Se suele decir que los hombres son muy simples. Ellos mismos lo reconocen, en su gran mayoría, referido esto a su forma de tomarse la vida. Dicen que no se complican ni le dan vueltas a las cosas. Yo por supuesto pienso que son simples (en su comportamiento, en otras cosas cada cual es cada cual), que se les ve venir de lejos y en cuanto escarbas un poco desenmascaras al más pintado. Pero toda regla tiene su excepción... ocurre un fenómeno curioso en cuanto a las mentiras, ahí pueden (y suelen) ser jodidamente retorcidos. Todo está relacionado con la perspectiva que tienen sobre su capacidad de errar. Acerca de sus errores: 1) nunca los reconocen, 2) no entienden que tú se los tengas en cuenta, 3) por tanto nunca jamás se disculparán por algo que creen no haber hecho y que en su opinión carece de toda importancia.
Y esa es la base general de todas sus mentiras, desde las más insignificantes a las más brutales. Un ejemplo sencillo: le pido a un sumiso que me enseñe su foto. Me la pone. Solo que es de cintura para abajo y desnudo. Como mis planes son mirarle más a los ojos que a la entrepierna, le pido otra. Me la pone. Solo que parece sospechosamente la de un modelo sacada de internet. Le digo lo que pienso. Me jura y promete por su sumisión (lo que a esas alturas equivale a jurar por la virginidad de Mesalina) que es él. Le digo que me ponga la cam, solo un segundo, por ser más generosa y justa de lo que el tipo merece. La pone. Le digo, “ves, NO eres el de la foto”. Respuesta: “Pero fíjese bien, Señora, los rasgos son los mismos”... Sí, tenía razón, el blanco de los ojos y el tercer pelo de la perilla contando por la izquierda eran idénnnnticos.
Un tío que te miente de una manera tan flagrante sin inmutarse no promete más que una montaña de mentiras a cada cual más gorda que la anterior. Y no sé qué es peor, que mienta o que me tome por gilipollas. De ejemplos más graves tengo un buen puñado, pero no es plan de darle protagonismo a ningún cabrón que lo mismo llega hasta mi blog y se reconoce punto por punto.
Y más o menos lo mismo que mentir es “ocultar información”. El razonamiento es el mismo. No se trata de algo importante, así que por qué contarlo y si te molesta es culpa tuya por ser tan tiquismiquis. Tampoco pondré ejemplos.
Todo lo anterior se aplica a los hombres en general. Y que no me salga alguien diciendo que las mujeres hacen lo mismo, porque hablo de mí y de lo que me interesa, que en este caso son los hombres, más concretamente los sumisos. Si hablo del sumiso mentiroso no es solo por todo lo que he comentado, que se da, por supuesto, en cuanto que son hombres y personas antes o al mismo tiempo que sumisos. En lo que quiero poner énfasis es en el tipo de mentira más grave en la que puede caer el sumiso. Me refiero al grado e identidad de su sumisión. Creo que va quedando bastante claro que sumisiones hay más de una y que algunas chocan, en mi opinión, con su esencia misma.
Hablando en plata, que un tío no puede venir vendiendo la moto de que es un sumiso auténtico cuando lo único que busca es una tanda de azotes y humillación con una desconocida para olvidarse del tedio de su matrimonio por un rato. O por cambiar de ejemplo, -que no solo la tengo tomada con los adúlteros-, no se puede decir que quieres servir y adorar a una mujer cuando lo único que puedes ofrecer es sumisión de cuarta categoría por cam y en el horario que tú decidas y mejor te convenga. Ejemplos hay miles, pero en resumen, que no se puede ofrecer A cuando eres W, que hay que tener HONESTIDAD en definitiva, no solo con la mujer que tiene la paciencia de aguantar tu egoísmo disfrazado de sumisión, sino contigo mismo para empezar, que luego te pasan las cosas y no sabes de donde salió el bofetón que te dio la realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu comentario aparecerá publicado si supera la supervisión de contenido permitido