Hacía años que no veía el vetusto-friki festival, pero mira por donde, entre dolor de oído y de vista he sido recompensada con interesantes momentos.
Empiezo por este chico que, hasta donde sabemos, no es un sumiso escapado de plena sesión ni tampoco tiene problemas de vista. Apareció de esta guisa, representando a Lituania y cantando Love is blind (El amor es ciego), de ahí el numerito de la venda. Pero quién sabe, como mensaje subliminal lo mismo va calando entre el público...
Aquí las abuelitas folcklóricas rusas que quedaron en 2ª posición.
La sueca, ganadora de esa mafia yo-voto-a-mi-vecino me pareció original y poderosa; qué voz tan bonita, y qué complicado cantar con tanto movimiento.
Anggun, que ya estuvo por aquí en época navideña, salió con un corsé de Jean Paul Gaultier y poca ropa más, para lucir piernas, con su poderío habitual.
Pero para poderío, el de la potencia de la paisana. De la canción había escuchado antes un par de veces el estribillo y me pareció un espanto, pero una vez oído el resto la cosa mejora, aunque música aparte, me llamó la atención la pinta de Diosa del Olimpo y esa sensación de Dominio que transmitía. Por una vez se han lucido, sí señor, o mejor dicho, sí Señora, los pelos de punta, oye.
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