Esto tiene varios enfoques. Por una parte está el tema de las cuadras, es decir, por si alguien no lo sabe, cuando más de un sumiso debe “compartir” al Ama, o mirado de otra manera, varios sumisos sirven de manera simultánea a una única Ama (o a más de una, pues si alguna no ofrece exclusividad puede que tampoco la exija).
No sé si me extenderé sobre el tema de las cuadras, me parece una opción tan válida como otra, siempre que todos estén de acuerdo y no se llegue a esa solución a falta de otra mejor, ya que la desproporción entre el número de Amas y sumisos puede hacer que alguno tenga que tragar con eso a pesar de no ser su manera ideal de relacionarse.
Lo ideal para mí es encontrar a alguien que se complemente conmigo al máximo, y conocer a una persona a fondo conlleva tiempo y energía, por tanto, por una simple cuestión de realismo, el tema se complica si hay que repartir las horas entre varias personas. A veces es una opción que parece perfecta, pues lo que le falta a uno lo tiene el otro, y al final querrías hacer una especie de frankenstein que reúna todo lo mejor de cada uno. Pero una persona no puede dejar atrás parte de sí misma ni presentarse solo con su mejor cara, lo de fingir dura poco. Y creo que aceptar a una persona conlleva hacerlo incluso con sus defectos, igual que él debe aceptar los míos (sí, mala noticia para los que me tratáis de Diosa para arriba, soy humana, tengo defectos y a mucha honra).
Eso de la desproporción entre Amas y sumisos tiene diversos efectos indeseables. Está ese que he mencionado de que el sumiso se conforme con situaciones que no le parecen ideales, que vaya de puerta en puerta de cada Ama con la única idea en mente de que alguna le acepte, ya sea porque cree (equivocadamente) que todas somos iguales, o ya sea porque le importa muy poco quien sea ella con tal de poder decir que tiene Ama.
Otro efecto indeseable es, desde el otro punto de vista, o sea, el de nosotras, que resulta complicado diferenciar a simple vista si el sumiso está interesado en ti o en la imagen que se hace en su cabeza, o si todo lo que ocupa su mente con respecto a ti es “wow, es una AMA y me está hablando a MI, y... dios, voy a tener Ama al finnnn, y...” Es decir, hay que tener mucho cuidado con eso, estimadas Amas con poca experiencia, porque al final te sentirás utilizada por ellos, como he dicho ya varias veces.
En ese sentido, a mí me encantaría que hubiera millones de Amas. En primer lugar porque eso nos libraría de toda la panda de pesados, desesperados y demás aburridos que pueblan los cibermundos, o reduciría la tasa que nos toca a cada una hoy en día, y sobre todo porque sería más fácil tener la seguridad de que ese sumiso está interesado en TÍ, no en Ama X sino en fulanita X.
Por otra parte, también sería genial que aumentase la población de mujeres dominantes por lo siguiente. Cuando un sumiso en condiciones, o casi, te dice, “no sé si encontraré a otra como Usted”, en el fondo habla desde su egoísmo. Porque claro, si encuentra a otra como tú, ¡¿qué mérito tiene que se fije en ti?! Yo no quiero oír esa frase, yo quiero que me digan, “hay cientos como tú, pero el problema es que ellas no son tú”. Pero lo dicho, sentirse como el unicornio blanco de las Amas, -al menos para los que no se conforman con una puti-Ama o cualquiera que le haga el apaño de hacerle tal o cual cosa-, no es tan genial como parece.
En ese mismo sentido, un sumiso que tenga la oportunidad de llegar a estar a los pies de un Ama, debería ser muy consciente del privilegio que supone, y valorarlo, ya que nosotras tenemos más opciones para escoger, y si lo elegimos a él no es por conformarnos, ya que, por muy malos sumisos que sean los otros sabemos que siempre acaba apareciendo alguno que merece la pena, y es su tarea demostrarnos que no nos equivocamos al apostar por él.
Y por último, está el tema de los intercambios y cesiones de sumisos como si fueran cromos repetidos. Habrá quien lo encuentre muy excitante y tiene su sentido si consideramos al sumiso como de nuestra propiedad, y por tanto, somos libres de hacer con él lo que nos apetezca. Pero yo a mis propiedades las valoro mucho, y me da grima que alguien que no sea yo les ponga una mano encima. Así que, ¿qué opino sobre lo de ceder al sumiso? Pues digo que ni hablar, porque es MÍO. Como canta (es un decir) la rubia, mantén la distancia y las manos quietas, porque es MI chico.
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