Mi ritmo en el blog de un tiempo a esta parte, por cuestiones varias, está en un post semanal, a veces dos. Con esa cifra, si decides escribirme pidiendo consejo, puede que tarde en responderte varios meses, si es que tal respuesta se produce, como comentaré ahora.
Entiendo que mi blog se está convirtiendo en algo “monstruoso” en cuanto a extensión, y que no es fácil encontrar algo si no estás familiarizado con el formato o si me lees desde un móvil, pero cuando me llegan consultas repetidas, sinceramente, no me apetece dedicarles un post.
Hoy voy a responderle a alguien públicamente por aquí porque su consulta es un poco más novedosa, pero ya digo, la mayoría de respuestas a dudas frecuentes seguramente están en alguna entrada antigua. Por facilitar la tarea, me he dedicado a recopilar, y en algunos casos a reescribir incluso, todo lo que llevo escrito en la línea de consejos (más de 80), y lo he publicado en a m a z o n junto con los libros que ya tengo ahí, para darle también visibilidad y porque una librería online me parece un lugar adecuado para captar lectores... No es lo mismo escribir poco a poco que montar un libro, así que ha sido una tarea “entretenida” bucear entre los cientos de páginas que componen el blog, y por eso no lo he puesto gratis. Además incluye material inédito en las páginas finales.
Bueno, vamos al tema del mensaje pidiendo consejo:
Descubrí hace un tiempo tu blog buscando información por internet en relación con la dominación femenina.
Llevo con mi pareja más de 20 años y si bien siempre ha habido una relación de dominación femenina implícita, no ha sido hasta hace un par de años que no nos hemos dado cuenta ambos de ello abiertamente.
La constatación del tipo de relación que nos gustaba pienso como te decía que la tuvimos hace unos dos años, estando yo trabajando en el extranjero. En parte por matar el rato y como vía de escape a la soledad de estar fuera de casa, me dediqué a comprar por internet de manera algo compulsiva. No fueron grandes gastos ni supuso un quebranto para la familia, pero es verdad que algún mes se me acumularon unas cuantas compras de libros, música, juegos, cómics, etc. con el consiguiente enfado de mi mujer. Pues bien, resultó que un día sacando dinero con la tarjeta estando en el extranjero para pagar el alquiler de mi piso, el banco pensó erróneamente que me habían robado la tarjeta y me la anuló. Tuve que pedirle a mi mujer que por favor me hiciera un giro para poder pagar el alquiler y así estuve hasta que pude volver a España, pidiéndole por favor que me mandara dinero y viéndome obligado a justificarle las cantidades pedidas.
Cuando volví a España, comentamos los dos la situación y los dos coincidimos en que esa dependencia mía de ella había sido muy excitante y me maravilló especialmente que una situación tan aparentemente alejada del sexo tuviera en el fondo un matiz sexual tan importante y a raíz de ese asunto fuimos algo más conscientes de los momentos de sumisión-dominación que se daban en nuestra pareja y las cosas más irrelevantes como llevarle un vaso de agua a la cama, prepararle un café o llevar el coche a lavar nos ponían a los dos a cien.
Con el éxito de los libros de 50 sombras de Grey y con la popularización del BDSM, que se encontraba presente en todas las conversaciones, me puse a investigar, pregunté a amigos que estaban metidos en el mundillo, me pasé horas en los chats de mazmorras y me recorrí cientos de blogs españoles y extranjeros, entre ellos el tuyo. Me descargué algún libro de Elise Sutton, cuya lectura me resultó a ratos tremendamente excitante y decidí compartir mis hallazgos con mi mujer. Al principio fue todo muy excitante para ambos, aunque pronto me di cuenta de que a ambos nos motivaban temas distintos, pues mi mujer se saltó directamente los pasajes que más me habían excitado de la lectura del libro para detenerse en lo que menos me atrajo en su momento y que en cambio a ella le resultó muy excitante y que era la posibilidad de obligarme a ponerme ropa interior femenina en mis viajes de trabajo.
En ese momento me dejé llevar por prejuicios míos y me dio tal vergüenza esa posibilidad que me negué en redondo y creo que mi mujer me vió tan apurado con eso que no quiso insistir más y lo dejó pasar.
Pocas veces me he arrepentido tanto de una decisión. El caso es que ha pasado casi un año desde eso y echo de menos esa admiración y deseo que sentía por ella, esa sensación de pertenecerle. Me siento culpable por haber estropeado un poquito ese juego en el que nos estábamos iniciando al negarme a ponerme la ropa interior femenina, y sé que lo sencillo y natural sería hablarlo en estos términos con ella, pero estoy muy confuso y creo que en el fondo puede que todo sea miedo a entregarme a ella. Me ha dado miedo el sacar la relación de sumisión fuera de la alcoba, no sé muy bien por qué, pues la admiro como mujer y no me he sentido más conectado con alguien en mi vida a pesar de la disparidad de nuestros caracteres y nada me gustaría más que someterme a ella sin condiciones. Seguimos teniendo una relación de sumisión o dominación según se mire, pero ya no trasciende de nuestro dormitorio como antes, y lo echo muchísimo de menos. Como te decía antes, en ningún momento he sido tan feliz como cuando era abiertamente sumiso con mi mujer más allá del dormitorio. Me sentía un privilegiado por estar al lado de una mujer tan fuerte e inteligente y cada día que pasaba mi admiración por ella iba en aumento y me sentía muy afortunado por tener el privilegio de poder complacerla. Las cosas no han cambiado en ese sentido, al contrario, pero no sé muy bien por qué, echo de menos la sensación de sometimiento y dependencia.
Más allá de preguntarte sobre qué harías en mi situación, que no creo que se pueda hacer mucho más que sincerarme con mi mujer, quería plantearte el miedo que pienso que tengo para que me digas si mi temor tiene fundamento.
El temor que tengo es que sincerarme con mi mujer, pedirle abiertamente y sin condiciones que me domine, sea abrir la caja de pandora del sado maso, y empiece a partir de ahora una cuesta abajo mazmorrera que me lleve inevitablemente a vestir de cuero y a suplicar por que me apliquen descargas eléctricas en los testículos. La sordidez asociada al mundo sado maso me repele y no sé si es posible una relación de dominación en la que no se quiera ir a más cada vez. ¿Cuál es tu experiencia en este sentido?
Siento el momento 'Consultorio de la Señorita Pepis' pero es que estos temas no tengo nadie más con quien tratarlos y realmente ando necesitado de consejos en este sentido. Te agradezco de corazón el simple hecho de que leas la carta, me ha servido al menos para organizar mis pensamientos y te estaría tremendamente agradecido si pudieras encontrar un hueco cuando te sea posible para darme tu opinión al respecto.
Muchísimas gracias en cualquier caso y un cordial saludo.
Antes que nada, como digo en otras ocasiones, enhorabuena por centrarte en tu pareja como posible Ama. Para mí es obvio y lógico, y la opción de buscar a otra mujer a espaldas de la pareja oficial me parece igual de lamentable que el engaño en el que viven todos esos de las dobles vidas.
Hacer tareas cotidianas por supuesto que es algo igual de excitante en el contexto femdom. De hecho, respecto a tu temor a la "mazmorrización", lo más importante es no dejar de ser vosotros mismos, de incorporar al día a día todo eso que os llena como pareja. El sumiso que tengo ahora me pide permiso para muchas cosas y luego me da las gracias. Es una forma de recordar a lo largo del día nuestro vínculo y de reforzarlo. Salió de él sin que se lo exigiera, por cierto, y yo no lo utilizo para fastidiarlo sin comer o sin dormir.
Me alegro de que un libro tan penoso como las 50 sombras sirva para sacar del armario sentimientos dormidos de D/s. Sobre Elise Sutton, yo recomiendo que no se tome como la biblia en verso, porque eso sí que puede llevar al mazmorrismo puro y duro y a forzar a tu mujer a tomar un camino demasiado rígido.
Me parece interesante ese momento en el que se ponen las cartas sobre la mesa y salen a la luz las fantasías de cada uno. Es curioso que a ella le atraiga lo de ponerte bragas, viniendo del mundo vainilla (tengo el caso inverso, entre los consejos inéditos del libro que comento en este post). A mí es lo que menos me atrae, pero para gustos ya se sabe.
¿Qué ocurre cuando las fantasías no coinciden? Buena pregunta... Yo opino que en femdom, como a nivel personal, debe existir una compatibilidad para que aquello funcione. Una sádica y un masoca son compatibles, por ejemplo. Si uno de los dos entra en el juego por complacer al otro... eso va estar en un equilibrio precario que podrá mantenerse con pactos o compensando por otro lado. Hay que sopesar y hacer balance. Si lo de las bragas no te atrae pero tampoco es que te suponga un sacrificio infinito comparado con lo que puedes perder de forma global, hazlo, por contentarla. Pero si la relación se basa SOLO en ponerte bragas... eso no tiene mucha pinta de funcionar.
Cada pareja es un mundo y hay muchos niveles posibles de D/s. Sin llegar al "top service", tu mujer podría adaptarse un poco más a tus gustos, que para eso se supone que tenéis confianza después de 20 años. No se trata de imponerle nada, simplemente de que pruebe a ver si le gusta.
"En ningún momento he sido tan feliz como cuando era abiertamente sumiso con mi mujer más allá del dormitorio. Me sentía un privilegiado por estar al lado de una mujer tan fuerte e inteligente y cada día que pasaba mi admiración por ella iba en aumento y me sentía muy afortunado por tener el privilegio de poder complacerla." Qué bonito :))) Esa es la esencia de la Dominación Femenina sana y bien entendida, la que surge de la admiración en contraposición a la que procede de la coacción, por muy excitante que resulte en la fantasía onanista. ¿De qué tienes miedo...? Si tu mujer te quiere y es inteligente, ¿crees que querrá ponerte cadenas y obligarte a vivir en una jaula? Dile eso que he entrecomillado y a ver cómo reacciona. Si alguien saca sus peores instintos al escuchar algo así, entonces no merece llamarse Ama.
Me preguntas por mi experiencia acerca de querer ir más allá en el sado. Pues mira, no lo necesito, para mí el bdsm no es la base del femdom, simplemente hay puntos en común, sobre todo la disciplina, pero no hace falta ponerse pinzas en los pezones para obedecer.
Y hasta aquí mi respuesta. El final del mensaje es un buen ejemplo para los que llegan pidiendo consejo urgente. Respondo cuando puedo y me apetece, que lo de psicóloga gratis es más propio de sumisa que de Ama :P
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