MIS LIBROS FEMDOM

17 noviembre 2011

El sumiso resignado

En este grupo de no-sumisos se engloban varios tipos pero todos con la característica común de llegar a la sumisión por elección y como último recurso. Algunos son dignos de compasión y otros son unos caraduras con peligro (de embaucar al Ama haciéndose pasar por lo que no son y arrojarle a la cara su frustración y resentimiento).

El último recurso al que hago referencia es el de pillar cacho como sea. Hombres que físicamente están muy por debajo de la media, con poca personalidad, con ningún rasgo que los haga interesantes; todo esto junto o por separado, da como resultado una persona que no ligará ni pagando (bueno, pagando hará algo parecido pero no igual). Recuerdo el caso de aquel chico que, de repente, había descubierto que era sumiso... ¿O no tan de repente?... El caso es que seguía virgen, -sin que formase esto parte de un objetivo por pertenecer a algún grupo ultra-católico-, y su aspecto físico era... complicado de observar, por ser benévola. Así que él, dando con la fórmula de la coca-cola, se presenta como sumiso ante mí, soltando cuatro frases bien aprendidas, pero fallando estrepitosamente cuando me tiene frente a él en persona (y no era solo fruto de los nervios, que conozco la diferencia), hasta que suelta la frase-guinda:

-Como sabe Usted, no he tenido nunca novia, y digo yo, que tampoco habrá mucha diferencia entre tener novia y tener Ama, ¿verdad?

Bah, se parecen como un huevo a una castaña para mí, pero tal vez no dio con el Ama adecuada... Después descubrí que meses antes había dejado mensajes por doquier en el ciberespacio buscando sumisa, en fin, que ya no sabía el pobre por donde meter cabeza con el género femenino.

Otro caso claro es el de los hombres que se sienten poco hombres, con penes de 5 centímetros máximo que condicionan toda su vida sexual y general con las mujeres. Algunos dicen disfrutar con la humillación de que el Ama se ría de ellos, o siendo cornudos, etc. Los habrá. Yo solo he conocido a algunos con muy mala leche, que maldita la gracia les hacía que se rían de su cosita, y que tras pasar por las manos de un Ama que los hunde en la miseria acaban desarrollando una misoginia a prueba de bombas, odiando a todas las mujeres en general y a las Amas en particular.

Podría incluirse aquí también a los “espabilaos” que aprovechan para intentar ligar con una mujer que sería inaccesible si no se presentan ante ella como sumisos, pero estos son ya tan falsos que entran en cualquiera de las otras categorías.

Todos, en definitiva, tienen algo en común, que comparten con otras clases de no-sumisos. Se trata de que ELIGEN la sumisión, no la sienten, no es que por mucho que intenten hacer lo que manda la norma decidan ser fieles a su naturaleza. No. Estos deciden, por los motivos que comento y alguno más, que les puede ir bien siendo sumisos, pueden encajar ahí ya que no encajan en ningún sitio. Y el empujón último que necesitan es pensar que ellos, que no son ningún cañón, van a “estar” con una tía espectacular que ni siquiera otros macizorros serían capaces de conseguir. Saben que tienen que soportar ciertas cosas que no les agrada, pero ey, es el peaje, quien algo quiere algo le cuesta, ¿verdad?....

Esto enlaza con mi opinión acerca de la supuesta menos hombría de los sumisos, pero eso queda para otra entrada. Solo apunto al respecto que por eso insisto tanto en que el sumiso me tiene que interesar como persona, que no me vale un medio hombre apocado, acomplejado o desesperado por comerse una rosca, que piense que por aguantar mis “rarezas” se merece tenerme. Decía el viciosillo Valmont acerca de madame de Tourvel: quiero que siga así de cándida, fiel a sus principios cristianos y aun así, no pueda resistirse (a revolcarse con él como dos cochinillos en celo, aclaro). Pues algo parecido quiero yo. Un hombre completo, persona en todo el término de la palabra, que aun así no pueda resistirse a dejar que se manifieste su naturaleza sumisa y lo disfrutemos juntos retozando o como mejor se me ocurra a mí...

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