MIS LIBROS FEMDOM

01 septiembre 2013

El ritmo de la sumisión

La vida, por lo general, es muy estresante para todos. Tenemos que hacer malabarismos para llegar a todo, pero eso que repetimos tanto de “no tener tiempo” en realidad significa “esto no es prioritario para dedicarle mi tiempo”. Si desde el principio tu sumiso o candidato te pone la excusa del tiempo o te dice flagrantemente que prefiere hacer otras cosas antes que conocerte, alégrate, porque te evita perder el tiempo en darle una oportunidad.


Pero pasemos a la fase siguiente. Ya parece que encajáis y aquello progresa. Ajustarse mutuamente en eso del ritmo de la relación lleva tiempo, pero ojo, una cosa es que tenga que amoldarse a una situación novedosa como es tener Ama, tal vez por primera vez en su vida, y otra que lo haga a su manera. Ya dije que algunos no te dan prioridad ni en su tiempo de ocio, así que una manera de poner a prueba su interés es aprovechar esas ocasiones en las que él planifica su diversión y te propone algo así como jugar al parchís ahora porque luego se va con sus amigotes. Aunque te apetezca, dile que si quiere jugar, tendrá que ser cuando tú decidas. A veces nos tenemos que conformar con las migajas que nos da un sumiso que se entrega a medias a falta de algo mejor, porque una no es de piedra y para hacer tiempo mientras aparece EL, así con mayúsculas, y eso tampoco está mal, siempre que no pierdas el norte y confundas una partida con el gran campeonato de tu vida.


Algunos están casados por la iglesia o el juzgado y otros también lo están... con su trabajo, con su entorno, incluso con ellos mismos. Y solo se puede pertenecer a una Ama si eres libre, de ataduras externas e internas.


Pero imaginemos que nuestro sumiso está realmente el pobre desbordado por las circunstancias, algo relativamente fácil dada esa incapacidad masculina de hacer más de una tarea simultánea. ¿Dónde queda la relación D/s en esos momentos? ¿Es posible seguir sintiendo que te pertenece? Veamos.


Querer es poder, se suele decir, y la voluntad en esto es el 90%. Una vez que el sumiso siente/desea someterse y el Ama siente/desea someterlo, ya está medio camino andado. El problema es cuando ese punto de partida falla, cuando ves que él se “desinfla” de esos deseos casi infinitos que muestran algunos al principio acerca de entregarte su alma, corazón y vida. Si antes se iba con cargo de conciencia a dormir porque le esperaba una jornada laboral intensa, luego le basta un simple “me voy a dormir, adiós”, y notas que se te escurre entre los dedos, cuando además tú no has cambiado en ese tiempo.


Supongamos que eso no ocurre, y los deseos de someterse y dominar están intactos. Lo siguiente es buscar la manera de que NADA interfiera en ese lazo que os une y que todas esas interferencias se compatibilicen y no sean en el fondo una excusa para marcar distancia y hacer las cosas a su ritmo, que es lo que puede ocurrir por motivos diversos: miedo a afianzar algo que les viene grande, no tener que renunciar a nada para tener Ama, darse cuenta de que no sois tan compatibles como parecía pero no querer perder ese “menos es nada”, etc.


Maneras de mantener la llama viva y la conexión a prueba de bombas hay muchas, ya cada cual tiene que buscar la que le funciona mejor. Un minuto lo tiene cualquiera a no ser que esté en mitad de una operación a corazón abierto, ya sea como paciente o de cirujano, y si le das libertad a tu sumiso para que vaya a evadirse con sus amigos (no a evadirse de ti, eso sería motivo de ruptura inmediata), debe tener claro que:
-va porque le das permiso tú
-se trata de una “libertad controlada”, con margenes de tiempo marcados por ti
-salir no significa desaparecer, debe estar siempre localizable, y pedirle que aporte pruebas, lejos de ser un control por desconfianza (si hay desconfianza, apaga y vámonos) sirve por el contrario para alimentar el morbo de sentir la D/s las 24 horas aunque no haya presencia física
-no eres su vicio secreto inconfesable, de manera que si oculta tu existencia ante sus amigos ve haciéndote a la idea de que está “casado” con ellos. Lo ideal es que pueda hablarlo tranquilamente, pero ya que no estamos en ese futuro utópico de normalización social, al menos debería referirse a ti como “alguien muy especial e importante en mi vida” o en vez de “muy”, “la más”.


Las nuevas tecnologías abren un mundo de posibilidades a la hora de controlar y hacer sentir tu dominio las 24 horas, pero claro, si es de los que se declaran insumisos tecnológicos, plantéate que tal vez sea insumiso contigo a secas.


En definitiva, en esto del ritmo, todo lo que no avanza, retrocede, o se estanca y se pudre como el agua estancada. Lo mejor en estos casos es fluir y dejar que fluya el sumiso, a ver si el agua le lleva a tu puerto o se lo lleva la corriente bien lejos.

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