No es fácil cambiar el chip entre hombre y mujer en eso de seducir o dejarse seducir. El sumiso no deja de ser un hombre y, más allá de ofrecerse, se lanza a la conquista de la mujer, Ama en este caso. Aunque no quiero un sumiso pasivo, tampoco me agrada verme convertida en trofeo de caza de nadie. Puedes demostrarme tu interés por mí, puedes desplegar todos tus encantos para que yo vea lo que me estoy perdiendo, PERO, no intentes impresionarme -y mucho menos escondiendo tu verdadera personalidad-, ni me presiones de manera más o menos sutil para conseguir lo que tú deseas, que en este caso soy yo o “ciertas actividades” que pretendes que compartamos... Tú déjate ver, que ya decido yo si te “hinco el diente” o no. Cualquier presión del tipo que sea por imponer tu criterio/ritmo va directamente al desastre conmigo.
En resumen, es una seducción en ambas direcciones, pero con el matiz de que nosotras tenemos la última palabra. Como la escena de baile de este video del grupo Texas, donde ella se acaba imponiendo, y él encantado. Por cierto que Alan Rickman es de esos que, sin ser guapos, tiene su aquel (¿he dicho ya que el sumiso me tiene que poner?... Pues aprovecho y lo digo).
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