MIS LIBROS FEMDOM

04 febrero 2013

Tu mujer no te entiende... y yo menos


Apreciado sumiso infiel, ups, digo, sumiso incomprendido por tu parienta,

Sí, ahora te hablo a ti en concreto, al pedazo de macizorro según palabras propias que insiste en hacerme ver que, por no responderle, me pierdo esa sumisión de oro que sí disfrutaron otras muchas Amas, pero esto mismo me sirve para dirigirme a los tropecientos que me llegan pidiendo una oportunidad de colmar su oscura y perversa fantasía, uy, quiero decir, de servirme en cuerpo y alma. Vaya como estoy yo con los lapsus, es que me pongo nerviosita de la emoción que me entra cada vez que alguno se digna dirigirse a mí, tiemblo cual flan tembloroso, me recorre la espina dorsal una descarga eléctrica de placer extremo. A ver, respiro y me centro... ok, ya, sigo.

Mira, cariño, yo te entiendo, de verdad, comprendo cuánto sufres. Te creo. Te creo tanto como cuando me dices que has leído mi blog entero y sabes con toda certeza que somos tal para cual, y desde tu prepotencia, ups, nuevo lapsus... desde tu humildad infinita me propones ser mi sumiso perfecto y además cuando y como te convenga y dando este y aquel paso. Sé que la parte que dediqué a dobles vidas y dobles morales no la leíste porque justo en esos momentos se te fue la conexión a internet. No pasa nada, cielo, tú no te agobies, que la vida son dos días y aquí estamos las hembras, para satisfaceros en todas la facetas habidas y por haber.

Yo comprendo que tu mujer, la pobre, no tiene más luces, y no lo entiende. Fíjate si lo comprendo que es lo mismo que me pasa a mí, que tampoco te entiendo. Qué le vamos a hacer, somos todas muy cortitas de mente, pero tranquilo, que para coger la fusta me defiendo, con eso espero que te sirva, espero, ruego y rezo a todos los diablos del infierno para que así sea, pero si quieres que sea un poquito más lista, yo me esfuerzo, prometido, perrito mío.

Mira, estás de suerte, ahora estoy en una fase de cambio, quiero evolucionar, voy a ser la tonta que se crea tus patrañas, ains, digo, voy a ser ultra moderna, veo claro que la equivocada y estrecha soy yo, así que, a partir de ahora, venid a mis brazos, tú y todos los demás, que voy a ser la ONG del sumiso-a-ratos.

Sé que aquel puñal que te pusieron en el pecho para emparejarte con una vainilla fue muy convincente, pobrecito mío, pero no sufras más, que aquí estoy yo para compensarte. Espero que mis fantasías sean las mismas que las tuyas, pero oye, dime la lista completa, que yo me amoldo.

Me ha dicho un pajarito que a tu mujer lo que le mola es ser la parte sumisa de la historia. Hay que ver, me parece inconcebible. No sé cómo se atreve la muy degenerada, encima que no te quiere dar un ni azote la muy egoísta.

Sí, sí, ya sé que eres... ¿cómo era la palabra, esa que nunca me dicen tus colegas de situación?... Ah, sí, dis-cre-to. No dudo que vendrás con un pasamontañas a nuestra primera cita, nunca sabes si el primo del vecino del amigo del tío de tu mujer te puede ver en mi compañía, y como voy meneando la fusta por la calle y con las tetas asomando por el escote del traje de látex, pues normal, querido, toda precaución es poca, estoy contigo, di que sí. No vaya a ser que por mi culpa (por la tuya no, por la mía) se vaya al traste tu magnífica vida de cartón piedra, -uy, espera que me doy un coscorrón para no tener más lapsus-, digo, tu perfecta pareja que te llena hasta el último poro de tu divina piel.

Tu entrega es taaan valiosa. Tiene doble mérito. Me buscarás hueco entre el coito dominguero, la visita a la suegra y el dentista del niño. Uf. Se me saltan las lágrimas. Es que no te merezco. Por eso mi sitio está en ser la puta (y gratis) que juega a ser tu Ama en los ratos libres de tu agenda marital. Pienso en todo lo que sacrificas por mí y tengo 3 orgasmos seguidos, te lo juro.

Te contaré un secreto. En el formulario de pie de página, (sí, ese mismo en el que, tonta de mí, te pido 3 datos, y tú, me das 1, olé tus cojones), pongo lo del estado civil en la dulce esperanza de que captes que prefiero a los casados y emparejados, es algo que salta a la vista, pero solo los tíos superdotados como tú son capaces de captarlo. Si es que vales un imperio, ¿te lo he dicho ya, corazón mío?

Y para terminar, y mientras me pongo manos a la obra para recuperar todas esas oportunidades de oro perdidas por culpa de mi estrechez patológica (espero que sigan dispuestos a aceptarme como Ama todos los que sufrieron mi pérfido silencio en el pasado), aquí dejo una muestra de lo mala que puede ser la gente con hombres como tú. Qué poca gracia tiene el puto chiste, cuánta insensibilidad, joder, se me parte el alma, de verdad. Ojalá ardan en el infierno, yo espero ir a parar al cielo y encontrarme con ángeles como tú, tesoro mío, que vales mucho, que aprendan de ti, te admiro, me inclino ante tus sólidos valores, en serio, tan en serio como indica la etiqueta del post. 



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