Si solo existieran los sumisos verdaderos, este blog tendría un par de líneas y poco más, que serían algo así:
Un sumiso verdadero se entrega a su Ama, renunciando al placer inmediato del disfrute egoísta para alcanzar una satisfacción mayor al servirla y complacerla.
Sin embargo, los falsos sumisos son legión y por eso quiero darles las gracias por existir. Sí, habéis leído bien, las gracias. Aunque, ¿acaso no estaríamos mejor sin toda la panda de caraduras, trastornados, egocéntricos, adictos al porno, etc etc etc? Pues la verdad es que sí, se estaría mejor, sobre todo porque no dejan de molestar donde no deben hacerlo, pero por lo demás, que cada uno viva su vida como quiera, a ser posible sin porsaquear al prójimo.
Andaba reflexionando yo el otro día sobre eso, y me di cuenta de que hasta merecen un agradecimiento. Y aquí va.
Odiados y repudiados falsos sumisos, gracias, porque...
...me estáis sirviendo para llenar medio blog con vuestras gilipolleces
...a vuestro lado cualquier buen sumiso multiplica su valía por diez
...aumentáis el número de visitas y, sin quererlo, me dais más difusión
…reír prolonga la vida, y las carcajadas que me echo con vosotros son una buena dosis de salud
...me hacéis más fuerte a base de curarme de espanto
...me ayudáis a tener cada vez más claro lo que no quiero en mi vida
...no sois más tontos porque no entrenáis, así que se os ve venir como un chaleco reflectante en noche cerrada
Y ahora, venga, a seguir proliferando como la plaga que sois, pero cada vez somos más listas y estamos mejor informadas y prevenidas contra bichos como vosotros, así que, con todo mi cariño, os digo:
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