Algunos sumisos baten el récord a la brevedad cuando están a la búsqueda: “quiero un Ama que me domine”. Punto. Después de recuperarte de la avalancha de información acerca de las grandes dotes del sumiso, te queda claro un dato crucial. Este es de los que quieren obtener el máximo dando el mínimo. Y encima, lo plantea mal. Él no quiere someterse, no, él quiere que lo dominen, que no es exactamente lo mismo.
Sumiso significa sometido. Bien, pues algo tan básico no lo tienen claro algunos.
Veamos un ejemplo de supuesta dominación. Yo pillo un látigo, secuestro a un hombre vainilla y lo encierro en una habitación. A base de coacciones, abusos y violencia consigo que haga lo que yo digo. ¿Lo he dominado? Sí. ¿Se ha sometido? No.
La clave es la voluntad del sumiso. Él se entrega de manera voluntaria. Puede ser una fantasía muy excitante lo de ser secuestrado y forzado, pero no deja de ser eso, una fantasía o un juego. Un “forcejeo” en el dormitorio me parece de lo más interesante, siempre que el sumiso no se resista en serio, claro, pero de ahí a forzar la voluntad de alguien, va un mundo.
Es una fantasía relativamente común, esa de sentirse obligado, forzado por una cruel Ama a hacer tal cosa o convertirse en aquella otra, pero de obligación tiene poco, porque eso es lo que desean en el fondo. Ya sea feminización, castidad, sodomización, pérdida de libertad, humillación, etc, todo eso, si lleva el adjetivo “forzada” detrás, saliendo de su imaginación, de forzado no tiene nada, sino algo que piden a gritos.
El reto real sería convertir en sumiso a alguien que no lo es, y francamente, eso es una pérdida de tiempo y una tremenda estupidez. ¿Para qué quiero yo convertir en sumiso a alguien que no lo es? No se puede conseguir con una pastilla mágica ni con un internamiento estilo OWK. Yo quiero que se me entreguen, no tener que ir detrás con un látigo.
Así que, por una parte, están los que quieren que les obligues a algo que están deseando hacer, y por otra, los que no están dispuestos de ninguna manera a hacer nada de lo que les digas, pero se lo pasan bomba haciéndose pasar por sumisos y diciendo aquello de “Señora, soy incorregible, pero seguro que una Ama como Usted me pondrá en mi lugar”. Lo de plantear la D/s como un tour de force me parece agotador.
Otros no lo plantean abiertamente. Pueden incluso parecer encantadoramente respetuosos de entrada, pero a medida que los tanteas, te das cuenta de que tienen rasgos incompatibles con la sumisión. No “permiten” que les corrijas, cuando además les dices cosas muy razonables. En el fondo reconocen que tienes razón, aunque no te lo digan, lo que les molesta es que les enmiendes la plana. Son hombres que tienen muy arraigado todavía el concepto de “mantener su sitio”, y por mucha Ama que tengan delante, no van a dejar que nadie les coma su terreno. El ego hace estragos en un aspirante a sumiso.
En resumen, no me planteo la dominación como un reto ni como un pulso permanente, ni veo esa supuesta satisfacción de la que hablan estos sumisos-reto para ver si picas y te dedicas al enorme trabajo de meterlos en cintura. Quiero un sumiso que se rinda, no uno derrotado tras una ardua guerra. Ay, cuánto daño puede hacer la sobredosis de porno unido a no mirar más allá del propio ombligo sumisil.

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu comentario aparecerá publicado si supera la supervisión de contenido permitido