Hay hombres que, sencillamente, desean que les den caña. Y nada más. Este tipo de no-sumiso obtiene su placer del castigo corporal, por lo que en el caso de que por una confusión bastante frecuente un Ama decida acogerlo y convertirlo en algo más que un saco de boxeo se encontrará con un situación bastante paradójica. Por un lado, se sorprenderá de la capacidad de su sumiso para aguantar todo lo que se le ocurra al Ama en cuanto a sufrimiento físico e incluso mental (humillación verbal). Pero, cuando se trate de complacer al Ama verá una transformación impropia de alguien que se autoproclama esclavo, simplemente porque esas otras cosas no le satisfacen a él.
Hago el inciso, por si no ha quedado claro hasta ahora, que no se trata de conseguir al sumiso perfecto, porque eso no existe, ya que ante todo es un hombre y los hombres (o personas) no tienen el don de la perfección. Se trata de describir comportamientos aislados y concretos que no dan por sí mismos el resultado de un sumiso. Si se trata de desarrollar un rol determinado como puede ser sumiso sexual, sumiso masoca, etc, dentro de un juego consensuado, repito que no está ni mal ni bien. Pero creo que la mayoría de las Amas que buscan algo más completo no se conformarán con ninguno de estos casos aislados y desconectados entre sí.
Hecho el inciso, tengo que remarcar lo decepcionante que resulta comprobar que ese hombre que, en apariencia, puede con todo, se enfría cuando se trata de complacer en otras cuestiones distintas al castigo corporal. Es capaz hasta de quejarse por nimiedades. Es muy desconcertante contemplar dicha transformación. Ocurre igual que con el sumiso solo sexual, que una vez pasada la excitación del momento pondrá pega incluso a traerte un vaso a la cama (o cualquier otra chorrada que se te ocurra).
Otro inconveniente con este tipo de sumiso es que el castigo físico no funciona con ellos, pues es un placer como ya se ha dicho. La única manera de que funcionase sería darle una paliza brutal, y esto, al menos en mi caso, no entra en el contexto de una relación sana.
No hablaré de cómo detectar las intenciones de estos sumisos porque resulta demasiado evidente, pero en mi experiencia diré que suelen enviar desde el primer momento señales nada sutiles. Si se les pide que enseñen alguna foto suya, lo último que se les ocurrirá será enseñar un primer plano de su cara. En vez de eso mostrarán su culo enrojecido por azotes o sus testículos/pezones llenos de pinzas (alguno hasta podría pugnar por el Guinness en el número de pinzas jeje) o alguna pose con máscara y brazos y piernas atados en cruz, etc. Algunos directamente hablan de su mayor deseo: ser torturados sin piedad. Yo los mandaría a Guantánamo para que se les pasase la tontería...
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