MIS LIBROS FEMDOM

24 abril 2012

Hasta los webs de ser macho-man


El sujeto está para mojar pan, vale, pero ese aire de perdonavidas, esa chulería, esa superioridad que desprende, ese mensaje de "no puedo ser más macho o me como a bocaos yo solo"... pues me echa para atrás.  


Ya estuvo por aquí Daniel Craig demostrando que estar bueno no es incompatible con ser partidario de dejarse hacer, y hoy toca producto nacional haciendo campaña contra modelos convencionales establecidos. Otro actor, Juan Luis Galiardo, en una entrevista reciente, llegaba a afirmar que gran parte de sus graves problemas depresivos vinieron por la presión de adaptarse a un cliché de comportamiento impuesto desde afuera.



-Desde su vida pasada, ¿qué es lo que vino con usted hasta el abismo?

He vivido hacia fuera. Yo buscaba a la madre fuera de mí, en otras mujeres, cuando mi madre está dentro de mí. Me he tenido que disfrazar de otra cosa que iba contra mi propia natura. Tenía que ser un personaje aguerrido, agresivo, colérico, para demostrar que aquí estaba. He lanzado la cólera y me he quedado con la ternura y el humor. He lanzado la actitud prepotente del macho ibérico, del aparente supermán.


Posiblemente yo representara externamente al latin lover, pero, en realidad, era el buscador de una madre. ¡Por Dios, no puedo representar algo que voy buscando! No soy seductor de nada, nunca me he acercado a la mujer más que buscando comprensión y ternura.


¿Y qué tiene esto que ver con los sumisos? Pues desde mi punto de vista, bastante más de lo que parece. El problema de no aceptarse uno mismo con sus tendencias, de vivirlo en la clandestinidad, incluso de desarrollar una doble personalidad, procede de caer bajo el peso de los prototipos socialmente establecidos. El caso concreto de ser un donjuan, casanova, macho-man o como queramos llamarlo, es el modelo que siguen muchos de manera consciente o por imitación de lo que ven en su entorno o en aquel tipo tan famoso que sale cada dos por tres con una tipa distinta en esa revista o en ese programa de TV.

Si unimos por un lado este fenómeno de la “multiconquista del macho-man en caza perpetua” con el de la ocultación, y le añadimos el hecho de avergonzarse de ser sumiso, además de ver a una Ama como una máquina cumple-fantasías (a lo que se prestan para colmo de males profesionales y no profesionales), ya tenemos el cóctel completo: cientos y cientos de hombres que viven sin ningún remordimiento con esa faceta oculta, sin plantearse ni por un momento que una relación D/s pueda tener el mismo nivel de 1ª categoría como aquella otra, tradicional y socialmente establecida como “válida”.

Escuché el otro día a una sexóloga comentar que un hombre ELIGE ser infiel siempre (no es una “circunstancia” ni algo que “surge” de manera inevitable) y que en el fondo les pasa lo que comenta Galiardo, que tienen el síndrome del macho-man, buscan fuera algo, que ni siquiera es la otra persona en sí, sino que se buscan a sí mismos, se buscan a ELLOS sintiendo lo que sienten dentro de su papel de seductores, como el adicto busca su dosis, para reforzar su seguridad, para subir una autoestima basada en su capacidad de atraer a alguien. Y eso es lo que yo he comprobado siempre, que los casanova redomados, a pesar de las apariencias, son unos inseguros de mil pares de narices.

Seguía comentando esta señora que solo el 10% de los que se van con su amante siguen a largo plazo con ella; cuando se termina el morbo de lo prohibido regresa la rutina y se suele repetir la situación de “cornamenta” y posterior abandono de ese nuevo nido. Como cada roto tiene su descosido, aquí entra en juego el reto que se ponen algunas de domesticar al donjuan, pensando que con ella ese hombre cambiará, porque claro, el pobre hasta entonces no ha encontrado lo que necesitaba y bla bla bla, en vez de pensar que ella es solo un número más en su lista, porque lo que necesita él no lo encontrará jamás hasta que busque dentro de sí mismo, como dice nuestro actor patrio. Esto me recuerda a esos sumisos que se quejan de no haber encontrado la Ama “adecuada” que sepa hacer aflorar su sumisión, en vez de mirar hacia dentro y preguntarse si de ahí se puede sacar algo o si es un pozo seco.

Este tema también tiene que ver con el fenómeno del sumiso multi-Ama, que aunque no abunda y suele darse en el período de búsqueda sobre todo, no deja de ser un caso digno de ser comentado, en otra ocasión.


JL Galiardo termina la entrevista afirmando que con 72 años empieza a ser algo, a tener conciencia de su verdadera personalidad. Nunca es tarde, esperemos que otros reaccionen un poquito antes.

Un hombre de verdad para mí es otra cosa, y los sumisos (auténticos) son hombres en toda la extensión de la palabra, pero... lo habéis adivinado, eso queda para otra entrada.


Actualizo: Juan Luis Galiardo ha fallecido el 22/6/12 en Madrid. Las sabias palabras que dejó en esa entrevista le honran. Descanse en paz.

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