vacía de “quiero ser tu sumiso”. Advertidos quedáis.