Hay noticias tan indignantes que lo mejor es tomárselas a broma. Un “lumbreras” dice que habría que terminar con eso del cunnilingus. ¿Razones? Bueno, de carcajada, como digo. Vamos primero con las que se supone que son científicas, para pasar luego a la auténtica: el pobre macho que ve perder sus privilegios patriarcales. Para colmo el besugo, o quien haya montado el artículo, lo ilustra utilizando una de mis imágenes preferidas, de las que tengo ahí en el lateral. Y no es casualidad que se use la foto de un hombre en actitud sumisa, de eso se trata al final como veréis, de combatir por todos los medios que la dominación de la mujer sea algo natural y admitido socialmente.
Un momento que pongo la foto como se merece, y pondré unas cuantas más, por aquello de reivindicar una práctica tan estupenda y saludable.
Ya solo por la ignorancia que demuestra desde la primera frase (el hombre de hoy en día tiene que...), como si el cunnilingus se hubiese inventado antes de ayer, no puede tener credibilidad alguna. Es cierto que todavía muchos piensan automáticamente en el hombre como receptor cuando se habla de sexo oral, pero vaya, creo que esto está ya muy superado en cualquier tipo de relación, las de D/s incluidas, siempre que no sean de postal (ya me extenderé sobre esto).
El pollo esgrime razones higiénicas (cercanía al ano y por tanto a materia fecal... ¿sabe este hombre que existen el agua y el jabón? ¿Y por qué no explica, ya puestos, que el beso negro te lleva a la tumba sin pasar por cuidados intensivos?), médicas (por lo visto el flujo vaginal es capaz hasta de transmitir un resfriado XDDDDD), “lógicas” (si Dios -este debe de ser talibán como mínimo- hubiese querido que el clítoris fuese estimulado directamente lo habría puesto DENTRO de la vagina y no en sus alrededores... Claro, majo, por eso la primera idea de Dios fue meter los testículos en el cerebro, pero luego pensó que a tipos como tú les hacía falta media neurona para iluminar al mundo desde un teclado: “estoy aquí para deciros que esto es un error”, nos dice literalmente... no, qué va, estás ahí para hacer el ridículo y demostrar al mundo que no eres más tonto porque no te entrenas), de “dignidad” (según sus datos -sin citar fuentes porque él lo vale- ni los condones evitan que los restos biológicos del pene queden en la vagina durante muuucho tiempo (¿ein?) y que claro, no mola eso de tener en tu boca los restos de otro hombre que pasase por allí... XDDDDD, que tú eres muy macho, que síiiiiii, que nadie lo pone en duda, ejem), y bueno, el resto de razones que se saca de la manga van en esa línea.
Pero vamos con la otra razón del ataque al cunnilingus, con la real, que es el motivo principal de traer la noticia, aparte de echar unas risas. El tipo este considera hacerle sexo oral a una mujer como una práctica castrante. Ya por ese lado la cosa empieza a tener sentido, desde el punto de vista de un macho asustado por perder la supremacía. En esa línea nos comenta el percebe este que a una mujer, entre gustarle que se lo coman todo hasta convertirse en lesbiana (eso debe de ser malo para la salud según este, seguro), le falta medio telediario, porque oye, si nos sirve una lengua de hombre, lo mismo nos da que sea de una mujer (o de un elefante, que seguro que abarca más, ains...), y que si una mujer se enamora de un hombre por lo bien que usa su lengua (es que somos unas simples que solo nos fijamos en tonterías ejem) no tardará mucho en desenamorarse, porque nosotras debemos enamorarnos de algo mejor, como el pene (“oh te amo, pene, eres lo mejor que me pasó en la vida” XDDD) o la mente (eso lo dirá por los que tienen más de 2 dedos de frente, debería cambiar de ejemplo porque, visto lo visto, él no se iba a comer una rosca hasta el día del Juicio).
Y llegamos a la traca final, al quid de toda la cuestión por la cual nunca, jamás, ningún hombre, con ninguna mujer, debería ceder a lamerle los bajos: QUITA PODER. ¡Ajá!, así que era eso. Dice que para que una relación funcione debe ser el hombre el que domine (jijijiji) y que esa dominación se pierde en el momento en que el hombre se arrodilla (hay otras posturas, ¿eh?, mira que eres corto de miras, ains), hace una reverencia y chupa. (¿Reverencia?... Uy, este parece de los que ven muchos vídeos de sumisos mientras dicen “uy qué antinatural es esto pero qué burro me estoy poniendo").
Claro, me sitúo en su lugar y comprendo que el infeliz se ve menos importante que una ladilla, porque preferir una lengua a un pene es castrante, porque no ser el que domina es castrante, y en definitiva, visto así, el hombre es totalmente prescindible. Lo cual no es cierto, porque si solo buscásemos una lengua usaríamos un vibrador 24 horas al día, y si no existiesen los sumisos, las Amas no tendríamos con quien disfrutar.
Yo espero ansiosa la continuación en plan, 50 razones por las que debes devorar penes durante todos los días de tu vida de hembra. Promete ser más vomitivo que este, que ya es decir.
El planteamiento tampoco es nuevo, ya decía Freud que el orgasmo clitoriano es inmaduro, que una mujer de verdad debe tener orgasmos vaginales. Qué manía con decirnos lo que tenemos que hacer o dejar de hacer, ¡ocupaos de vuestros asuntos, merluzos! Pero claro, no les interesa contar la verdad, porque si el 100% de las mujeres supieran que no necesitan a un hombre para tener orgasmos, muchas ni saldrían de casa. Y lo grave es que haya mujeres que no han tenido un orgasmo en su vida, ni solas ni acompañadas, lo cual es lógico si no saben tenerlos solas. Además, una lengua por sí sola sirve de poco, ni tampoco un hombre sirve, ya que muchos no saben dónde queda el clítoris ni cómo estimularlo en condiciones.
Total, que como el individuo dice que eso hay que evitarlo a toda costa, yo le propongo que se ponga una mordaza hasta para comer, que quien evita la ocasión evita el peligro, y para que entienda la diferencia entre hacer sexo oral y someterse a una mujer, le dedico esto que le puede decir una Ama a su sumiso:
Chupa y no pares hasta que me corra en tu cara, porque te voy a usar para mi placer hasta que me canse, que para eso soy la que manda aquí, ¿entendido?
Menos mal que no lo va a leer, porque no le daría tiempo ni de llegar a urgencias.
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