Estaba yo el otro día pasando más frío que un cubito de hielo, con agua de por medio, por razones que no vienen al caso, y me vino a la cabeza esta escena. Las conexiones del cerebro son así. Total, que nunca me había planteado que hubiera un trasfondo femdom en esto, pero la verdad es que te paras a pensar y no anda lejos la cosa. Él se sacrifica por ella hasta el extremo de quedarse como un carámbano. Y esto lo conecté mentalmente con otro tema, o con el mismo, el del sacrificio extremo, y me dio que pensar.
La gran pregunta que me surgió entonces fue: ¿la entrega total incluye dar la vida por el Ama? Y algunas más, como: ¿Cuántos de esos que afirman querer adorarte desde el minuto uno llegarían a ese punto? ¿Es lo deseable? ¿Es lo “correcto”? Pues no lo sé, solo voy a dar mi opinión.
Al hilo de esto, caí el otro día de rebote en un blog que me produjo una mezcla de náuseas y risa. Parecía ser de un esclavo de esos que se entregan como un cerdo en el día de san martín, y que siguen vivos de milagro. Si su Ama-verdugo no lo mata es porque, aparte de meterse en líos, se quedaría sin juguete, no porque el esclavo le importe un carajo. El tipo por lo visto se había sometido a varias operaciones siguiendo órdenes, como atestiguaba con fotos, y... Uf, para qué entrar en detalles o poner el link y darle publicidad. Con casos así dan ganas de inventar un test de idoneidad y expulsar de una vez por todas a l@s que confunden degradación y anulación con la entrega sana, a l@s que quieren ser una basura y sacar lo peor de ell@s en vez de buscar una versión mejorada de ambos cuando se unen.
Supongo que el esclavo ese se tirará de un puente o se rajará el cuello en cuanto ella se lo ordene, o no, quién sabe, pero en el caso de un sumiso cuerdo y sano, ¿qué ocurriría en un momento como ese? Pero veamos el vídeo primero por si alguien no conoce la escena, aunque creo que solo los esquimales no la han visto. Sea como sea, para refrescar el recuerdo y mirarla desde una óptica femdom, aquí está:
¿Mi opinión?... Si llega un punto en el que hay que poner en la balanza qué vida vale más, y por lógica el sacrificio se lo lleva el sumiso, igual que harían (se supone) los padres por los hijos, pues... a mí no me aporta nada ese sacrificio; yo me moriría igualmente de “frío” si me quedase en este mundo en un caso así. A mí lo que me vale es saber que el sumiso lo haría sin pensar y sin que se lo pida, pero no es necesario que lo haga en la realidad. Si solo hay una tabla, nos subimos los dos, y si no aguanta el peso, mala suerte. ¿Cómo podía esa tía estar tan tranquila mientras el otro agonizaba ante sus narices? Y luego dicen que el sadismo es cosa de cuatro locas. Ains.
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