Uno de los conceptos que más arraigado está en la sociedad patriarcal es el de la bondad/maldad de la mujer. Sobre el hombre no existen los equivalentes en la división que se hace para el segmento femenino. Una mujer solo puede ser una puta, una monja o una madre. Están las chicas malas, es decir, las sexualmente no reprimidas; las buenas, que no tienen sexo o lo tienen según lo que mandan los cánones y normalmente como objeto para el desahogo sexual del macho; y la madre, que tiene sexo con finalidad reproductiva, y a la que el hombre ve como una continuación del vínculo con su sagrada y asexuada mamá.
Lo anterior no es una teoría mía, es algo que podéis encontrar repetido en muchos tratados de sociología y psicología a poco que busquéis. Por ese motivo todavía existe un gran número de hombres que, incapaces de unificar en la misma persona a la mujer buena y a la mala, viven dobles vidas: con la chica respetable de cara a la sociedad y por detrás de ella buscando a la que satisface sus instintos más primitivos, ya sea una amante, una prostituta, una sumisa que conoció en un chat o una Ama para esos ratos sueltos que le colman el gusanillo de la sumisión.
Rizando el rizo, algunos pueden estar con una Ama a tiempo completo y luego buscar a otra que le haga las prácticas que la primera no le apetece hacerle. Recuerdo a un sumiso novato que me decía que yo era la mega Ama de la galaxia y luego descubrí que buscaba a la vez a una de esas que devoran al sumiso y escupen sus huesos cuando terminan con él. Es decir, por lo visto yo no daba el tipo como tía hiper dura que machaca al sumiso y lo hace sentir como una mierdecilla salida del ano de una hormiga. Lo superé rápido, no sufráis por mí XD
Esta es una de las múltiples contradicciones del sumiso. Buscan una Ama que les haga experimentar sensaciones prohibidas pero a la vez su cabeza les dice que no es un camino aconsejable y quieren una diablesa que no olvide que tienen un corazoncito sensible de tierno cordero. Yo desde luego no me identifico ni con la mala ni con la monja ni con la madre, de manera separada, y a la vez me identifico con una mezcla de las tres. Vamos, que soy como me chota en cada momento, y el que pretenda que yo sea de manera concreta según su calendario de entrepierna, lo lleva claro.
Así que ni buena ni mala sino todo lo contrario, y si no te gusta, te vas a la página de anuncios clasificados. Siempre hay un roto para un descosido, aunque el descosido que llevan algunos dentro es de aúpa, y hasta que no lo remienden poco van a encontrar ahí afuera.
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