MIS LIBROS FEMDOM

04 julio 2013

El sumiso narcisista




Ya mencioné aquí a una mujer dominante, y lo mucho que compartía sus opiniones. Tiene un post que me recuerda al que le dediqué al sumiso arrogante, y es algo que repito bastante a lo largo del blog. Algunos supuestos sumisos solo son hombres en busca de morbo novedoso, con una lista de prácticas que quieren que les realice una mujer, convirtiendo a esa Ama en un simple objeto al que utilizar en beneficio propio.


Dice ella que el blog surgió tras romper con un capullo egoísta que se vendía como sumiso, y qué casualidad, lo mismo me pasó a mí. Yo no puedo hablar de ruptura porque aquel no pasó de la fase de prueba, pero me ocurrió eso, que dije “hasta aquí”, y sentí que necesitaba poner por escrito todo lo que opinaba del tema, ampliando el ámbito de búsqueda de sumiso ya de paso.


En el post se nos dan varios puntos para reconocer a un narcisista, y está sacado de un artículo de otra bloguera (vainilla). Algunos son muy evidentes, lo cual no quiere decir que a veces no los veamos aunque estén delante de nuestras narices, pero quiero destacar un par de ellos, porque son comportamientos que pueden esconder justo lo contrario de lo que pretenden demostrar.


El narcisista se pone siempre a la defensiva.
Puede parecer que se trata de una persona vulnerable y demasiado sensible, y si le recriminas algo nunca pedirá disculpas, sino que se molestará. Esto me recuerda al típico rebote que pillan los sumisos que no reconocen sus errores y que le darán la vuelta a la tortilla acusándote de tener prejuicios o cualquier otra acusación que les venga a la cabeza para culparte de su propia ineptitud.


El narcisista no se preocupa por tus sentimientos.
Por propia definición, narcicismo es estar centrado en uno mismo, así que la clave es detectar esas señales para desenmascararlo cuando dice ser A siendo en el fondo B. En el caso de un sumiso narcicista, si todo va bien, estará encantado. Pero cuando le cuentes algo de lo que te afecta como persona, cuando intentes lograr su apoyo emocional, saldrá corriendo porque no es eso lo que busca, tú eres su Ama de hierro que aguantará todo porque eres muy fuerte, y él viene a ti para que lo acojas y le resuelvas sus insatisfacciones, no para que te apoyes en él, así que ojo con salirte de tu misión, porque eso ya no le mola tanto...


Luego dicen algo que habré repetido como cien veces, que no hay que quedarse con las palabras sino con los hechos. Un día te puede decir maravillas al oído para luego desaparecer por arte de magia, intentando poner tierra de por medio antes de que lo vuestro se haga demasiado absorbente y no pueda mantenerlo bajo SU control, al ritmo que más le conviene.


Si un sumiso se muestra irascible, o directamente violento, si lo mismo se hace la víctima que el ofendido, si nunca reconoce sus errores (porque eso no es “de hombres”...), en definitiva, si lo que trata es de manipularte para salirse con la suya, más claro el agua. Aléjate y olvídalo. Puede ser la enésima decepción, pero la buena noticia es que te habrás quitado un grandísimo peso de encima.

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