Voy a hacer una excepción en cuanto a la confidencialidad de los que me escriben (consultas aparte) para responder por aquí a dos mensajes. Uno de ellos tiene el título del post y su breve contenido es el siguiente:
¿Es posible encontrar esa relación en que todo encaja como un guante hecho a medida?
Me parece que, más que una consulta, es una reflexión en voz alta, o una pregunta retórica en la que solo cabe la respuesta negativa. Tal vez me equivoque, pero no puedo evitar leerla en tono de incredulidad o desesperación. (Por cierto, estimado remitente, no busques tu comentario en esa entrada antigua, no publico mensajes de búsqueda de Ama o sumiso, ya hay sitios de contactos por ahí, no creo que nadie vaya a venir a buscarte aquí por dejar la frase “busco Ama”).
Entonces, ¿qué opino de esa pregunta? Pues la respuesta es clara. NO. Esa relación en la que todo encaja a la perfección no creo que haya existido desde que el mundo es mundo ni existirá en lo que le quede a la humanidad. Somos seres humanos llenos de aristas, no amebas sin forma que se ajustan a lo que les echen. Si buscamos a alguien así nos puede pasar como a estas amigas:
Mujeres esperando al hombre perfecto
¿Qué hacemos entonces buscando Ama o sumiso? ¿Buscar un unicornio azul? Pues no, hacemos lo mismo que cuando buscamos coche, casa o un jersey. Eliges entre la oferta existente (crear un sumiso-robot a medida no es posible y perdería la gracia), sopesas pros y contras, miras si encajáis mutuamente, y a partir de ahí te habitúas hasta que te sientes cómod@. Y si no te acabas de encontrar cómod@ es porque te estás conformando, que es distinto, así que pasas a tunear el coche, hacer reforma en la casa o le ajustas las costuras al jersey. Si no es posible cambiar nada, vuelves a buscar.
Vale, menuda chorrada obvia acabo de soltar. Pero es que no me canso de decir que siempre falla lo más básico y evidente en estas relaciones, que es ni más ni menos que olvidar que se trata de personas. Por eso a mí no me sirve un sumiso a secas si no me atrae como hombre/persona y por eso muchos jamás encuentran Ama porque no son capaces de ver más allá de esa etiqueta. Si buscan a una como la de la foto, se decepcionan si el látigo que usa ella es otro que está instalado en su cerebro.
Y esto me lleva al mensaje número dos. No lo voy a reproducir porque mensajes así se repiten mucho y esto me va a servir para que se den por respondidos todos los que van en esa línea. Son textos educados y breves, lo cual es de agradecer, pero dejan la impresión de ser unos copia-pega que mandan a toda Ama que se cruce en su camino, porque aunque digan que han leído el blog no lo demuestran, ya que en un par de frases sueltan algo que no encaja con mi visión del tema (¿dónde he dicho que sea una experta en bdsm?... ni me interesa serlo, oye), o les falta decir en concreto por qué YO soy el objetivo de su interés.
Así que si me preguntas si busco un sumiso como tú, espera que saco la bola de cristal si esa es la única descripción que me das acerca de tu sumisión, porque hasta donde yo sé solo eres un sumiso en busca de Ama, y eso es como salir a la calle e ir preguntando a todas las mujeres que te encuentres “oye, ¿buscas un hombre? Porque resulta que yo busco a una mujer”. Si encima buscas Ama para relación estable es como si te tomas un café con una chica y le hablas de matrimonio ese día. Tendría hasta gracia si no fuera tan triste.
Creo que todo ese grupo de sumisos en busca de Ama se quedan a nivel de sesiones, aunque sean de manera estable y continuada. De otra forma no se entiende esa maniobra de aproximación, que además suele caer en la chirriante democracia de no soltar un solo dato hasta que no le des hasta tus antecedentes penales, en plan “háblame de ti que luego prometo hablarte de mí”. Wow, tanta generosidad me abruma.
Ah, y otro detalle que no falta, ya que estoy al final del post, es la manera de cerrar los mensajes: “Besos”. Qué manía esa moda de algunos de pillar confianzas para unas cosas pero no para soltar prenda de su vida, y en lanzar besos y carantoñas cibernéticas. Seré muy rarita, pero yo solo envío y doy besos cuando los siento y a alguien que conozco más allá del teclado, que al final tanto cariño artificial solo consigue devaluar el que es verdadero.
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