MIS LIBROS FEMDOM

21 marzo 2017

El sumiso a ratos


Enésimo mensaje que me llega del mismo estilo:

Hola, soy novato en esto y me gustaría probarlo por primera vez, me gustaría ser sumiso dentro de lo que se acordara, pero no se ni donde acudir y como hacerlo, gracias.

No se puede ser sumiso sin serlo. Paga a una dominatrix o vete con una ama a ratos, según la ley del roto para el descosido. Fin del consejo. Sigo con el post.


A este tipo de personajes ya los he nombrado a lo largo de todo el blog, pero no de manera específica en una entrada. Son tipos a los que la sumisión les va y les viene, supongo que a golpe de sus desvaríos hormonales. Y entonces pretenden que el Ama en cuestión atienda sus necesidades sumisiles cuando y cómo a ellos se les antoje y cuando les venga mejor. O sea, el mundo al revés, como resulta evidente. Aquí entran los que van con amas profesionales y encima se quejan de que la otra no lo hace bien y se sienten timados... Jajaja, jejeje, jojojo... ¿Pero qué se creen, que esto es como pulsar un botón y, hala, que empiece la magia? No, esto ni se compra ni se vende, esto va de sentimientos, es decir, de sentirse Ama o sumiso, de SERLO en tu identidad sexual, y si lo que quieres es jugar, no puedes pedirle peras al olmo; si no eres batman, no te convertirás en él por ponerte una capa y unas mallas ajustadas. Las emociones a flor de piel no surgen en horario pactado ni a golpe de cheque. 

Me hacen mucha gracia todos estos y me encanta comprobar que existe la justicia cósmica a veces. Que un sumiso a ratos, que no es capaz de mantener una relación real con una mujer dominante de verdad porque su sumisión es más falsa que un euro de chocolate, se frustre porque una tipa no le haga cositas a su ritmo, me produce un regocijo enorme, porque obtiene justamente lo que merece: NADA, o una mierda bien grande, según se mire. Precisamente lo bueno que tienen los sumisos a ratos es que no esconden sus intenciones, o si lo hacen se les pilla antes que a una tortuga en una carrera de galgos, y por supuesto nunca consiguen lo que pretenden, y van como almas en pena quejándose de lo injusta que es la vida, pero como digo, en casos así la justicia funciona a la perfección, por suerte para nosotras las Amas vocacionales. Para las otras... hay mucho donde escoger, pero tampoco pueden esperar encontrar a un sumiso vocacional. Se siente. O no jajaja.

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