MIS LIBROS FEMDOM

03 junio 2012

Speed dating o la primera impresión


Esta práctica, ideada, cómo, no por los estadounidenses, consiste por si alguien no lo sabe, en reunir a un grupo de hombres y mujeres y repartirlos en parejas para ir rotando después hasta que todos se han sentado con todas. Cada mini-cita de estas dura 7 minutos. Según los expertos, este tiempo sobra y basta para saber si vas a encajar con esa persona. Tal vez sea un tanto exagerado, pero lo cierto es que creo que a todos nos ocurre algo así en cualquier ámbito, ya sea tu vecino, compañero de trabajo, amigo de un amigo que te acaban de presentar... existe esa primera impresión que, más que por sus palabras, te llega por sus gestos, su forma de estar, de mirar, etc. Vamos, lo típico que dices 'no sé bien por qué, pero esta persona no me ha caído bien'.
Después puede que llegue a gustarte incluso y que lo pillaste en mal momento aquel día. Sin embargo, para mí, una primera mala impresión no suele ser algo que se transforme en lo contrario con el tiempo. También puede ocurrir el caso inverso, que alguien te da buen rollo de entrada y, tras conocerlo más a fondo, solo le ves más y más defectos. Es un caso típico de gente falsa que pretende caer siempre bien y luego va dejando salir su verdadero yo.

Todo esto sirve también en la búsqueda de sumiso, por supuesto. Están los que no se dejan ver tal como son porque intentan que los aceptes al precio que sea, en este caso fingir lo que no son. Y también los que agradeces que se muestren sin careta porque te facilitan mucho la tarea de descartarlos sin más vueltas.

La conclusión es evidente. Debes ser tú mismo siempre. No te preocupes por no estar a la altura o no gustarme. Como dice el proverbio oriental, si tiene solución, ¿por qué te preocupas?; si no la tiene, ¿por qué te preocupas? Es decir, si no me gustas, no me vas a gustar y da igual lo que hagas para convencerme. Si me gustas, no tienes que hacer nada extra.



¿Y qué ocurre con eso de los 7 minutos?... Pues que a mí me sirve hasta cierto punto. Me explico. En ese tiempo no puedo saber si la persona me sirve o no, como algunos me preguntan de manera machacona y estúpida desde que llegan hasta que se termina ese primer encuentro. Pero sí ocurre que algo dentro de mí me dice rápido si esa persona NO es lo que yo busco. Da igual que antes hayamos intercambiado largos emails o muchas horas de chat o hayamos hablado por teléfono días y días. Todo eso no significa nada, ni siquiera haberle visto por cam (hay que ver cómo distorsionan la realidad las jodías jajaja). Lo definitivo viene en esa primera mirada, ese primer gesto, ese estar, comportarse, lo que me transmite su actitud en definitiva. Ahí es donde el sumiso se la juega, en las distancias cortas, como diría aquel anuncio de colonia masculina, ahora con mensaje reconvertido en “mejor cuanto más cerca”.

A mí ese primer encuentro (nunca de “sesión”, por supuesto) me sirve para ver si podré ir más allá, que ya supone un paso positivo. Si no lo descarto del tirón, puede que me sirva. Es muy infrecuente que yo diga, ¡este es, sin lugar a dudas! Aunque parezca el adecuado, hay que tener prudencia, que algunos fingen muy bien...

Así que... ¿reglas para comportarse? No viene mal esto del perfecto caballero, sin eso, la sumisión tiene una severa cojera, por no decir que le faltan las dos piernas.


PD- Aprovecho para agradecer a los caballeros que comentan por aquí y a esos otros que prefieren quedar en el anonimato, por todo, por eso en concreto, por nada en particular, simplemente por existir: Gracias.

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