Esta escena está sacada de contexto adrede, pero sirve muy bien para lo que quiero decir. Lo que ocurre cuando ese es el sumiso adecuado son estas dos cosas:
-él se somete a la mujer que eres, no a la que él espera que seas, no a esa imagen que se forman tantos y tantos acerca de una Ama de manual y vídeo porno.
-él solo quiere hacerte feliz. Nada más. Y nada menos. Y encima lo consigue...
Y como dice él, eso es todo. Además tiene la humildad de decir que él no hizo nada. Qué distinto de todos los falsos sumisos, ¿verdad, compis-Amas? En las antípodas, en las mismísimas antípodas...
Por cierto, qué decepción se llevarán muchos cuando pinchan en la etiqueta “con vídeo” y no encuentran a ninguna con el látigo en la mano. Me encanta romperles los esquemas a los sumisos de calentón, qué le voy a hacer.
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