Para entender este post creo que sería necesario que viéseis primero una película titulada Perversidad. Pero en fin, empezaré por resumirla, sé que no es fácil encontrar cine clásico.
Chica guapa absurdamente enganchada de un chulo castigador, al que ella considera el no va más de los machos entre los machos, se cruza con un hombre feo y mayor, al que le saca hasta el último centavo, para dárselo, cómo no, al chulo. Por su parte, el señor mayor está casado, solamente por no estar solo, con una mujer que no lo quiere en absoluto, lo tiene de chacha doméstica y lo compara constantemente con su difunto ex, que también era el más macho entre los machos.
No voy a destripar el final, pero aquello no acaba bien, es lo que tiene jugar con fuego y tal. Bueno, va, solo un poco: es el abusado quien la mata a ella cuando descubre que está liada con el chulo (en este caso no es cornudo consentido, aunque todo indica que lo hubiese aceptado y lo que le duele es que se lo oculte) y le echa la culpa al otro, que también acaba muerto, en la silla eléctrica.
Bueno, pues ahora voy a contar una historia parecida, cambiando un poco los personajes.
Supuesta Ama, según se denomina ella misma, que humilla a un sumiso recordándole lo poco hombre que es, mientras se deja dominar por un macho-man, y le saca toda la pasta posible al tal sumiso, que es, por supuesto, su sumiso financiero. Por su parte, el hipotético sumiso, siguiendo la norma de lo que el pobre diablo cree que debe ser un sumiso, suelta pasta porque es el único medio de que ella le haga algún caso, y le cumpla su fantasía de ser cornudo y su otra fantasía de ser humillado porque el hombre quedaría el último en un concurso de belleza y de tamaño viril.
La diferencia entre la primera historia y la segunda es que una es ficción y la otra es realidad, la triste y patética realidad que pretenden vender tanto unas como otros acerca de lo que se supone que es auténtica dominación femenina. De hecho, la historia ficticia está basada en unos hechos que se repiten desde los albores de la humanidad. Aprovechadas y tontos los hay desde que el mundo es mundo. Ahora lo único que cambia es que algunas en vez de Abusadoras se ponen el cartel de Amas, y ellos, los que se llaman sumisos, son soplagaitas, así, a secas. Son A. y s., cierto, pero solo se parecen en las iniciales. Algunas ponen pose de tía dura y ya está, etiqueta de Ama al canto y vía libre para abusar de incautos y no tan incautos.
(Inciso. Me estoy acordando de cierto sumiso que me comentaba que fue esclavo financiero de una switch, hasta que paró porque sospechaba que ella le daba el dinero a su amo...)
Hay algo en común en todo este tipo de historias, ya sean fantasía o realidad, y es lo que las diferencia de una verdadera relación DF. Me refiero a que la única manera de saber si estamos ante una Ama y un sumiso en una relación sana o ante una pirada/aprovechada y un alelado o un hombre sin autoestima o un hombre que se excita con prácticas determinadas pero le da la vuelta y lo llama sacrificio y entrega, en definitiva, ante una historia de abuso o utilización maquillada de DF es... el tipo de vínculo que los une.
No hablo ya de que Ama y sumiso sientan un amor infinito el uno por el otro (aunque esto es lo ideal para mi modelo de relación DF), sino de que ambos deben valorar a la otra parte como personas, antes que como un objeto para conseguir lo que quieren, tanto la una como el otro, porque ambos son igual de responsables. Por si no queda claro, sigo explicándolo con un ejemplo.
Ama Despiadada, que podría ser lesbiana para más señas, o vainilla, recluta esclavos (muy desproporcionada la palabra para unos hombres a los que ve de tarde en tarde, ya que la mayoría están hipócritamente, ups, digo, felizmente, emparejados) que deben pagarle en dinero y especies por sus servicios, ups, digo, por el privilegio de que ella les dedique tiempo en sesiones de determinada duración. No es ama profesional pero le falta poco. De hecho creo que sale más caro una de estas, pero eso sí, a cambio ellos pueden llenarse la boca diciendo que tienen ama “vocacional”. Ya digo, vocacional como una monja en un burdel, porque a estas no se les ponen duros los pezones ni con 100 esclavos de esos. Ah, bueno, esperad, que me olvido de que esto lo llaman bdsm y no es sexual, que son juegos de rol. Bueno, vale, aceptamos pulpo como animal de compañía, no hay vínculo sexual entre ellos, pero siguen siendo ama y sumiso (me cuesta a estas alturas del post poner Ama en mayúsculas). Así que ellas no sienten excitación al “dominar” a ningún hombre. Pero bueno, es algo que reconocen, ahí no engañan a nadie. Si ni siquiera les van los hombres, es complicado que sea de otra manera. Y si les gustan los macho-men, lo mismo. No hay vínculo sexual, no hay vínculo emocional, no hay... vínculo de ninguna clase. Me recuerda al vínculo cliente-banco, aunque creo yo que los banqueros sí que sienten un cosquilleo sádico por la espalda cuando nos despluman con comisiones y depósitos-timos-encubiertos.
No me extiendo sobre los soplagaitas, que son igual de condenables (me refiero a su manía de proclamarse sumisos), porque ya tengo el resto del blog con suficientes entradas acerca de esto, pero como resumen, una pincelada: un hombre que desea, repito, desea, ser corneado y desplumado por una desconocida, o amiga, rollete, llámalo X, de la que solo necesita saber el tamaño de las tetas y la altura de los tacones, la utiliza a ella tanto como ella a él. A ella le importa una mierda ese hombre, y a él le importa ella otro tanto, por mucho que la llame diosa, porque solo es esa mujer que le va a cumplir su fantasía. ¿O acaso habéis visto muchos testimonios de estos sumisos acerca de lo mucho que les llena intelectualmente o personalmente su ama...? Un Ama no es más que un trozo de carne enfundado en latex para muchos “sumisos”. Es el mismo machismo de siempre, por muy disfrazado que esté. Y ya se sabe que el peor machismo es el de las mujeres machistas, que siguen al pie de la letra el catálogo de lo que toda mujer-muy-mujer debe hacer. Dios los cría y ellos se juntan, alguna hasta hace A, B y C porque él le recuerda, sin presionar pero presionando, lo que debe ser toda Ama que se precie: borde, egoísta, ninfómana, y un largo etcétera que no voy a enumerar, pero por decir algo más, hasta cómo debe vestirse ella he llegado a ver por ahí.
Total, que no me enrollo más, digo como en otras ocasiones: quien no me entienda, o no me quiera entender, no merece que me gaste los dedos tecleando, y los demás ya me captan a la primera.
PD.- Todos los personajes mencionados en este post, excepto los de la película, existen, y están a la vuelta de la esquina de la blogosfera, despotricando contra los que no les dejan echar en paz toda su mierda al mundo de la Dominación Femenina. Yo desde luego no me voy a callar, porque estoy harta de que los sumisos que buscan información solo encuentren esa basura, porque reivindico que es posible una relación Ama-sumiso entre hombres y mujeres que se respetan y no necesitan fingir ni utilizar al otro para SENTIR (que esa es la clave, coño, SENTIR), porque no hay nada más maravilloso que acoplarte con tu parte complementaria en la Dominación/sumisión mientras os miráis a los ojos y no necesitas nada más que eso. Sentir, sentir, sentir. Ni cuernos, ni billetes, ni látigos, ni adornos, ni disfraces, ni mentiras disfrazadas de verdad. Ni aprovechadas. Ni soplagaitas.



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