MIS LIBROS FEMDOM

28 mayo 2012

El sumiso financiero


Se habla mucho del abuso por parte de las “Amas financieras”. Sin poner en duda esta lamentable realidad, voy a darle una vuelta de tuerca y un enfoque al tema que usualmente no se le da. De manera más amplia, yo los llamaría sumisos chantajistas. Fríos y calculadores, que piensan “si ofrezco tal cosa me tengo que llevar por narices aquella otra a cambio”. Vamos, que no han avanzado mucho desde la tradición vainilla de flores+cena romántica y ya tenemos sexo asegurado.

Existe una serie de sumisos que se presentan como money slaves o esclavos financieros, que es justo la otra cara de la misma moneda de las Amas financieras. Algunos encontré que decían haber realizado grandes esfuerzos para pagar a amas que estaban a kilómetros de distancia, sesión cam de por medio, eso si. Vamos, pagar por un servicio se llama esto. Con la crisis, las Amas vocacionales podríamos forrarnos, aunque en mi caso al menos debería extirparme el gen de la dominación selectiva (vamos, que no me sirve cualquiera).

Me llegó una vez un personaje que quería “aprender” a ser sumiso, y me ofrecía 50 (!!!!) euros. Era clavado al camionero de Thelma y Louise, supongo que algunos sabéis al que me refiero. La misma pinta de “lumbrera”, la misma mirada extraviada... y “generoso” como puede verse. Sin llegar a estos extremos patéticos, lo que quiero dejar claro es que hay mucho listo suelto que lo que pretende con esa etiqueta de money slave es comprar al Ama. Y punto. Y ya se sabe, el que paga manda. El tema entra de lleno en el chantaje como digo. Frases como “Ama, estoy deseando ir a conocerla y llevarle un regalo MUY caro”, solo esconden (y poco escondido por cierto) la intención de forzar al Ama a aceptar por fuerza a ese sumiso, que es “tan generoso y tan entregado” que piensa que lo máximo que puede ofrecer es su triste dinero, ya sea porque le sobra o justo lo contrario. Ok, tráeme ese regalo, que seguro que ni aciertas encima con mis gustos, pero que te quede cristalinamente claro que eso no te da derecho a nada conmigo. Si quieres correr el riesgo, tú mismo.

Es como el que te invita a un par de almuerzos y ya se cree con derecho a que aquello “evolucione” a otro nivel. Pues mira, no, por si no te lo he dicho por activa y por pasiva, te estoy conociendo, y se supone que tú a mí también, aunque solo vas a lo que vas y se te nota en la cara que te pasas el rato imaginándome con la fusta en la mano y unas cuantas cosas más, en vez de escuchar un sola palabra de lo que te digo.


¿Estoy entonces en contra de eso que se llama tributo? Veamos, no estoy de acuerdo en ir soltando dinero así porque sí. Y tampoco me agradan los tacaños y los que confunden la velocidad con el tocino, es decir, esos que piensan que cualquier detalle que implique soltar dinero te convierte en una aprovechada. Todavía recuerdo aquel tipo que se puso a manipular el móvil justo en el momento que llegó la cuenta a la mesa. Pagué yo porque soy una Dama, y porque solo fueron dos cafés..., pero sobra decir que fue la primera y última vez que nos vimos.

Si salimos a comer/cenar/tomar un paquete de pipas, paga el sumiso. Para eso está, para servirme. Ahora bien, no llevaré esto a extremos patológicos, no voy a desvalijar su cuenta bancaria, -aparte de que podría meterme en líos no entra en mis valores éticos-, pero siempre que sea la ocasión va a contribuir a mi bienestar, en lo básico o en algún capricho. No pediré peras al olmo ni exigiré que alguien se endeude si no entra en sus posibilidades. Yo sabré cuales son sus límites en esto y en todo lo demás.

Si un Ama quiere regalos caros, lo ideal es que busque un sumiso adinerado. Se puede decir que entonces no supone un sacrificio, pero basar este tipo de relación en lo material no lleva a ninguna parte. Prefiero que el sacrificio se haga en otros terrenos. Lo cual no quita para que me encapriche de ese espectacular corsé o de aquellas botas de infarto. Y eso, por supuesto, lo va a pagar el que se va a beneficiar la vista con ello. No hay dinero que pueda comprarme, pero una vez establecida la relación... yo lo valgo, y me merezco eso y mucho más. Él no va a estar pagando por un hipotético futuro conmigo que nunca llega, eso es quedarse en el chantaje. Pero cuando estemos YA en situación, el tema económico fluirá con naturalidad, como todos los demás aspectos, no será un elemento introducido con calzador, ni más o menos importante que otras cosas. Como digo siempre, si hay entendimiento, todo lo demás viene solo.

Decía Oscar Wilde que muchos conocen el precio de las cosas y pocos conocen su valor. Pues eso, se puede intentar tasar la dominación o la sumisión, pero es que hay cosas que el dinero no puede comprar y hay gente tannn pobre que lo único que tienen es dinero, y como ya dije, eso no me impresiona mucho.

Si eres fan de mi blog y quieres colaborar, compra alguno de mis libros, pero no te haré sesiones cam ni nada parecido...

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