MIS LIBROS FEMDOM

25 octubre 2014

Ains, qué pocos sumisos hay y mis blogueras preferidas


El otro día alguien comentaba en facebook (en femdom paradise) que parece que no me viene bien ningún sumiso. Y le respondí que con la fauna que pulula por estos mundos es normal que así sea, y que de lo positivo no doy detalles porque no soy exhibicionista. El post de hoy hace tiempo que lo tengo escrito así que lo saco ahora del cajón en el que lo puse porque es un poco repetitivo como sabéis los habituales, pero para eso estoy aquí, para repetir el mensaje a ver si consigue calar algo de lo que digo. Además hace tiempo que os quiero recomendar unos blogs de Amas en habla inglesa y espero que si no sabéis inglés echéis mano de traductor para pillar aunque sea el sentido general porque no tienen desperdicio.

Me comentaba en este post una lectora (saludos :) ...) que solo le llegan hombres buscando cumplir su fantasía sexual y que dicen ser sumisos. Así que, siguiendo la línea del post hablo hoy de la queja nº 1 de mis “compis” Amas y de la mía: la falta de autenticidad de los hipotéticos sumisos que se nos acercan. Algunos son conscientes de que no son sumisos pero lo esconden de manera traicionera, y otros creen serlo... pero no saben que no lo son.

Un sumiso, por propia definición de la palabra, es alguien que se somete, y de ahí le viene el placer. Pero toda la colección de buscadores de prácticas, experiencias y juegos, no son sumisos, sino que aparentan serlo por un rato, y esos solo encajan con Amas que lo vivan al mismo nivel. Todo perfecto, la mayoría utilizan los términos Ama y sumiso en el marco de un juego de rol, dios los cría y ellos se juntan, como digo muchas veces, el problema es, que el grupo de mujeres que tenemos como única o prioritaria forma de vivir nuestra afectividad/erotismo/sexualidad de esta manera a tiempo completo, lo tenemos francamente complicado para encontrar a la persona complementaria, dejando circunstancias y afinidades aparte. Por supuesto que cuesta encontrarlo, es como una aguja transparente en un pajar, nunca mejor dicho por lo de pajilleros a tutiplén. Para mí, si no hay la conexión que se desprende de esta imagen, ni me sale ni me llena dominar a nadie. O si lo hago me quedo luego con una sensación infinita de vacío.





Más de uno habrá puesto los ojos en blanco al leer el título del post, ya que se supone que ocurre justo lo contrario. Se da por sentado que hay más sumisos que Amas, lo cual es cierto, en cantidad al menos es así, pero, si hacemos una criba entre todos los que se ponen la etiqueta, se llega a la conclusión de que, sumisos-sumisos, hay bastante menos de lo que parece. Sin ir más lejos, todos esos que pueblan los chat diciendo que son perros buscando Ama y saludan con un “Mi Ama” y se despiden con un “A Sus Pies”, de sumisos tienen el nick nada más y usan esas frases como palabras vacías. Y lo peor es que lo saben y les da igual jugar con ilusiones ajenas, o no saben que lo hacen, que para el caso es lo mismo. Incluso los que no hablan desde el calentón, cuando dicen eso de “A sus pies” a tooodas las Amas, quedan peor que mal.

No es tan simple la cosa como soltar “soy sumiso”, se trata de aclarar en qué punto nos situamos cada cual, qué esperamos y, sobre todas las cosas, qué podemos ofrecer a cambio de eso que tanto anhelamos encontrar, ya sea juego esporádico o relación de por vida, que algunos se quejan de no encontrar pero no se han mirado en el espejo, ni por fuera ni por dentro.


Una de mis blogueras preferidas, la que mencioné en El sumiso narcisista y Qué busco en un sumiso, lleva la friolera de 15 años buscando sumiso en la red. Como suele decir alguien que comenta por aquí, por simple estadística siempre acaba apareciendo algún sumiso que merece la pena, son destellos en esta travesía del desierto, porque la alternativa es fingir ser vainilla o formar un convento de Amas sin sumiso. Pero si complicado es toparte con ese hombre, igual o más complicado es que la cosa cuaje, como les ocurre a mis otras dos blogueras preferidas, una británica y otra australiana. Ellas dos también escriben ficción femdom, así que tenemos bastantes cosas en común. En definitiva con las tres siento que me leen muchas veces el pensamiento y todas tienen (tenemos) en común las decepciones con los supuestos sumisos. Está visto que esto de los falsos sumisos es una plaga extendida a nivel mundial.


Cierto post de la primera bloguera que menciono arriba es buenísimo, sobre todo la parte final que coincide con lo que digo siempre, que muchos “sumisos” solo buscan utilizar al Ama. 

“¿Cómo consigues no tener conciencia de usar a otro ser humano? Y lo que es peor, ¿a una mujer? De verdad quiero una respuesta a eso, especialmente por parte de un hombre que proclama que adora a las mujeres”. 

El resumen es que al final el “sumiso” es un hombre tan egoísta como cualquier otro, que busca conseguir algo por medio de una mujer, no porque valore a la mujer en sí. Es el mismo error de base que ocurre en las relaciones convencionales cuando es más importante “tener pareja” para poder decírselo a la sociedad o para tener sexo asegurado o alguien con quien ir al cine los domingos etc, que porque realmente esa persona te llene y sientas el vínculo más allá de utilizar a la otra persona en beneficio propio.

Los hombres que se sienten realizados anteponiendo la voluntad de una mujer y que no sean unos peleles, desesperados, acomplejados, psicópatas etc son una absoluta minoría. Y entre los que pasan nuestra criba acaba saliendo a la luz un egocentrismo disimulado, como el último que lo intentó con la bloguera australiana: un chico, algunos años menor que ella, que vivía en la otra punta del planeta y cuya prioridad eran sus amigos (a los que tal vez pierda la pista en cuanto se empareje cada uno o por motivos laborales), se cuela en su vida porque tiene cualidades del sumiso que busca ella, y tras pasar unas semanas en su casa se ve que la cosa no pasa de los ratos que él se ha llevado de sexo bdsm. Son unos “artistas” estos que rizan el rizo y se venden como los que quieren ser usados en vez de confesar que van ellos a aprovecharse de la mujer. A ese chico supongo que la sangre se le agolpaba en el bajo vientre cada vez que hablaba con ella y no podía ver el pobre que había años, amigotes y miles de km entre ellos. Pobrecito. Por eso mismo dejó aflorar su sumisión con ella, seguro que le dijo que no tenía fuerzas para evitarlo porque ella es maravillosa. ¿O será que pudo más el egoísmo de querer experimentar su sumisión pisoteando ilusiones ajenas...? Porque oye, qué cosas, al final sí que tuvo fuerzas para replegar alas y, “casualmente”, cuando se llevó sus dosis de femdom, ya pudo renunciar a una mujer que, siendo imparciales y por lo que transmite via internet, le da mil vueltas. Ella es “de las mías”, de las que prefieren estar solas antes que con un mal sumiso, y ese chico no valoró ser el elegido entre un millón.

También hay otra bloguera, que es la más reciente entre mis descubrimientos en la blogosfera, a la que le acaba de ocurrir el caso inverso: su sumiso no tenía el problema de la distancia y sin embargo aceptó un trabajo a miles de kilómetros de ella. Ya es “casualidad” esa urgencia por cambiar de curro. Así son las cosas, dios da pestañas a quien no tiene ojos.

A veces el sumiso en cuestión solo es más egoísta de lo que parece o es capaz de reconocer él mismo, o simplemente es alguien que no le echa huevos a la vida. O se siente sobrepasado por esa mujer que supera con creces lo que pudo imaginar en sus sueños. No soy lesbiana, pero no me queda duda de que todas estas mujeres están muy por encima de la media en cuanto a cualidades físicas y mentales.

Sea como sea, hay que ser positivas y quedarse con lo que, en mi opinión, es la lección básica en esto de la búsqueda de sumiso (o en la búsqueda que sea, eh): quedarnos con lo positivo de cada experiencia y no tener absolutamente ninguna expectativa que vaya más allá del día a día. Por resumir, carpe diem. Pero repito, a algunas no nos sirve cualquiera; aquí y ahora, sí, pero solo con esa persona especial. Que merezca la pena, vaya.

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