MIS LIBROS FEMDOM

22 octubre 2012

Dominación Femenina y psicología


No me refiero a que hay que tener psicología para llevar una relación de estas, aunque eso sea cierto, sino a cómo se ve el tema por parte de ciertos psicólogos. Yo ya me topé con uno que opinaba que esta parafilia hay que curarla de raíz (por cierto que la situación sumisa-Amo no le parecía tan antinatural...), y ahora en esta revista con fecha del sábado pasado aparece una psicóloga diciendo lo que vais a ver a continuación, en respuesta a la consulta de un hombre que se considera sumiso.








El tono general de la respuesta es “sarna con gusto no pica” y “siempre hay un roto para un descosido”, pero voy a destacar algunos aspectos, tanto de la consulta como de la respuesta. Nuestro sumiso ha tenido la loable valentía de exponer sus palabras en una revista generalista, aunque él mismo lo enfoca como una carencia, se ve como un niño perdido buscando a su mamá, algo a lo que se agarra la experta en psicología (ejem) para dejar caer que es una relación desequilibrada. Que algunos sumisos buscan una Ama-madre no tiene ninguna duda, yo también lo creo, como dije aquí. Pero que no TODO es eso, por favorrrr.


Alguien me vino con ese planteamiento. Me dijo que estaba super perdido en la vida, que no sabía por dónde tirar, y buscaba alguien que lo guiase. A mí no me sirve esa clase de “sumiso”. ¡¿Cómo se puede entregar a mí alguien que no sabe ni lo que tiene para darme?! Pero sigamos con el diagnóstico de la señora psicóloga:


Ahora resulta que, no solamente se da por sentado, desde fuera e incluso desde dentro del mundo de la Dominación Femenina  que los sumisos son menos hombres, sino que llega nuestra amiga experta e insinúa que nosotras somos menos mujeres por querer dominar, si no he entendido mal eso de no disfrutar de nuestras faldas... Uhm, ¿qué demonios se supone que significa eso? ¿Cuál es nuestro papel como mujeres portadoras de faldas?... Mejor no digo nada, que me altero, pero seguro que algo de una familia como dios manda, una buena chica y tal y etc estaba rondando por su cabeza de terapeuta.


Por otra parte, reconoce que le parece positivo que un sumiso reivindique su derecho a tener una opción concreta, pero lo que dice después nos deja como carne de psiquiátrico tanto a unos como a otras. “Lo ideal”, dice, como si no fuera su opinión personal, es que nadie mande. Es cierto que la igualdad es una bonita idea, pero no es ni mejor ni peor, no tiene por qué estar por encima de otros planteamientos de pareja, y como ella misma dice, la alternancia de poder es lo que ocurre en el fondo en esos 50-50, o incluso que un@ se somete al otr@, o con una palabra más suave, se amolda, o cede, y creo que todos conocemos casos de que esto es así, de manera más o menos evidente de puertas hacia afuera y quien sabe lo que ocurre en la intimidad de tantas relaciones supuestamente igualitarias.


Hay una perla que me parece especialmente ofensiva. “El amor nada tiene que ver con la Dominación Femenina  sino con la valentía de las mujeres al expresar lo que sienten”. ¡¿Ein?! ¿Le parece poca valentía a esta señora ir contra corriente al poner sobre la mesa nuestros deseos y no hacerlo incompatible con amar a ese sumiso que se nos entrega? ¿Lo habrá probado? ¿Sabe de lo que habla? ¿Tiene la más remota idea de lo que yo siento o de lo que siente un sumiso de verdad?






Pero la cosa no queda ahí, habla del sometimiento, y dice que está motivado por el miedo al abandono. Mire usted, señora psicóloga, yo no sé de dónde le viene el deseo de sumisión a cada sumiso, pero si decide entregarse en cuerpo y alma a una mujer explíqueme usted dónde cabe ese temor a ser abandonado, porque ellos se entregan sin la garantía de ser aceptados hasta el final de los tiempos. A mí en concreto un (verdadero) sumiso me parece un hombre especialmente fuerte de pensamiento y claro de ideas, y no un niñito perdido pusilánime y pasivo, que decide liberarse de sus obligaciones entregándoselas a su Ama (que también los hay así, evidentemente). Vuelve a hacer la comparación con el mundo madre-bebé y dice que es más frecuente que la mujer mantenga esa dependencia (claro, si es que lo de sumisa no desentona tanto dentro de lo convencional...).




En fin, yo entiendo que como psicóloga tiene que buscar la manera de ponerle etiqueta de síndrome a todo lo que no encaje con lo establecido como normal, pero quedémonos con lo positivo: tal vez alguna lectora o lector empiece a indagar en eso de la Dominación Femenina y llegue al meollo del asunto y entienda por qué ninguna de sus relaciones “normales” ha conseguido llenarle hasta ahora. 


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